miércoles, 8 de septiembre de 2021

PERFECCIÓN Y FANATISMO

 

Perfección y fanatismo

Por Sebastián Urbina

La imperfección es la existencia de defectos que impiden que una persona, una cosa, una sociedad, sean perfectos. El fanatismo es una adhesión radical, exagerada y apasionada a una idea, causa o doctrina.

Empecemos por la imperfección. No me refiero a una actitud superficial y momentánea, del tipo, ‘No somos nadie’, o algo parecido. O el reconocimiento de que ‘no soy perfecto’. Me refiero a la asunción de que la imperfección es un elemento consustancial de los hombres. ¡Y de las mujeres! Una vez estaba hablando con una persona de las que creen en la perfección (aunque sea con minúsculas), es decir, de personas que están permanentemente irritadas e indignadas porque el mundo real está lleno de errores e imperfecciones.

Dado que no tenía interés en iniciar una discusión, traté de terminar con una frase. ‘Pues mira, a mí me asombra, cada vez que salgo de casa por la mañana, que sigan pasando los autobuses y no haya tiros por las calles’. Y me fui, deseándole un buen día. Tal vez exageré un poco. Pero no mucho.

André Malraux, en ‘La condición humana’, se refiere a los que ‘combaten contra un enemigo superior para devolver la dignidad a aquellos por quienes combaten: los miserables, los humillados, los explotados, los esclavos…’

¿Qué tiene esto que ver con la imperfección? No se trata de criticar- no lo hago- a los que luchan (realmente), para sí mismos o para otros, para conseguir la debida dignidad, que todo ser humano debe tener. Esta es una muy justificada lucha contra la imperfección que no va de la mano del fanatismo.

Pero va ligado al fanatismo cuando se trata de terminar, para siempre, con las lacras de la humanidad. Y, para ello, hemos de alcanzar ‘un mundo feliz’, con un ‘hombre nuevo’. Estos objetivos son tan sagrados que pasan obligatoriamente por encima de cualquier otra consideración.

La distopía, ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley, muestra un mundo feliz, sin guerras, sin pobreza, tecnológicamente avanzado y dirigido por un Estado mundial. Se aplica el ‘soma’, una sustancia que impide que tengamos frustraciones. La creación humana está diseñada genéticamente para conseguir niños ¡y niñas! que sean felices. Un mundo en el que los individuos creen ser libres, pero no lo son. Como dice el propio Huxley: ‘Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían la servidumbre’.

Esta es la perfección, una prisión sin muros. Este tipo de perfección, dramáticamente deshumanizada, va de la mano del fanatismo. Perfección tan fanática que no comprende al hipotético discrepante. Algo parecido a lo que sucedía en la antigua Unión Soviética. Los disidentes políticos eran considerados enfermos. Muchos de ellos- otros se fusilaban directamente- eran ingresados en clínicas psiquiátricas. ¡Sólo un loco puede oponerse a la perfección!

En la España actual no sucede lo mismo que sucedía en la Unión Soviética. Estamos en la UE y somos reconocidos internacionalmente como un sistema democrático.
Solamente nuestros queridos racistas y xenófobos catalanistas proclaman- a los cuatro vientos- que España es una terrible dictadura. Tan dictadura que- en Cataluña- gobiernan los separatistas antiespañoles. Pero este es otro tipo de fanatismo. Sólo decir que es un fanatismo identitario de buenos y malos. Con tintes racistas y xenófobos. Los buenos son los catalanistas puros (la perfección) y los malos el resto. Con adoctrinamiento a todos los niveles. Incluso a los niños, en los recreos.

En la España actual, un gobierno socialista sobrevive políticamente gracias al apoyo de comunistas, golpistas catalanistas y filoetarras. Algo inaudito. ¿Cómo es posible?

Hay varias razones. Este gobierno, aunque sea indirectamente y con palabras adecuadas, quiere situarse en el mundo de la perfección. ‘Somos la izquierda’.

En primer lugar, este gobierno social comunista carece del ‘soma’ del que habla Huxley, pero tiene sustitutivos. ¿Cuáles? La mayoría de los medios de comunicación son medios de manipulación a favor de este gobierno. No en vano han recibido mucho dinero público. De nuestros impuestos. Esta es una tarea muy parecida a la que hacía
Goebbels, el ministro de Propaganda de Hitler. O sea, repetir mil veces una mentira, para convertirla verdad. En realidad, no es que se convierta en una verdad, es que mucha gente lo traga como si fuera una verdad. ¿Por qué? Por la repetición mediática incansable. Directa, o subliminalmente, la idea que se lanza es que la izquierda es buena (la perfección), y la derecha es mala. Aquí se pueden introducir los matices que se consideren oportunos.

Hasta tal punto tiene efecto la manipulación de los medios, supuestamente informativos, que- a veces- se pasan de frenada. Unas veces sin querer, y otras queriendo.

Un ejemplo. Si no viviéramos en una sociedad (parcialmente) enferma- políticamente hablando-, se habría producido un escándalo de enormes proporciones. Pero la enfermedad ya es muy grave. Digo de paso, que el Partido Popular, parece no enterarse de la preocupante situación que vivimos y de lo que nos estamos jugando. Un vergonzoso ‘Centro centrado’ descafeinado. Irresponsables.

Noticia: Una youtuber entrevistada por Rufián pide "matar" a los miembros de Vox, y Abascal va a los tribunales. “No es un programa en directo, así que Rufián tuvo la oportunidad de haber editado o evitado lo que es una clara amenaza", sostiene Vox.

Es decir, la izquierda moralmente superior, puede verse ‘obligada’ a matar a los malos/la imperfección. Primero, hay que deshumanizar a la derecha, luego...

PD. El diputado de Vox por Lérida en el Parlament, Toni López, denunció este viernes haber recibido una amenaza de muerte en su vivienda.

Repita, con indignación progresista: ¡Vox, fachas!

 

(MallorcaDiario/8/9/2021.)



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