domingo, 1 de julio de 2012

UN OASIS en el 'oasis'.






 





LA VOZ DE BARCELONA.

Un diario digital está protagonizando en solitario una lucha épica en defensa de la libertad de información en Cataluña. Se llama La Voz de Barcelona, que  en poco menos de cuatro años, se ha convertido en el referente de toda la información que el nacionalismo manipula o directamente excluye de la realidad. Está escrito en castellano, no recibe subvención alguna y detrás no hay ningún poder económico, político ni religioso, sólo la historia de un pequeño equipo de periodistas liderado por dos personas preparadas, amantes de la libertad y de la dignidad. El resto es esfuerzo y voluntad.

Sin derecho a una información libre y plural ninguna sociedad puede garantizar a sus ciudadanos la defensa democrática de sus intereses. Siempre ocurre en las dictaduras, pero también puede darse en democracias manejadas por monopolios ideológicos, lobbys económicos o épocas fascinadas por mentalidades totalitarias como el nacionalismo. Esto es lo que ocurre en Cataluña. En ella no hay un solo medio público que garantice el derecho a la información a los grupos sociales contrarios a la ideología nacionalista. Tampoco lo garantiza ninguno privado que viva de las subvenciones. En el campo digital todos viven de ellas. Menos uno: La Voz de Barcelona. Está escrito en castellano, es irreverente con el nacionalismo, defiende el constitucionalismo, y no está dispuesto a dejar de hacerlo ni por todo el oro del mundo.

Sólo en 2010, y únicamente desde la Consejería de Cultura, la Generalidad otorgó subvenciones directas a los diarios impresos por más de 10 millones de euros con la única condición de estar escritos en catalán. A esto se deben sumar más de tres millones de euros para los medios digitales y otros 2,8 millones de euros para las radios y las televisiones. Y en 2011, únicamente desde el departamento de la Presidencia, los diarios recibieron 2,1 millones en subsidios. El caso más escandaloso es el favoritismo hacia el grupo Godó editor de La La Vanguardia; 5,5 millones de euros de subvenciones en 2011. 

Puro nepotismo ideológico. La consecuencia es la profusión de noticias en defensa de la ideología nacionalista y la exclusión de todas aquellas que la cuestionan, llegando en algunos temas a levantar un muro de silencio para evitar su debate o su misma existencia. En el primer caso, y tomando a TV3 como referencia, no ha dudado en silenciar las formaciones críticas con el nacionalismo; mostrar su preocupación ante "un leve aumento" del número de anuncios en español; defender la discriminación de los castellanohablantes; promover el uso de términos como "expolio fiscal" para referirse al sistema de financiación autonómica; 

programar homenajes a simpatizantes de la banda terrorista ETA; apoyar a los presentadores que hacen apología del independentismo; justificar la aparición de una diana con las siglas del PP en una serie producida por TV3; vetar la compra de películas en castellano; emitirpublirreportajes político-propagandísticos en defensa de la independencia o del concierto económico como si fueran documentales; promocionar los referendos secesionistas en los principales telenoticias; 

favorecer económicamente a las productoras controladas por conocidos empresarios independentistas; denunciar supuestas conspiraciones de 'los grupos mediáticos españoles'  contra TV3; y, en definitiva, reconocer la utilización de la televisión de la Generalidad como herramienta para la construcción nacional de Cataluña. (Antonio Robles/ld)

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