La Historia no se repite. Lo que sucede es que dos acontecimientos, dos objetos, dos personas, pueden 'repetirse' dependiendo de los rasgos que seleccionemos. Por ejemplo, Pepe es 'como' Luis si decimos que ambos son 'hombres'. Pero si destacamos que Pepe mide 1'95 y pesa 110 kilos y Luis mide 1'65 y pesa 60 kilos, percibimos diferencias que nos permiten matizar la afirmación de que Pepe es 'como' Luis. Por tanto, decir que Pepe es 'como' Luis depende de los rasgos que hemos elegido. O sea, depende del grado de abstracción utilizado.
Con la Historia pasa algo parecido. Decir que la Historia no se repite, no es decir que nada tenga que ver con nada. Al contrario, nunca podemos partir de cero. Lo que hay, creo, son similitudes más o menos acentuadas. De ahí que la famosa cláusula 'ceteris paribus' ('Siendo iguales las otras cosas') sólo es aproximativa porque 'las otras cosas', nunca son iguales. Por ejemplo, con la guerra del Peloponeso (432-404 a. de C.) entra en crisis el sistema político de la Hélade y la Ciudad-Estado. Una de las reacciones habituales a esta profunda crisis será la vuelta al pasado. Es la huida hacia un pasado ideal. Se puede ver en el dramaturgo Eurípides. Pero no se trata de un caso aislado. Los atenienses, en general, discutían con frecuencia y pasión acerca de los motivos de la profunda crisis, que no llegaban a entender.
Cuando una sociedad no tiene confianza en el futuro, se refugia en el pasado. ¿Les suena? Vivimos en España un tedioso y martilleante cuento nacionalista: 'Volvamos al pasado'. Por supuesto sacando dinero a los demás por los sufrimientos y vejaciones. Ahora bien, no sólo no podemos, es que el pasado que nos cuentan es mítico. ¿Por qué el cuento nacionalista llega a tanta gente? Creo que por lo que dije antes, por la falta de confianza en el futuro. Por la falta de confianza en las propias fuerzas. Dijo Gustavo Bueno, en una ocasión, que la razón fundamental por la que España era el país con menor índice de natalidad de Europa (y uno de los menores del mundo) se debía a la falta de confianza en el futuro. En este caso, en un futuro que los nacionalismos (vasco y catalán, básicamente) hacen especialmente inestable e incierto. No lo sé. Sí creo que unas minorías sectarias (las nacionalistas) pueden manejar a la mayoría cuando esta última no tiene confianza en sí misma. Está acomplejada. ¿A qué se debe? No creo que haya una causa sino varias. Sin embargo, uno de los factores decisivos (de ahí que sea objetivo enfermizo de los nacionalistas) es el concepto de 'España'.
Desde la transición, sino antes, los nacionalistas (ayudados por el sector más estúpido y sectario de la llamada izquierda) han tratado de equiparar 'España' a 'España franquista'. Los medios de comunicación, en general, han permitido o ayudado a que esta falsedad se convirtiera en signo de lo políticamente correcto. Ya saben lo que decía el nazi J.P. Goebbels, 'Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.' Pero estas mentiras tienen éxito cuando los que las oyen no están dispuestos a luchar por la verdad. Además, ahora es muy fácil. La verdad no existe. Todo es relativo. Todo vale. Pero si todo vale, nada vale. El egoista empedernido vale tanto como Teresa de Calcuta. Como dice la canción, 'Nadie es más que nadie'. Pero hay que entender la pluralidad de significados de esta frase. Puede ser una estupidez o no. Pero da igual. Todo es respetable. ¡Qué más da!
El más grande científico del siglo XX, Albert Einstein decía, 'Los ideales que han iluminado mi camino, y una y otra vez me han infundido valor para enfrentarme a la vida con ánimo, han sido la bondad, la belleza y la verdad.' Es probable que si alguien dijera esto en público, fuese objeto de burlas. Políticamente correctas, por supuesto. Si es así, y así lo creo, vivimos en una sociedad enferma, una sociedad en profunda crisis. ¿Huir o resistir? ¿Hacia dónde? ¿Frente a qué? ¿Cómo?
Adoptar, sensatamente, cualquiera de estas alternativas supone saber algo de nosotros mismos y del mundo entorno. Recordemos la máxima de Sócrates, 'Conócete a tí mismo.'
¡Qué aburrido! ¿Interesa hoy? ¿Qué es lo que interesa? ¿Por qué? ¿Qué hacen y enseñan los padres a los hijos, además de mimarles?
Sebastián Urbina.
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