BALEARES. ¿DOCENTES?
¿ASAMBLEA DE DOCENTES?
"Contra la política educativa autoritaria,
represiva, lingüicida y antisocial del PP: aprobado general", dicen
en un documento repartido por los colegios.
No es
creíble pero sí. Repitámoslo: los maestros anti-PP pretenden dar una aprobado
general porque la política del Partido Popular es autoritaria, represiva,
lingüicida y antisocial. Ellos están por encima de los resultados electorales
democráticos. No les afectan. ¿Qué enseñarán a sus alumnos?
Estos profesores politizados justifican su acción
como ‘un acto de profesionalidad y de compromiso con la enseñanza’. Es
sorprendente la cantidad de estupideces que unos profesores ‘comprometidos’
pueden decir. ¿Acaso creen, en su irresponsable petulancia, que son los únicos
comprometidos con la enseñanza? He sido generoso. ¿Profesionalidad y
compromiso? ¿De eso presumen? Lamentable.
Vayamos por partes. En primer lugar, ¿cuál es la
función del profesor? Muy probablemente, un docente es un formador de personas.
Por supuesto, no lo hace en exclusiva. Los padres son fundamentales en la
formación de sus hijos. O sea, de los estudiantes. También hay otros factores,
amigos y conocidos, televisión, Internet...
En cualquier caso, la función de los docentes es muy
importante, si se hace bien. Uno de los aspectos de su función formadora, es
enseñar. ¿Enseñar qué? Un buen profesor debe transmitir los conocimientos
heredados, de forma pedagógica. Es decir, según la capacidad de comprensión de
sus estudiantes. Esta es una tarea central porque todos venimos de algún sitio
y los estudiantes deben saber de dónde vienen. Luego, con el tiempo, decidirán
adónde quieren ir. Por supuesto, también hay que enseñar ‘lo de hoy’.
Dada la facilidad actual para obtener información,
es fundamental que el docente enseñe a utilizarla de manera provechosa. Debido
a la inmensidad de información disponible, no basta sentarse ante el ordenador
y buscar. Por tanto, hay que saber elegir y para saber elegir hay que tener
criterios de elección. También hay que tener sentido crítico. Y esto se enseña.
Por que no basta criticar, hay que saber criticar. Y esto requiere un proceso
argumentativo. Pros y contras. Justificación de las afirmaciones. Éstas y otras
actividades son importantes, entre las que hay que destacar las aplicativas, puesto
que conviene que lo que se sabe se trate de aplicar a la realidad. Todo esto
muchas más cosas ayudan a madurar a un adolescente. A convertirlo en un
ciudadano responsable.
Se da la circunstancia de que estos docentes viven
en un determinado contexto. Inevitablemente, como todos los demás. Y el
contexto que nos ha tocado vivir tiene, desde el ángulo político, una dimensión
democrática. Afortunadamente.
Dado que los docentes, y los estudiantes, no debe
estar al margen del mundo en que viven, los profesores han de ayudar a entender
lo que significa la política democrática. ¿Por qué?
En primer lugar, porque la tarea que tienen y que
ejercen se fundamenta en una Constitución democrática y las leyes que la
desarrollan, por medio de un Parlamento democrático. Es más, la Constitución
vigente dice, en su artículo 27.2:
‘La educación
tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a
los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades
fundamentales’.
Pues bien, ¿Tienen derecho, estos docentes, a
perjudicar a los estudiantes porque opinan que el partido en el gobierno,
legítimamente elegido por la mayoría de ciudadanos, realiza una política educativa autoritaria, represiva,
lingüicida y antisocial?
Los docentes tienen derecho, como cualquier
ciudadano, a opinar libremente sobre las políticas del gobierno, o de la
oposición. Esta es una de las ventajas del sistema democrático. A lo que no
tienen derecho es a perjudicar a los estudiantes con la excusa de sus opiniones
políticas. En la escuela, no tienen derecho a hacer política del tipo que
hacen. Si quieren hacer política, que se metan a políticos, o la hagan fuera de
las horas de clase.
Me importa un bledo si el PP les parece bien, mal o
regular. Esto pertenece a la esfera de los docentes en su calidad de
ciudadanos. De ningún modo a su tarea profesional como formador de sus alumnos.
¿Se forman buenos ciudadanos enseñando que se puede boicotear un programa
educativo que tiene el respaldo de la mayoría de los ciudadanos? Y hacerlo, encima, con medidas que perjudican
a los estudiantes. No manipulen a las jóvenes generaciones con sus sectarismos
políticos.
¿Pretenden, estos docentes, formar buenos
estudiantes anti-sistema? ¿Pretender formar buenos estudiantes que se parezcan
a ellos? Por favor, no quieran tanto mal a los estudiantes. Ellos no tienen la
culpa de tenerles como docentes.
La primera manifestación anti-TIL y anti
Partido Popular, consiguió arrastrar a setenta mil personas. Salió en la
primera plana de los periódicos. La segunda manifestación arrastró a siete mil
personas. Diez veces menos. Y es que mucha gente ya se ha dado cuenta de
quiénes son estos docentes.
Ustedes no merecen ejercer la profesión que tienen.
Ustedes no son docentes. Son sectarios politizados con el odio en el cuerpo que
manipulan a sus alumnos y a los padres. No hagan más daño a los estudiantes y a
las familias. No den mal ejemplo. Cumplan con sus obligaciones profesionales.
No digan que hacen esto como un acto de
profesionalidad y de compromiso con la enseñanza. Esto ya es de un cinismo
imperdonable. ¿Quién se han creído que son?
Sebastián Urbina
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