Las
últimas décadas tras el colapso del régimen soviético, han estado
marcadas por la creciente influencia del marxismo en el ámbito
académico, especialmente en las áreas relacionadas con el mundo de la
cultura.
Pero ese avance marxista no resolvía el problema de que
los obreros en Occidente se negaban a hacer una revolución que intuían
que obstaculizaría sus propios intereses económicos y mermaría sus
libertades.
Por ello, el marxismo tuvo que evolucionar para encontrar
otros agentes revolucionarios: «Marxismo y feminismo, marxismo y
deconstrucción, marxismo y raza: ahí es donde están los debates más
apasionantes», afirmó Jonathan Wiener, profesor de Historia de la Universidad de California en Irvine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario