¿Quién no se plantea reformarla, reescribir y actualizar algún artículo? No sé si afectaría a la Constitución o a otras leyes de inferior rango, como las electorales, pero parece evidente y necesario modificar alguna cosilla. P. ej., parece claro que el actual Presidente y Doctor es un okupa legal pero ilegítimo; no ha ganado unas elecciones, el pueblo “soberano” no ha pinchado ni cortado en el tema pero le tenemos con la sartén por el mango. ¿Muy democrático? Ahora, en Andalucía, puede pasar algo similar pero distinto; ganó en todas partes, menos en Almería, la señora Díaz. Pero, tras de las elecciones, saldrá un Presidente regional que no será ella. ¿Menos okupa que el de Madrid? “¡Oh! Es que lo permite la ley, es que ganó por que esta gente compraba sus votos…” Y bien, me pregunto, ¿tan difícil es disponer que gana y gobierna quien tiene mayoría de votos y punto, es decir, respetando la voluntad mayoritaria? ¿Tan difícil resulta que no se puedan comprar votos mediante subvenciones y otros medios? Es decir, ¿no puede evitarse que se creen regímenes a través de la limitación de mandato u otras providencias?
El problema es que lo aceptan si ganan ellos. Si gana el otro ya no va bien. En cuanto a la limitación de mandatos habría que reformar la Constitución, creo.
Lo tengo clavado en la memoria. La imagen del miliciano armado, “apatrullando” las aceras para imponer su justicia, su verdad, siempre me produjo un cierto regomeyo. Desde mis años de instituto, pocas veces he visto imágenes parecidas o leído bravatas de esos émulos de Superman. Hasta hoy. Acabo de ver la foto de este joven, “cheek to cheek” con la jefa andaluza de su preferencia política: “Si hay que matar a esos fascistas, yo seré el primero, cojo el fusil y venga, a hacer una cacería bien hecha", dice el admirador de la líder de Podemos en Andalucía. Y no puedo sino aplaudir la urbanidad, el respeto humano que le demuestra el periodista, seguramente progre y de izquierdas, claro: se refiere a él tildándole de “admirador” de la líder. Nada de llamarle imbécil, tonto el haba, bobo, capullo, zote, marmolillo, etc., quizás para que no se sintieran aludidos algunos de nuestros preclaros profesionales de la política. No, señor. “Admirador” y punto. Como debe ser, como es la norma entre los de la superioridad amoral. A ver si aprendemos algunos y, entretanto, ojalá que no tenga ocasión de practicar su puntería nuestro querido paisano, ese valiente, por proteger nuestra Constitución (o la suya).
4 comentarios:
¿Quién no se plantea reformarla, reescribir y actualizar algún artículo? No sé si afectaría a la Constitución o a otras leyes de inferior rango, como las electorales, pero parece evidente y necesario modificar alguna cosilla. P. ej., parece claro que el actual Presidente y Doctor es un okupa legal pero ilegítimo; no ha ganado unas elecciones, el pueblo “soberano” no ha pinchado ni cortado en el tema pero le tenemos con la sartén por el mango. ¿Muy democrático? Ahora, en Andalucía, puede pasar algo similar pero distinto; ganó en todas partes, menos en Almería, la señora Díaz. Pero, tras de las elecciones, saldrá un Presidente regional que no será ella. ¿Menos okupa que el de Madrid? “¡Oh! Es que lo permite la ley, es que ganó por que esta gente compraba sus votos…” Y bien, me pregunto, ¿tan difícil es disponer que gana y gobierna quien tiene mayoría de votos y punto, es decir, respetando la voluntad mayoritaria? ¿Tan difícil resulta que no se puedan comprar votos mediante subvenciones y otros medios? Es decir, ¿no puede evitarse que se creen regímenes a través de la limitación de mandato u otras providencias?
El problema es que lo aceptan si ganan ellos. Si gana el otro ya no va bien. En cuanto a la limitación de mandatos habría que reformar la Constitución, creo.
Lo tengo clavado en la memoria. La imagen del miliciano armado, “apatrullando” las aceras para imponer su justicia, su verdad, siempre me produjo un cierto regomeyo. Desde mis años de instituto, pocas veces he visto imágenes parecidas o leído bravatas de esos émulos de Superman. Hasta hoy. Acabo de ver la foto de este joven, “cheek to cheek” con la jefa andaluza de su preferencia política: “Si hay que matar a esos fascistas, yo seré el primero, cojo el fusil y venga, a hacer una cacería bien hecha", dice el admirador de la líder de Podemos en Andalucía. Y no puedo sino aplaudir la urbanidad, el respeto humano que le demuestra el periodista, seguramente progre y de izquierdas, claro: se refiere a él tildándole de “admirador” de la líder. Nada de llamarle imbécil, tonto el haba, bobo, capullo, zote, marmolillo, etc., quizás para que no se sintieran aludidos algunos de nuestros preclaros profesionales de la política. No, señor. “Admirador” y punto. Como debe ser, como es la norma entre los de la superioridad amoral. A ver si aprendemos algunos y, entretanto, ojalá que no tenga ocasión de practicar su puntería nuestro querido paisano, ese valiente, por proteger nuestra Constitución (o la suya).
Es terrible que hayamos llegado a esto. Pero décadas de LOGSE y similares dan mucho de sí. Y la prensa progre. Hay mucha tarea por hacer.
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