jueves, 17 de diciembre de 2020

TRUMP VS BIDEN

 

Trump vs Biden – Resumen para dummies

¿Qué está ocurriendo en Estados Unidos? Ni las televisiones ni los grandes periódicos están informando. Twitter apostilla los mensajes del Presidente de los Estados Unidos, mientras no tiene inconveniente con los de Sánchez o permite delicias como #FuegoalClero. Youtube decide eliminar todos los vídeos que hablen de fraude electoral. Desde el 3 de noviembre nos dicen que Biden ya es presidente. Y sin embargo nos llegan ecos de que algo se está discutiendo, aunque no serían más que locuras de Trump. ¿Es éste un modo normal de informar? ¿Se mezcla información y opinión? Más aún, ¿están los medios legitimados para decidir qué es verdad, censurando todo lo que les contradiga?

Llevo ya bastantes semanas siguiendo diversas fuentes -empezando por el mismo Trump-, y creo poder resumirles algo. Sin entrar a decir quién tiene razón, porque no lo sé. Sólo sé que hay dos versiones radicalmente contrapuestas, pero que sólo nos informan de una, mientras ocultan, tergiversan y ridiculizan la otra. Y sé que las espadas están en todo lo alto, y que parece que así seguirán al menos hasta enero.

Esto es lo primero: no, Trump no se da por vencido. Para muestra algunas perlas que acaba de escribir (traducción libre): “Están apareciendo pruebas tremendas del fraude electoral. ¡No había habido nada igual en nuestro país!” “Tremendos problemas con las máquinas de votación. (…) Capaces de convertir una victoria por goleada en una derrota ajustada”.

Y es que Trump, su equipo legal, y otros abogados están presentando demandas en diversos estados alegando hechos que, de ser ciertos son, efectivamente, ¡tremendos! Que las máquinas que escanean los votos y su software fueron diseñados para Hugo Chávez y se habrían empleado en Venezuela, en otros países, y ahora en los Estados Unidos, para robar elecciones. Que países como China estarían implicados. Y hasta habría conexiones españolas.

Esta semana ha trascendido un informe pericial sobre las máquinas en el condado de Antrim que confirmaría el fraude, mientras el presidente del poder judicial del Senado de Arizona ha autorizado una auditoría forense completa de las máquinas y el software Dominion. Se van conociendo videos sospechosos grabados en colegios electorales. Se aportan miles de affidavits (declaraciones juradas de testigos que acarrean penas de cárcel por falso testimonio). Todo ello, con una elevadísima y sospechosa participación, entre otros indicios estadísticos. El recuento se interrumpió en la madrugada de la noche electoral, lo que coincidió con el volcado de miles de votos a favor de Biden, también en extrañas circunstancias, según los demandantes (expulsión de observadores, tuberías de agua rotas, etc.)

Evidentemente, esto necesita tiempo para aclararse. Pero además de la parte judicial, están teniendo lugar audiencias de horas en los parlamentos estatales (“legislatures”) donde se analizan estos hechos. Las legislatures son relevantes porque son quienes designan a los representantes (“electors”) que elegirán al presidente. El voto popular sólo es indicativo para las legislatures, no vinculante, porque el Presidente no representa al pueblo americano sino a las legislatures, que son quienes representan al pueblo de cada estado. Esto lo explica brillantemente Vicente Miró aquí (un descubrimiento, su blog).

Total, que las legislatures pueden designar electors distintos de los que indicaría el voto popular. Sobre todo si el voto popular no está claro porque se está aclarando un supuesto fraude electoral. Pues bien, en esta tesitura siete estados han presentado una doble lista de electors: Pensilvania, Georgia, Míchigan, Wisconsin, Arizona, Nevada y Nuevo México. Esto querría decir que no está claro qué ocurrirá cuando se reúna el colegio electoral (la asamblea de todos los electors) para elegir presidente.

Según las pocas personas que informan sobre esta versión alternativa de los hechos, Marcial Cuquerella (@cuquemar) en La Gaceta de la Iberosfera, y Elena Berberana (@ElenaBerberana) en Libertad Digital, esto abriría las puertas a una “elección disputada” el 6 de enero, cuando Mike Pence, en su calidad de vicepresidente, podría rechazar los votos de aquellos estados en los que hay razones para pensar que han sido amañados. Ningún candidato alcanzaría el número de votos necesario, y según la Constitución, en esta situación votaría la Cámara de Representantes por un procedimiento especial: un estado, un voto. Lo que conduciría a una victoria republicana.

Otras fuentes apuntan que existirían además otras vías a disposición de Trump, como la Orden ejecutiva (una especie de decreto ley) firmada por Trump en septiembre de 2018 para el caso de interferencia extranjera en procesos electorales, entre otras (a este respecto no querría dejar de mencionar otra fuente como Daniel Ari (@WharfRat_DE).

En fin, pasará lo que tenga que pasar. Lo que me parece bastante claro es que los medios no están informando, sino lo contrario, en lo que parece una campaña de presión y miedo para condicionar a los jueces y obligar a Trump a rendirse. Ni que estuvieran en España.

 

(MallorcaDiario/17/12/2020.)



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