ALARMANTE: BUSQUEMOS LAS CAUSAS.
(Un análisis simplón, como el que
podría hacer Elena Valenciano o Pérez Rubalcaba, diría que son los fachas de
siempre. Los amigos de Rajoy. Y se quedarían tan panchos. Rajoy tampoco iría mucho más allá de unas cuantas banalidades.
Pero estas simplezas, anunciando el
avance de ‘la extrema derecha o la derecha extrema’, no sirven para nada.
Hay que preguntarse qué ha pasado
para que los franceses hayan optado por Marine Le Pen- seguiremos utilizando la
terminología de extrema derecha-, por delante del partido conservador de
Sarkozy y, en tercer lugar, el partido socialista de Hollande y Valls.
¿De repente millones de franceses se
han vuelto fachas? Me atrevo a sugerir, porque esto exigirá un serio y profundo
debate, que hay tres cuestiones importantes que están en el origen de estos
cambios. No son las únicas, por supuesto.
Por una parte la crisis económica. Mucha
gente tiene la sensación de que los políticos tradicionales tienen intereses
propios y los defienden por encima de los intereses generales. Algunas
consecuencias de esto las tenemos en un elevado gasto público improductivo,
altos niveles de corrupción- aunque hay excepciones, como Dinamarca- y elevados
impuestos. Todo esto tienen que ver con el funcionamiento de la economía.
Concretamente, en España, los
ciudadanos trabajan para el Estado, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y
Diputaciones, desde el 1 de enero hasta el 12 de Junio. A partir de esta fecha
empiezan a trabajar para ellos. ¿No es abusivo? ¿Están satisfechos con lo que reciben a cambio?
Por otra parte, la inmigración
incontrolada ha creado, y crea, inquietud en buena parte de la población
europea. Si el ritmo de inmigración sigue como hasta ahora, y los políticos
tradicionales no parece que tengan nada que decir, en unos quince o veinte
años, las naciones europeas habrán perdido, en gran medida sus señas de
identidad. Esto lo perciben ya muchos ciudadanos, y les preocupa. Tengamos en cuenta, además, que la natalidad, por ejemplo, de los musulmanes es de 8'1 frente a la media europea de los no musulmanes, un 1'6.
Por no hablar de un tipo de
inmigración especialmente preocupante, la citada inmigración musulmana. Según Claude
Moniquet, director del Centro Europeo de Inteligencia Estratégica y de
Seguridad, entre el 10% y el 15% de la comunidad musulmana en Europa se inclina
por la radicalización. Muchos datos indican que en Europa hay unos treinta y
cinco millones de musulmanes. Hay gente que saca cuentas.
En tercer lugar, y propiciado
especialmente por la izquierda, la defensa y fomento del multiculturalismo. Esto
supone que cualquier cultura es respetable, haga lo que haga. Por poner un
ejemplo, tradiciones como sajar el clítoris a las niñas, u otras, serían
respetables y no deberían ser prohibidas. Un paso más en la destrucción de
Europa.
Aunque los políticos tradicionales
no lo crean, o hagan como que no, mucha gente se entera y se preocupa. Pero
puede llegar un momento en que la preocupación de paso a la rabia y a la
indignación. Entonces ya se puede votar a Marine Le Pen.
El futuro no está escrito. Por
supuesto. Pero todo indica que estos movimientos van a ir a más. ¿Por qué? Por
el comportamiento de los políticos y las políticas tradicionales. Contra lo que
pudiera parecer, estos partidos que ahora irrumpen pueden ayudar- siempre que se sitúen dentro de
la órbita democrática, como es el caso del FN francés- a que no se produzca una
explosión social. Por ahora.
Me explico. Si millones de europeos
creen que la corriente política actual es profundamente negativa, y tienen un
medio democrático para expresar su frustración y enfado, se puede evitar, al
menos de momento, una reacción más fuerte. Pero nada es seguro.
Europa ya está
viviendo un conflicto que afecta a las propias raíces e identidades de los
franceses, ingleses, alemanes, etcétera. Las votaciones de hoy muestran que
algo está pasando. Algo que no es superficial. Cuidado, la herida es
suficientemente profunda como para que los resultados merezcan las primeras
planas de los más importantes periódicos europeos. Y todos utilizan el mismo
adjetivo: ‘alarmante’.
Sebastián Urbina.
PD. Aunque ahora no lo comente, no debemos olvidar el peligro de la extrema izquierda. En España, el partido de extrema izquierda 'Podemos', ha conseguido cinco diputados.
PD. Aunque ahora no lo comente, no debemos olvidar el peligro de la extrema izquierda. En España, el partido de extrema izquierda 'Podemos', ha conseguido cinco diputados.
ELECCIONES EUROPEAS.
(Espectacular aumento de la extrema
derecha.)
Jean Marie y Marine Le Pen, padre e
hija, líderes del FN, fueron los primeros en reaccionar, al unísono: «El
presidente Hollande debe asumir sus responsabilidades: disolver la Asamblea
Nacional, para que el pueblo soberano pueda elegir una Asamblea auténticamente
nacional, independiente, tal como ha votado en estas elecciones». [Lea aquí las declaraciones de Marine Le Pen]
«Vivimos momentos muy graves para Francia y para Europa»
Minutos más
tarde, Manuel Valls, jefe de Gobierno, lívido, con la voz temblorosa,
hizo una declaración solemne ante todas las cadenas de radio y tv, comenzando
con una frase lapidaria: «Vivimos momentos muy graves para Francia y para
Europa. Vivimos un choque brutal, un seísmo político. Debemos actuar con
rapidez. A través de la abstención y votando a la extrema derecha, los
franceses han expresado su profundo excepticismo. No debemos perder un minuto.
Francia es una gran nación».
El seísmo anunciado por Manuel Valls
tiene proporciones históricas: la extrema derecha instalada en el podio de
partido más votado en Francia, relegando al PS del presidente Hollande a un
humillante tercer puesto, con uno de los resultados más catastróficos de la
historia del socialismo francés.
(ABC)
2 comentarios:
Sr. Urbina, estoy de acuerdo con usted. Generalmente, estoy de acuerdo con lo que escribe.
Yo ahora vivo en París por cuestión de trabajo. No me gustaría volver a España porque creo que no tiene remedio. Creo que la situación española es producto de la mentalidad española, muy distinta de la francesa.
También creo que la mayoría de los franceses no son como reflejan los resultados electorales. Es una reacción desesperada ante la realidad que tienen delante.
Yo, sin ser francesa, noto los grandísimos cambios en la sociedad, igual que se notan en España. Sobre todo, la pérdida de la identidad propia. Si no sabes quién eres, dónde vas a ir? Vas sin rumbo, eres débil y manejable.
Los franceses tenido una reacción errónea, pero es una reacción.
En España son muy pocos los que reaccionan. Nos quejamos mucho, si, pero de ahí no pasamos.
Gracias por sus sabias palabras y por escribir de forma tan racional en un mundo que parece que ha perdido la razón.
Un saludo,
Cristina Navarro
Muchas gracias por sus palabras.
¿Es posible que usted hiciera un comentario a mi artículo 'La vida de los otros'? Me suena su nombre.
Si, por lo que sea, quisiera decir algo que prefiere que no se publique, basta que me lo diga.
Mucha suerte en Francia.
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