(LA EXTREMA DERECHA PERSIGUIENDO A UN PACÍFICO CIUDADANO.)
(La opinión de T. Snyder no es excepcional. Es frecuente entre los
intelectuales. Mi opinión es que intelectuales, periodistas, profesores,
escritores y similares, en general, son progresistas. Este término es, para mí,
negativo. Vinculado- en diferentes niveles- al sectarismo y la falsa
superioridad moral.
Sólo así, entiendo yo, es factible decir tantas idioteces. No niego que
la ‘extrema derecha’ – suponiendo que Vox lo sea, pero no entro en este
análisis para no extenderme- pueda plantear problemas a la democracia tal como
se la entiende habitualmente. Pero aclaremos que Vox defiende la Constitución.
Quiere hacer modificaciones dentro de la legalidad. Esto no es
inconstitucional.
Lo grotesco, - y que muestra el enfermizo sectarismo de la progresía- es
que no hablen del peligro de la ‘extrema izquierda’. En España, concretamente,
si hay un peligro ‘fascista’- uso esta palabra de manera poco precisa, como un
insulto- es de los comunistas de Podemos. ¿Es que no han aprendido qué es el
comunismo? Es, junto al nazismo, la doctrina más asesina y totalitaria del
siglo XX.
Resumiendo, estas declaraciones- así como la mayoría de la prensa
canallesca que disfrutamos en España- son vomitivas. Todo el mundo pone cara de
susto porque viene la ‘extrema derecha’, pero nadie pone cara de susto por la
‘extrema izquierda’. O sea, los comunistas podemitas.
¡Qué nivel!)
Timothy Snyder: "Si no
hacemos nada, la extrema derecha seguirá creciendo".
La historia no se repite, pero sí alecciona. Y
lo que la historia europea nos enseña es que las sociedades pueden
resquebrajarse, las democracias pueden caer, la ética puede desplomarse y la
gente corriente puede verse abocada a situaciones inimaginables. Nos lo
recuerda Timothy Snyder (Ohio, 1969), catedrático de Historia en la
Universidad de Yale, experto en historia de Europa central y oriental y autor
de varios libros, entre otros 'Sobre la tiranía' y 'El camino hacia la no
libertad', publicados ambos en España por Galaxia Gutenberg.
De paso por
Madrid, invitado por la Fundación Rafael del Pino, hablamos con él de España,
de la ultraderecha, de Vox,
de Trump,
del Brexit,
de Francia y demás asuntos candentes.
Hasta el
pasado domingo España era uno de los poquísimos países europeos en los que la
extrema derecha no tenía representación parlamentaria. Ahora, sin embargo, ya
la tenemos. Vox ha irrumpido en las elecciones andaluzas con 12 diputados...
Bueno, España ha tenido extrema
derecha durante mucho tiempo, desde 1939 hasta 1975. Y por supuesto, no es
posible olvidar la Historia, siempre vuelve, de un modo o de otro. Me imagino
que una de las cosas que sucederá ahora es que el éxito de Vox provocará una
discusión sobre el régimen de Franco, lo que aún queda de él y cuánto de ese
pasado queda. Por otra parte, bienvenidos a la normalidad, esta es la situación
en la que se encuentran la mayoría de los países europeos y no veo ninguna
razón por la que España pudiera ser siempre una excepción.
Pero lo más importante en mi opinión
es que nos preguntemos: ¿Qué hacemos ahora? Es muy fácil llegados a este punto
decir que estamos muy sorprendidos, que lo que está ocurriendo es muy
alarmante. Pero la verdadera cuestión es: ¿Qué hacemos ahora?
Pues
dígamelo usted: ¿Qué hacemos ahora?
La respuesta sería averiguar por
qué la gente está votando como vota y averiguar los apoyos con que cuenta
Vox, no sólo políticos sino también financieros. Cuando un partido de extrema
derecha irrumpe en la escena política siempre se describe a sí mismo como
nacional, pero la realidad es que la extrema derecha ahora es mucho más
internacional que la izquierda.
Pensamos en la izquierda como internacional,
pero hoy en día los partidos de izquierdas funcionan a nivel nacional mientras
que los de extrema derecha están muy bien coordinados a nivel internacional.
Así que cuando un partido de extrema derecha aparece en la escena siempre es
interesante preguntarse si tiene conexión con la extrema derecha
estadounidense, con los rusos...
(Irene Hdez Velasco/ElMundo/6/12/2018.)
1 comentario:
Afortunadamente, siempre hay en el País alguien con luces propias capaz de iluminarnos el camino hacia la solución correcta de los problemas que nos puedan afectar. Son líderes natos, caudillos, guías, conductores de masas (frecuentemente sin bigotillo), regalo de la Providencia. Como el casi MH Torra I, “el vicario” (todos sabemos que guarda el sitio al prófugo), que acaba de regañar a los “mossos” y les ha dicho que no se han comportado como una policía democrática por que han breado a los de la CUP y que cuando se ordena “¡Leña al mono!” se sobreentiende que el mono son los otros, los malos, que vienen, que están llegando. Y es que, lo ve un ciego, una policía de verdad democrática y catalana sólo debe crujir a los “españoles” y si son de VOX con más motivo. Incluso los afectados de cataratas alcanzan a ver con claridad meridiana que una policía irreprochablemente democrática y catalana, al llegar al lugar del encontronazo entre los “antifascistas” (CUP, Arran, podemitas, filoetarras, etc.) y los constitucionalistas de mierda, siempre deben de unirse y mezclarse con los primeros y sacudir a los que nos quieren devorar por los pies. Y si no, ¿para qué les pagamos todos, incluidos los breados, sus buenos salarios?
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