jueves, 31 de diciembre de 2020

2020: CONCLUSIONES

 

2020: conclusiones

2020 ha sido, en España, el año en que se ha formado el Gobierno social-comunista con apoyo separatista. Gobierno que ha cosechado las peores cifras en muertos por millón y en destrucción económica, y que ha pisado el acelerador aprobando a marchas forzadas medidas de hondo calado como la eutanasia o la ley de (mala) educación. Otras están en curso, como el control definitivo del poder judicial.

2020 ha sido, en Hispanoamérica, un año de avance impetuoso de la izquierda neomarxista y posmodernista: en Chile, en Perú, Bolivia, en Argentina con la recién aprobada y delirante ley del aborto.

En Estados Unidos, 2020 ha sido el año de los disturbios de Black Lives Matter y Antifa, y el de las elecciones presuntamente amañadas. Trump no se da por vencido y emplaza a sus seguidores al 6 de enero en Washington, DC, aunque sus periódicos no se lo cuenten. 2020 es también el año en que las redes sociales han censurado al mismísimo Presidente de los Estados Unidos, uniéndose definitivamente al coro mediático que trata de dirigir al rebaño occidental.

En China, 2020 ha sido el año en que han continuado creciendo mientras enviaban al resto del mundo el regalito del virus. También ha sido el año en que han dejado claro que van a someter a Hong Kong, sin importar lo que digan los tratados, y a disputar a Estados Unidos el liderazgo mundial con todo tipo de estrategias.

2020 ha sido el año en que nos han encerrado durante meses en nuestras casas, han mandado cerrar nuestros negocios, nos han prohibido reunirnos, por una enfermedad con “una tasa de letalidad IFR del 0,2%, el doble que la gripe estacional” (Fernando del Pino). Es cierto que, de enfermar demasiada gente a la vez, la falta de cuidados adecuados multiplicaría esa tasa. Pero también es cierto que nunca sabremos cuántas muertes estará causando el confinamiento, con el aplazamiento de pruebas de diagnóstico y operaciones; con los problemas psicológicos, el paro y la pobreza ocasionada en todo el mundo. Pero más que entrar a discutir las medidas o sus efectos, interesa señalar que 2020 ha sido el año en que el Tribunal Constitucional ha evitado pronunciarse sobre esta suspensión generalizada de derechos fundamentales.

2020 ha sido también el año en que se ha enviado al exilio de manera oficiosa y vergonzante al Rey Juan Carlos, artífice de nuestro actual sistema teóricamente democrático. Justo el año en que dicho sistema se ha puesto en entredicho, y no para mejorarlo, sino para terminar de suprimir la débil división de poderes.

2020, en fin, es el año en que el Foro Económico Mundial nos vende la necesidad de un Gran Reinicio en el que, siguiendo los sabios consejos de Greta Thunberg, “el mundo debe romper los viejos contratos y construir nuevos sistemas para salvar el clima”. También nos dice que “la riqueza, y no el coronavirus, es la mayor amenaza para nuestro mundo” porque “la verdadera sostenibilidad sólo se logrará a través de cambios drásticos en el estilo de vida”. Todos vimos qué bonitos los canales de Venecia, cómo nadaban los delfines en los puertos, durante el confinamiento. Lo que no nos mostraron es cuántos millones de personas morirán, cuántos vivirán en la miseria, cuántos dejarán de nacer, por lo mismo.

En línea con ello, el plan de salida de la crisis de la UE no se centra en las personas y negocios más golpeados por las medidas sanitarias, sino en la digitalización y la sostenibilidad. Resiliencia e igualdad de género también tienen su hueco, por supuesto. Pedro Sánchez ya se ha asegurado el control personal del reparto del dinero, en buena parte financiado con más deuda. ¿Qué puede salir mal? Se avecina el mayor robo de la historia. Socialismo en vena: más intervencionismo, más control, más capitalismo de amiguetes. Más corrupción. Por eso las grandes empresas comen de su mano.

2020 ha sido el año en que la libertad ha quedado malherida. Esperemos que no muera.

 

(MallorcaDiario/31/12/2020.)



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