sábado, 22 de julio de 2017

BALEARES: APOYO A JUAN ANTONIO HORRACH


 (Pueden ver un linchamiento, digno de los mejores momentos del 'salvaje Oeste'. Ahora del 'progresismo salvaje'.)




BALEARES: APOYO A JUAN ANTONIO HORRACH.

(Quería incluir el artículo de Joan Font: 'El Torquemada de Cort', El Mundo/22/Julio/2017/, pero no consigo encontrarlo.
 
El que sigue es, también, un excelente artículo.
 
 LA VENGANZA DEL ARQUERO.
 
HACE POCO más de un año, el Parlamento balear aprobaba mediante un amplio consenso la Ley para erradicar la fobia contra gais, lesbianas, transexuales y bisexuales y garantizar a la vez sus derechos que, por lo que se ve, no estaban lo suficientemente protegidos por el vigente código penal y la Constitución.

 Muchos han calificado esa ley de redundante y desmesurada por ofrecer una especie de doble escudo protector a aquellos que no se conforman con la mera discriminación sexual unitaria. Como si, en el caso de la discriminación religiosa, se hubiese creado una ley especial para judíos u otra para musulmanes. 

 Dicha controvertida ley introduce, además, un elemento enormemente problemático, la «inversión de la carga de la prueba», gracias a la cual se suspende la presunción de inocencia y se fuerza al propio demandado a refutar él mismo los delitos por los que se le imputa. 

Con ello se nos está diciendo que todos somos culpables de homofobia hasta que se demuestre lo contrario, un principio profundamente antidemocrático que tiene como objetivo lo que no se nos muestra, es decir, reivindicar que todo gay, lesbiana, transexual y bisexual es, ya, de antemano, una víctima, a la que corresponden, por consiguiente, una serie de derechos y privilegios que no corresponden a nadie más. 

Y todo esto, recuérdese, esbozado y certificado en nombre de la igualdad.

«Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir», nos advierte Ferlosio. Y efectivamente, el aviso a navegantes era la Ley, no el expediente sancionador del Govern por homofobia y apología del acoso ni la denuncia del concejal Joan Ferrer al articulista de este periódico, Juan Antonio Horrach. Ambas acusaciones no se sostienen hermenéuticamente.

 Es decir, no están presentes en el artículo Salvadores de almas. Ahora bien, lo que la Ley LGTB permite, y a ello se han aferrado un inmenso número de miserables, es a garantizar con rotundidad que la intención de Horrach, su malvada ambición, era manifiestamente homofóbica y violenta. Y contra esto no hay defensa posible. Ellos, también, presuponen que el articulista es culpable de antemano y que la sentencia es previa a cualquier juicio.

 Resulta repugnante comprobar estos días cómo no sólo políticos de tercera, sino también periodistas defienden esta versión de la justicia ensañándose con un colega que está con el agua al cuello y al que sólo desean que la fuerza de la ley remate. Y eso que saben perfectamente que el gobierno ha convertido el sistema judicial en un arma al servicio de la arbitrariedad y del resentimiento. Pero no les importa, quieren ver más sangre y aplaudir desde lejos la próxima flecha del arquero.

(Ramón. A. Obrador./El Mundo)

2 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Muchísimas gracias por su apoyo, Sebastián.
un fuerte abrazo

Sebastián Urbina dijo...

De nada. Es de justicia. Un fuerte abrazo.