(Cuando un dirigente- supuestamente democrático- se pone del lado de los violentos y en contra de las fuerzas del orden, que tratan de evitar la violencia callejera incontrolada, es que se ha llegado a un punto de extrema gravedad.
No espero que el mediocre y sectario doctor Sánchez acepte la realidad. Perdería los apoyos que necesita para que él y su mujer viajen en primerísima clase. Y menos aún, Podemos.
Pero recuerden que, dadas las graves circunstancias actuales, el crecimiento de Vox sirve para calmar la violencia latente que tenemos en España.
Para los que, todavía, no entienden. Los millones de españoles hartos de que se viole la ley impunemente. Que se siga transfiriendo dinero- de todos los españoles- a los que apoyan públicamente a los golpistas. A los que discriminan a los castellanohablantes. E insultan- con insoportable habitualidad- a España y a los españoles. Sin que pase nada.
Cuidado. La situación es muy grave. El que avisa no es traidor.)
TORRA SE PONE AL LADO DE LOS VIOLENTOS.
En toda democracia, el Estado tiene el monopolio de la violencia que se ejerce con el fin exclusivo de garantizar la seguridad y la normal convivencia de todos. Es un principio aceptado por cualquiera que crea en el Estado de derecho y su grandeza. Pero en España no ganamos para dislates un día sí y otro también y, en esa insufrible anomalía institucional que sufren los catalanes, todo es el mundo al revés. Y, así, la Generalitat arremete contra sus agentes de Seguridad y se pone del lado de los CDR -autodenominados Comités de Defensa de la República- que tratan de convertir el espacio público en una kale borroka al más puro estilo de los cacharros etarras.
Las críticas y amenazas que han recibido los antidisturbios de los Mossos por su actuación el jueves para frenar a las turbas que trataban de impedir en Girona y Terrasa actos por la Constitución, con orden incluida del president Torra para depurar la cúpula de la consejería de Interior, suponen una vergüenza inadmisible en un país democrático.
Si las instituciones son incapaces de preservar el orden público y el normal desarrollo de las libertades individuales -incluido ese derecho a la expresión de los no independentistas que vemos cómo cada día se les niega a dirigentes constitucionalistas-, y por si fuera poco se encomiendan a quienes conculcan la ley, nos encontramos con que la civilización ha sido sustituida por la selva.
Esto está ocurriendo hoy en la Cataluña del independentismo. Ni Torra ni el conseller de Interior son dignos de permanecer un solo día más en sus cargos. Los propios sindicatos de los Mossos exigieron ayer la dimisión del conseller Miquel Buch por cuestionar la intervención contra las hordas radicales, sin que parezca importarle siquiera el hecho de que hasta 15 agentes resultaron agredidos el jueves.
Nada sorprende ya. Cabe recordar que el president ya azuzó a los CDR el pasado octubre con motivo del aniversario de la consulta ilegal del 1-O. "Hacéis bien en apretar", les instó, en un inequívoco apoyo a la violencia que despliegan estos grupúsculos. El Govern y la dirigencia independentista en general les necesita para mantener la tensión en la calle frente al hartazgo cada vez mayor de los ciudadanos, y tratar de mantener unidas a las corrientes del secesionismo ante la proximidad de hechos como el juicio a los políticos encarcelados acusados de rebelión.
Pero la irresponsabilidad de Torra -que va a ayunar 48 horas en solidaridad con los presos en huelga de hambre- es tal que no duda en jugar con fuego. Su incitación a las movilizaciones contra el Consejo de Ministros que se celebrará en Barcelona el 21 de diciembre puede derivar en otra orgía de absoluto descontrol y violencia.
Los Mossos están demostrando en un contexto tan difícil una gran solvencia y neutralidad. Actuaciones como la del jueves echan por tierra también las falacias del independentismo en el exterior cuando denuncian que Cataluña sufre la violencia de las policías españolistas. Pero, más allá de exabruptos, la seguridad es un asunto crucial. Y el Gobierno central no puede desentenderse y mirar hacia otro lado. No se olvide que la seguridad pública es competencia del Estado, cuya gestión está transferida en este caso a la comunidad autónoma, que debe ejercerla con responsabilidad y bajo control.
El ministro Marlaska no puede seguir escondiendo la cabeza como el avestruz y haciendo declaraciones que sólo blanquean una realidad cada vez más violenta.
(Edit.ElMundo/8/12/2018.)
DECLARACIONES DE A. BOADELLA.
El presidente de Tabarnia analiza la actualidad política de España en una entrevista en El Mundo en la que denuncia la metástasis en la sociedad provocada por los independentistas: "A ellos no
les une la ilusión por Cataluña, sino el odio a
España".
"Tenemos a dos millones y pico de personas, sobre todo, localizados en la Cataluña agropecuaria, unidas en el odio a España".
(LD/8/12/2018.)
DECLARACIONES DE A. BOADELLA.
El presidente de Tabarnia analiza la actualidad política de España en una entrevista en El Mundo en la que denuncia la metástasis en la sociedad provocada por los independentistas: "A ellos no
les une la ilusión por Cataluña, sino el odio a
España".
"Tenemos a dos millones y pico de personas, sobre todo, localizados en la Cataluña agropecuaria, unidas en el odio a España".
(LD/8/12/2018.)
4 comentarios:
Un observador neutral, un alienígena, creo que no entendería la situación en Cataluña; me parece que no comprendería cómo es posible que gobierne ininterrumpidamente, durante casi cuarenta años, la minoría demográfica, que la lengua de imposición, la de la minoría demográfica, sea la oficial mientras se acosa a la de los más, que se acepten los resultados de votaciones con abstenciones escandalosas, que se proclame vencedor de los comicios y se ceda el mando del timón al partido que saca menos de seiscientos mil votos con una abstención del 38,90%, o sea, un millón trescientos cuarenta mil pringaos, etc., etc. Claro está que, se supone, un observador neutral, un alienígena, no conoce las entrañas de nuestra democracia ni las de nuestros lactantes (por no llamarles mamones).
Así es. Lo que muestra la enorme importancia de la propaganda. Escuelas, institutos, universidad, prensa subvencionada, televisiones...
Que en nuestra partitocracia funcionan las “puertas giratorias” y otras prebendas que sólo benefician a los profesionales de la política, nuestros inefables lactantes (por no llamarles mamones), es un aserto que parece que no precisa de pruebas. Así, más bien pronto que tarde, Dios mediante, nuestro Presi okupa y el casi MH cobrarán una envidiable y bien merecida (¿estás de coña, tío?) pensión vitalicia: todo el resto de sus vidas cobrando un pastizal del dinero nuestro, más otros privilegios, nada gratuitos. Es más, cabe que el primero siga los pasos del circunflejo supervisor de nubes, como tantos otros desahogados, y le tengamos pronto en eso que llaman Consejo del Reino o algo así. Para mi inminente reencarnación no me pediré ser profesional de la política: se me caería la cara de vergüenza.
Es vergonzoso e indignante. No me extrañaría que algún día pasase algo que haga lamentarse a mucha gente. Son décadas de abuso, corrupción, despilfarro e impuestos excesivos. El español trabaja seis meses para el Estado. El autonómico.
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