CONSTITUCIONALISMO RAZONABLE.
Antonio Garrigues Walker, prestigioso jurista y político, es
presidente de honor de la Firma de Abogados Garrigues. Fue también presidente ejecutivo de dicha firma desde 1961 hasta octubre de 2014. Preside la Fundación Garrigues y la Cátedra Garrigues de Derecho Global de la Universidad de Navarra.
En unas declaraciones de finales de Noviembre de 2018, dice: "Debe haber diálogo entre independentistas y constitucionalistas razonables".
Prestemos atención a la palabra ‘diálogo’. Dice Garrigues, que los independentistas y los constitucionalistas deben dialogar. Pero no es tan obvio lo que significa ‘dialogar’. En este mismo mes de Noviembre, el diputado Rufián mantuvo un diálogo con el diputado- y Ministro de Asuntos Exteriores- J. Borrell. Entre otras cosas le dijo que era un
‘hooligan’. Le acusó de ser el ministro más ‘indigno’ de la democracia española. ¿Diálogo?
Recordemos que algunos diputados de Ciudadanos hablaron de ‘golpistas’, refiriéndose a los políticos catalanistas presos, por orden judicial, por un presunto delito de rebelión o sedición. El diputado Tardá, de ERC, les acusó de ‘fascistas’. Sin embargo, es absurdo llamar ‘fascista’ a una persona que recuerda que hay presuntos ‘golpistas’, presos por orden judicial. Además, los diputados de Ciudadanos son demócratas. No se puede ser demócrata y fascista al mismo tiempo. ¿Diálogo?
Volvamos a Garrigues y su diálogo. Los independentistas quieren la independencia. Sin embargo, la Constitución Española no contempla —como ninguna otra de Europa ni de prácticamente ningún país— el derecho de un territorio a separarse. O sea, el derecho de autodeterminación. Una modificación de esta situación exigiría una reforma constitucional por el procedimiento agravado, o sea, aprobación por mayoría de dos tercios en Congreso y Senado y que la reforma se apruebe en referéndum por todos los españoles.
El doctor Pedro Sánchez, que actualmente es presidente de gobierno, recibe sonriente, en la Moncloa, al independentista y amigo de los golpistas, presidente Torra. Este supremacista y xenófobo catalanista llevaba, en la solapa, el lazo amarillo que simboliza su apoyo y adhesión a los golpistas. Sánchez encantado. Por cierto ¿es Torra un independentista razonable o radical? Habrá que preguntar a don Antonio Garrigues.
Torra, así como los presuntos golpistas, tienen el apoyo de los separatistas antiespañoles vascos para profundizar en la independencia de Cataluña. También tienen el apoyo del comunista Pablo Iglesias. Este extremista de izquierdas defiende el derecho de autodeterminación catalán y vasco, a pesar de que la ONU lo rechaza. Solamente lo admite para las colonias y pueblos oprimidos. Al comunista Iglesias, la ONU le importa un pimiento. Y la Constitución democrática española, también. Todo un demócrata. Por algo es admirador confeso de Lenin y Fidel Castro.
¿Qué ha
pasado en la España democrática desde 1978 hasta hoy? Cualquiera lo sabe, si se
quiere enterar. Que los partidos que han gobernado España desde entonces,
PP/PSOE, han dialogado con las famosas ‘bisagras’, o sea, con los antes
llamados nacionalistas periféricos. Ahora separatistas antiespañoles. ¿Y qué ha
sucedido en estos últimos cuarenta años? Que han dialogado, con talante, por
detrás y por delante. Especialmente por detrás. ¿Y eso?
Porque se han producido continuas cesiones de PP/PSOE a los separatistas antiespañoles. Nunca, al revés. O sea, los independentistas siempre han salido ganando del diálogo razonable. Todo a costa de los sufridos españoles que nunca hemos tenido un ‘hecho diferencial’ que llevarnos a la boca. Yo me apunto a estos diálogos razonables en los que siempre saldré ganando. Y luego seguiré quejándome. Y me haré la víctima para sacar más tajada la próxima vez.
