lunes, 25 de noviembre de 2013

NOS ENGAÑAN ¡MALDITOS!

 (Estoy de acuerdo con lo que dice Esparza. Pero añadiría un matiz. PP y PSOE son dos partidos impresentables, que ayudan a mantener 'el sistema', que incluye la oligarquía económica, los separatistas, la corona y el cacicato mediático. Yo creo que, más o menos, es así.
 

Pero si en las elecciones de 2015, el Partido Popular- al que no voto- no tiene escaños suficientes, incluso con la ayuda -a cambio de ciertas políticas- de UPyD y de Movimiento Ciudadano- si se presenta y parece que sí- tendríamos como opción más probable: socialistas-comunistas y separatistas. Estos últimos tal vez sólo apoyando desde fuera del gobierno a cambio de menos España y más separatismo con pelas.


A pesar de que tengo una pésima opinión de Rajoy de la camarilla que le apoya, me parece mucho peor un gobierno 'Frente popular' como el antes indicado. Creo que si se diera esta situación se produciría un caos social y económico. Y, tal vez, un golpe de Estado.
 

Por eso yo votaré a Movimiento Ciudadano, si se presenta. Que parece que sí. Me parece muy mal que Rosa Díez se niegue a unificar UPyD y Ciudadanos. No estamos para personalismos. La situación es muy grave.)
 
 


 
 
 
 
 
 
 
PP-PSOE: la gran pantomima.
 
Quien busque patriotismo en el PP, que mire alrededor y juzgue lo que está pasando. Quien busque justicia social en el PSOE, que haga el mismo ejercicio y constate la evidencia. Nos engañan.
Ya ha empezado la pantomima. El PSOE acusa al Gobierno Rajoy de ser una derecha extrema, radical y reaccionaria. El PP acusa al PSOE de echarse al monte y pronto, ya lo veremos, le restregará sus intenciones de reeditar un Frente Popular con los ultras de izquierda y los separatistas. Y bien, sí, seguramente el gobierno Rajoy es reaccionario en el peor sentido del término, así como la capacidad destructiva del PSOE es indudable, pero que no se nos escape el juego: con esta escalada retórica, el PP neutraliza a la derecha de verdad, razonablemente harta de un gobierno cobarde, y el PSOE neutraliza a la izquierda de verdad, razonablemente harta de un socialismo corrupto. 

Al final pasará lo de siempre: el PP y el PSOE seguirán repartiéndose el país a dentelladas –jueces incluidos- y la sociedad permanecerá presa de un bipartidismo coercitivo que ha convertido la democracia española en una burla indecente.

Seamos serios: es ridículo acusar al PP de Rajoy de ser una derecha radical, incluso es falso decir que es “derecha”. Las políticas del gobierno Rajoy están siendo propiamente de centro izquierda, desde la insoportable presión fiscal hasta el desprecio a la familia o la pusilánime actitud frente a los separatismos. Del mismo modo, es ridículo acusar al PSOE de patrocinar una revolución bolchevique: no hay partido con más ricos que el PSOE, nadie ha hecho más en España por consolidar el poder de la banca que el PSOE, nadie ha sacado tanto provecho de la connivencia con la oligarquía financiera e industrial como el PSOE. Quien busque patriotismo en el PP, que mire alrededor y juzgue lo que está pasando. Quien busque justicia social en el PSOE, que haga el mismo ejercicio y constate la evidencia. Nos engañan como a chinos. A chinos de derechas y a chinos de izquierdas.

Estaría muy bien que la derecha fuera derecha: a lo mejor así sería posible corregir esos innumerables vicios estructurales que están desmantelando a conciencia la nación española, tanto en el plano político como en el plano moral. Estaría muy bien que la izquierda fuera de verdad izquierda: a lo mejor así la clase media –los nuevos pobres- dejaría de verse explotada para enriquecer a los ricos viejos y nuevos, incluidos los caciques sindicales, mediáticos y políticos. 

Pero es justamente ese estado de cosas lo que ni PSOE ni PP quieren corregir. Ortí Bordás lo ha expresado muy bien en el título de su último e imprescindible libro: Oligarquía y sumisión. En esa fórmula se condensa toda la esencia del sistema del 78, con la anuencia del PP y del PSOE, de la corona y de los separatistas, de la oligarquía económica y del cacicato mediático. Todo lo demás es pantomima.

(José Javier Esparza/La Gaceta)

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