miércoles, 12 de enero de 2022

ALMUDENA GRANDES Y ALMEIDA

 

Almudena Grandes y Almeida

Por Sebastián Urbina

En los días finales de 2021, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, consiguió que se aprobaran los presupuestos, con el apoyo de los cuatro ediles de Recupera Madrid, escindidos de Más Madrid. Además de PP y Ciudadanos. Entre los desembolsos que ha pagado el alcalde Almeida, está el de nombrar Hija Predilecta de Madrid a la escritora de izquierdas Almudena Grandes. Y perjudicar a la organización provida, Fundación Madrina. Por su parte, Almudena declaró, públicamente, cosas así: "Cada mañana ‘fusilaría’ a dos o tres voces de la radio española que me sacan de quicio".

El 24 de noviembre de 2008, Almudena Grandes publicó en El País el artículo ‘México’, en el que se refería a unas monjas violadas por milicianos. Decía, jocosamente, entre otras cosas: "¿Se imaginan el goce que sentirían?"

Estas monjas fueron violadas y fusiladas por los milicianos. Pero hay que decir, en descargo de la escritora de izquierdas Almudena Grandes que las monjas eran de derechas. Además, el feminismo no tiene nada que ver con monjas violadas de derechas. Sólo con mujeres violadas progresistas.

José Luis Martínez Almeida, además de alcalde de Madrid, es abogado de Estado. Sin embargo, de forma parecida a Mariano Rajoy, registrador de la propiedad, es políticamente acomplejado. ¿Cómo es posible que personas inteligentes como Rajoy y Almeida sean políticamente acomplejados?

Imagine que una escritora de derechas hubiese comentado, jocosamente, que unas milicianas fueron violadas y fusiladas por soldados del ejército franquista. Y que el alcalde Almeida hubiese propuesto que esta escritora de derechas fuese nombrada Hija Ilustre de Madrid. Ya sé que no se hubiera atrevido, pero es un suponer.

Lo menos que hubiera sucedido es esto. La bancada de la izquierda se hubiese levantado furiosa, insultando a Almeida. Probablemente habría abandonado el parlamento madrileño. Y se habrían producido importantes e indignadas manifestaciones feministas, con el apoyo de toda la izquierda y los sindicatos de clase. Al menos. El resultado habría sido la retirada de la propuesta y algunas palabras de Almeida lamentando lo sucedido y que había sido sin mala intención.

Incluso sin este añadido de lo que podría haber pasado si las violadas y fusiladas hubieran sido milicianas en vez de monjas, el comportamiento del alcalde Almeida es vergonzoso. Ya lo dijo Jesucristo, hace mucho tiempo: "Por sus obras los conoceréis".

Un partido ‘meapilas centrado’ acepta desigualdad de trato político. No como Vox, que no lo acepta, porque es de ‘ultraderecha’. Almeida traga que no se puede tratar igual a la izquierda que a la derecha. A la izquierda se le pueden permitir cosas que no se le pueden permitir a la derecha. Por algo son moralmente superiores.

Aparte de esta acomplejada estupidez, está la indignidad. Aunque la izquierda aceptara - en este caso- igualdad de trato, y no pusiera impedimentos al hipotético nombramiento de una escritora de derechas como Hija Predilecta, sería, también, una indignidad. Porque es una grave indignidad comentar, jocosamente, la violación de monjas o de milicianas. ¡Pero aprobé los presupuestos, ja, ja!

Con estos antecedentes, no puede extrañar que el jefe de Almeida, Pablo Casado, se negara a la ‘batalla cultural’ exigida por Cayetana Álvarez de Toledo. O sea, un partido ‘meapilas centrado’ no está para estas cosas. Lo suyo es la gestión y los principios de adorno y conveniencia.

Reconozco que me cansa escribir, casi siempre, de política. También me gustaría escribir sobre la ‘nouvelle cuisine’, comentar alguna película, el último partido Real Madrid/Barsa con penalties, o sobre divorcios multimillonarios sin hijos, entre otras interesantes cuestiones, pero creo que vivimos unos momentos políticos graves. Además, creo, sin fundamento, que alguien me lee y que lo que escribo tiene alguna influencia, aunque sea mínima. Alguno de estos días dejaré de creerlo. Mientras tanto, pienso que debo seguir denunciando una preocupante anomalía democrática, que muchos ven progresista. Que estamos gobernados por el socialista Sánchez, sostenido por sus socios, comunistas, golpistas y filoetarras. ¡Pero el peligro es Vox!

A modo de resumen. La izquierda realmente existente tiene principios. Entre ellos, el de subir a los altares laicos a una mujer que comenta, jocosamente, la violación de monjas. ¡Pero eran de derechas! O sea, el principio de defender a los nuestros, hagan lo que hagan. Por algo somos la izquierda. Cuando esta tropa gobierna, el resultado habitual de sus principios es más pobreza y menos libertad.

La derecha realmente existente tiene principios de adorno, o de conveniencia. Pueden citarse en los congresos del partido, pero no mucho más. ¿Cómo va a tener principios políticos una gestoría administrativa? ¿Cómo va a tener principios un partido que no quiere desafiar la hegemonía cultural de la izquierda? Que es su obligación política.

Insisto en que vivimos un grave momento histórico. Que nos puede pasar como en Chile. Que entre Kast (un conservador, al que la prensa progresista, y acomplejados, calificaban de ‘ultraderecha’; faltaría más) y Boric (una extrema izquierda, como la de Podemos), los chilenos han elegido a Boric. Les han hecho creer que vivían mal con la derechona. Las inútiles ideas.

Y en España, los Sánchez, Iglesias, Errejón, Junqueras, Echenique, Otegi, Rufián y demás tropa escrupulosamente democrática, ayudados por los siervos mediáticos subvencionados y el sistema de enseñanza/adoctrinamiento, pueden hacer creer a muchos españoles (ya avergonzados de serlo) de que la dicha, auténtica y gratuita, nos espera. O sea, las Repúblicas Ibéricas Confederadas.

¿Te enteras, Almeida? No puedes participar en el enaltecimiento de los que se mofan de las mujeres violadas, sean de derechas, de izquierdas, o de centro, para aprobar el presupuesto. Es indigno. Y no se entiende bien que te cueste más llegar a acuerdos con Vox (partido democrático, aunque para la izquierdona y asimilados sea ‘ultraderecha’) que con los que han mostrado, repetidamente, su desprecio y rechazo a la Monarquía, a la Constitución y a España.

Decía Einstein: "Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo".

Yo me incluyo entre los estúpidos. Porque con mis artículos solamente consigo crearme enemigos, a diestro y siniestro. ¿Para qué? Total, no pasa nada. Además, Sánchez y La Sexta han dicho que vamos bien. ¿Qué más quieren? Habrá que aborregar más y mejor.

 

(MallorcaDiario/12/1/2022.)



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