Garrigues no es un ingenuo y sabe que esto es lo que ha sucedido, por mucho que lo adorne. Creo que ya pasó la época en la que, casi todo el mundo, decía que el Muy Honorable Pujol, ayudaba a la gobernabilidad de España. En 1984, el diario ABC, dirigido por Luis María Ansón nombró a Pujol ‘español del año’. Pero no está solo en estas estupideces. Gran parte de la izquierda sigue hablando de ‘encajes’ para que los independentistas se sientan cómodos. Una comodidad que han disfrutado a costa del resto de españoles. Que son los paganos de las continuas cesiones de PP/PSOE. Los españoles no necesitamos estar cómodos. ¿A cambio de qué han cedido PP/PSOE? Se supone que a cambio de la lealtad a la Constitución y al proyecto común llamado España. ¿Qué ha pasado en realidad? Que todas las cesiones las han aprovechado para distanciarse aún más de España. Y despreciarla públicamente, dentro y fuera. Una deslealtad en toda regla. Que ha sido posible por la estupidez e irresponsabilidad de PP/PSOE.
Garrigues no habla de ‘independentistas razonables’. No sabemos si supone que no los hay, o que todos los independentistas son razonables. ¿Es razonable dar- o apoyar- un golpe de Estado contra una legalidad democrática? Probablemente piensa que los independentistas razonables son los que se conforman con ejercer de sanguijuelas desleales sin dar golpes de Estado. Eso sí, insultándonos y haciéndose las víctimas. Con estos independentistas tendrían que dialogar los constitucionalistas razonables.
¿Quiénes son los constitucionalistas razonables? Los que, siguiendo una tradición de cuarenta años, se someten a las exigencias de los separatistas antiespañoles, ahora independentistas razonables. Los españoles sin ‘hecho diferencial’ debemos comprender que no podemos dialogar con ellos y decirles que se han pasado por el forro la legalidad democrática y las sentencias judiciales. Esto es provocación, no es talante dialogante. Estos son los constitucionalistas ‘razonables’.
Porque se han producido continuas cesiones de PP/PSOE a los separatistas antiespañoles. Nunca, al revés. O sea, los independentistas siempre han salido ganando del diálogo razonable. Todo a costa de los sufridos españoles que nunca hemos tenido un ‘hecho diferencial’ que llevarnos a la boca. Yo me apunto a estos diálogos razonables en los que siempre saldré ganando. Y luego seguiré quejándome. Y me haré la víctima para sacar más tajada la próxima vez.
Garrigues no es un ingenuo y sabe que esto es lo que ha sucedido, por mucho que lo adorne. Creo que ya pasó la época en la que, casi todo el mundo, decía que el Muy Honorable Pujol, ayudaba a la gobernabilidad de España. En 1984, el diario ABC, dirigido por Luis María Ansón nombró a Pujol ‘español del año’. Pero no está solo en estas estupideces. Gran parte de la izquierda sigue hablando de ‘encajes’ para que los independentistas se sientan cómodos. Una comodidad que han disfrutado a costa del resto de españoles. Que son los paganos de las continuas cesiones de PP/PSOE. Los españoles no necesitamos estar cómodos. ¿A cambio de qué han cedido PP/PSOE? Se supone que a cambio de la lealtad a la Constitución y al proyecto común llamado España. ¿Qué ha pasado en realidad? Que todas las cesiones las han aprovechado para distanciarse aún más de España. Y despreciarla públicamente, dentro y fuera. Una deslealtad en toda regla. Que ha sido posible por la estupidez e irresponsabilidad de PP/PSOE.
Garrigues no habla de ‘independentistas razonables’. No sabemos si supone que no los hay, o que todos los independentistas son razonables. ¿Es razonable dar- o apoyar- un golpe de Estado contra una legalidad democrática? Probablemente piensa que los independentistas razonables son los que se conforman con ejercer de sanguijuelas desleales sin dar golpes de Estado. Eso sí, insultándonos y haciéndose las víctimas. Con estos independentistas tendrían que dialogar los constitucionalistas razonables.
¿Quiénes son los constitucionalistas razonables? Los que, siguiendo una tradición de cuarenta años, se someten a las exigencias de los separatistas antiespañoles, ahora independentistas razonables. Los españoles sin ‘hecho diferencial’ debemos comprender que no podemos dialogar con ellos y decirles que se han pasado por el forro la legalidad democrática y las sentencias judiciales. Esto es provocación, no es talante dialogante. Estos son los constitucionalistas ‘razonables’.
¿Y qué
quieren los constitucionalistas no razonables?
Quieren que se aplique la legalidad vigente. ¡Qué falta de sensibilidad!
Un ‘constitucionalista razonable’ no hace esto. En primer lugar, enfatiza la enorme importancia histórica, cultural y económica de Cataluña. ¿Qué seríamos nosotros sin ellos? ¡Nada!
El segundo paso es admitir que su enfado con España es comprensible. ¡Pagan demasiados impuestos! ¡España nos roba! Los catalanes trabajando como burros y los españoles chupando del bote catalán.
