Libertad y responsabilidad
LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD.
‘Abascal
fue entrevistado ayer por Jiménez Losantos en Esradio y algo
interesante se produjo allí. Preguntado por la vacunación, Abascal
defendió la libertad: los españoles han de tener una vacuna a su
disposición, pero es algo personal, libre. En este punto, Losantos
intervino para pedirle responsabilidad y habló como empresario: «En esta
empresa no puede entrar uno que no esté vacunado». Abascal estaba
defendiendo la libertad donde los liberales, ante un conspicuo liberal’.
(‘Las libertades teóricas/Hughes/ABC/18/9/2021.)
Tengo varios amigos que están ‘totalmente de acuerdo’ con Hughes, y lamentan lo que dijo F.J. Losantos. Yo no.
Sigo
con el artículo de Hughes en ABC. ‘Las libertades teóricas’. ’Nos damos
de lleno con la estrechez de la libertad europea, una gracia estatal,
la vieja y renqueante
‘libertad de los modernos’ de Constant, una
libertad replegada en lo individual que en cuanto toca algo colectivo o
público se evapora, desaparece’.
En primer lugar, Hughes dice
de F.J.L, ‘habló como un empresario’. Esta expresión es desafortunada y
falaz. Parece dar a entender que los empresarios son enemigos
de la
libertad. Algo habitual en la izquierda. Los empresarios son cuervos que
chupan la sangre de los obreros. Si F.J.L hubiese hablado como
ciudadano (no
empresario) habría dicho lo contrario.
Supongamos
que F.J.L, o yo mismo, estuviésemos veraneando en un chaletito cerca de
la playa. Con toda la familia. Supongamos que marido y mujer (¡qué
reaccionario! ¡En vez de decir ‘pareja’!) y cuatro hijos. Cuatro hijos
ya empieza a ser un comportamiento facha, pero en fin. A lo que vamos.
Un primo, muy querido de la familia, es invitado a pasar una semana en
el chaletito. Se da la circunstancia de que hay una pandemia. Se da la
circunstancia de que la familia está vacunada.
Lamentablemente, nadie sabe que el primo- al que llamaremos Luis- no
ha querido vacunarse porque- en el ejercicio de su santa libertad- ha
decidido que esto del virus
es un invento. O sea, es un
negacionista. Es su libertad. Y si las libertades no son teóricas- como
dice Hughes- debemos respetarle. Respetarle es respetar su libertad.
¿En serio?
Supongamos
que, al enterarse los padres- a los que llamaremos José y María (ya
estamos, otra vez) de que el primo Luis es negacionista y no se ha
vacunado, hablan
con el médico de familia, D. Enrique- que lo es
desde hace muchos años- para aconsejarse. Y éste les dice que sería una
imprudencia aceptar que el primo Luis pase una semana de vacaciones en
familia, dadas las circunstancias.
Algunos dirían que la libertad de Luis es teórica porque no ha podido llevarla a la práctica. O sea, se tiene un gran
respeto
por la libertad de Luis, pero no se dice nada de la libertad del resto
de la familia. Como si su libertad no contara. Supongamos que, en el
ejercicio de su libertad, los miembros de la familia (cada uno de ellos)
deciden decirle a Luis que no puede ir al chaletito con ellos. ¿Han
pisoteado la libertad de Luis? Nada de eso. Los miembros de la familia
de Luis han ejercido su propia libertad. Si quieres venir con nosotros,
vacúnate.
Pues bien ¿por qué los miembros de la familia de Luis deberían
aceptar un riesgo para su salud- siguiendo el consejo del médico de
familia- derivado del ejercicio de la
libertad de Luis? Aquí no se
discute si- al final- se producirá una consecuencia negativa en la salud
de los miembros de la familia de Luis, o no. Lo que se plantea es por
qué debemos respetar la libertad de Luis, como si la libertad de Luis
fuera sagrada y la única en juego. ¿Qué pasa con la libertad de los
demás? ¿Por qué deben aceptar un riesgo- del tipo que sea- derivado del
ejercicio de la libertad de Luis? En fin, o te vacunas o no vienes.
No tiene sentido lo que dice Hughes de que, ‘libertad de los
modernos’ de Constant, una libertad replegada en lo individual que en
cuanto toca algo colectivo o público se
evapora, desaparece’. Y no tiene sentido porque la libertad se ejerce en un contexto social. La libertad es relacional.
Sólo en el desierto, la libertad no da problemas. Además, no es cierto que cuando la libertad toca algo colectivo se evapora. Lo que hace es tomar conciencia de que no es un rey absoluto. Que hay otras personas, tan respetables como él.
Los bomberos, los militares, los médicos, y otras personas, tienen la obligación de afrontar ciertos peligros derivados de su profesión. Pero el ciudadano normal y corriente no está sometido- sin más- al ejercicio de la libertad de Luis o de otro ciudadano, si hay riesgos.
En situaciones difíciles y peligrosas, como las de una pandemia, lo más racional es atender a lo que dicen los expertos, médicos, virólogos, etcétera. Y si no hay unanimidad científica al respecto, parece razonable ser prudente.
A mi no me importa- lo lamentaría, pero es su libertad- que una
persona no adopte las medidas que los médicos, -al menos
mayoritariamente- aconsejan, y se muera. Es su libertad. Lo que no
acepto es que su libertad se pueda llevar por delante a otros, que no
tienen arte ni parte.
En situaciones excepcionales es más
racional ser prudente. En los códigos penales suele haber el ‘delito de
riesgo’. El código penal español, habla de los delitos contra la
seguridad colectiva”, incluyéndose bajo la misma los delitos de riesgo
catastrófico, los delitos de incendio, los delitos contra la salud
pública y los delitos contra la seguridad vial.
El bien jurídico que se trata de tutelar, lo constituye la
seguridad colectiva, tanto de las personas como de los bienes, la cual
debe ser entendida como sinónimo de creación de un clima de garantía
social en el que no se verán amenazados los bienes jurídicamente
protegidos, ya sean individuales, ya sean colectivos.
Pues
bien, el ejercicio de la libertad de ciertas personas puede suponer un
riesgo para los demás. No un riesgo inventado sino un riesgo cierto,
según la opinión de la mayoría- al menos- de los profesionales de la
sanidad y de los científicos.
O sea, libertad responsable. No estoy solo.
(MallorcaDiario.)
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