El tercer paso, es asegurarles que la separación de poderes es muy flexible. Haremos que los jueces- en el proceso penal- lo comprendan.
Un ‘constitucionalista razonable’ no hace esto. En primer lugar, enfatiza la enorme importancia histórica, cultural y económica de Cataluña. ¿Qué seríamos nosotros sin ellos? ¡Nada!
El segundo paso es admitir que su enfado con España es comprensible. ¡Pagan demasiados impuestos! ¡España nos roba! Los catalanes trabajando como burros y los españoles chupando del bote catalán.
El tercer paso, es asegurarles que la separación de poderes es muy flexible. Haremos que los jueces- en el proceso penal- lo comprendan.
O sea, diálogo ‘razonable’ con los que quieren romper España. Nos toman por tontos.
Sebastián Urbina.
(Publicado en ElMundo/Baleares/10/12/2018.)
8 comentarios:
Uno de los finales de esta película, posiblemente el más probable, puede ser que la Generalitat siga en las mismas manos, extremidades que empuñarán más dinero, más competencias y, en definitiva, más esperanzas y medios para el futuro. No conviene enfadar a esos cuatro fanáticos, la convivencia, el encaje, ya se sabe, etc. Quizás estoy equivocado, pero me parece que el único “happy end” posible sería el que situara a esos descontentos en la irrelevancia política y se devolviera al gobierno nacional alguna que otra competencia, la enseñanza, por ejemplo. Yendo a otro tema, no entiendo que todos los españoles estemos pagando los sueldos y prebendas de tantos enemigos de España como se mueven por el País y las Cortes. No descarto, dada mi corta talla, quedar muy lejos de los altos, sublimes dinteles de la más sana democracia pero pagar a los miembros de esa panda, la verdad, me tiene en un sinvivir.
P. S.: Por encima de razones democráticas o morales como la tolerancia, capacidad de diálogo y demás, ¿no será que tanto ponerse de perfil se explica por que se pueden precisar sus votos, que nunca se sabe?
P. S.: Después de todo lo visto, oído y leído, ¿puede volver el gobierno de Cataluña a las mismas manos? Ni democracia ni jóvenes gallináceas en vinagre: el timón en manos fiables y leales y recuperación de las competencias, ya. De otra parte, ¿porqué he de contribuir, aunque tan sólo sea con una fracción insignificante de mi pensión, al bienestar económico de gentes como los Tardá, Rufián, Montilla, etc.? Protesto. No sólo creo que es injusto; me parece, además, estúpido.
P. S2.: ¡Me lo acaban de confirmar, de buena fuente! ¡No son cartitas lo que ha enviado Sánchez a Torra; son postales con unas vistas muy bonitas!
Estoy de acuerdo con las opiniones de (A) y de (Arcoiris). Yo también estoy harto e indignado con esta corrupta y carísima partitocracia. Encima encaminándose a la ruptura de España. Que espero que no se produzca. Primero, porque no quiero una España rota y, en segundo lugar, porque- si se produjera- habría, previsiblemente, violencia. Y una vez que empieza, no es fácil controlarla.
¡Viva la libertad de expresión! ¡Y que cada quién opine como le dé la gana! ¿Se puede ser más tolerante y democrático? Sin embargo (que no se entere nadie) algún límite, algunas prohibiciones sí creo que habrían de establecerse sí se pretende una buena convivencia en el establo, digo yo. Por ejemplo, el casi MH y vicario sr. Torra, está en su derecho de llevar en su solapa el lacito amarillo cuando va a la Moncloa: libertad de expresión, ¿no? Como está en su derecho de opinar que desea desgajar Cataluña del resto de España y enviar a la monarquía española a donde se fue el alcalde de mi pueblo. Ahora bien, cuenta con un poder en sus manos. ¿Qué se espera de él sino que trate de hacer realidad sus deseos, sus opiniones, nada ocultos? ¿No es eso ser consecuente? ¿Y qué se espera de los Mas, Junqueras, Urkullu, ERC, CUP, CDR, etc.? En definitiva, creo que no somos más tontos por que no entrenamos lo suficiente, aunque no estoy muy seguro de ello.
P. S.: ¡Y que les pague quien les vote, incluyendo pensiones vitalicias y otras gabelas! Por cierto, ¿no resulta enternecedor que el MH (o H & M; nunca estoy seguro) sr. Puigdemont cobre de todos los españoles mientras pone a bajar de un burro todo lo que no sea su Cataluña?
Antonio Garrigues asusta en cuanto aparece, hay que acordarse de la "operación Roca". Creo que las cosas van a cambiar en España porque esto es insostenible.
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