Maldad y estupidez
Decía el filósofo, historiador y economista escocés David Hume que los romanos del Imperio Romano eran muy parecidos -en cuanto a las pasiones humanas- a los escoceses de su tiempo, siglo XVIII. A pesar del tiempo transcurrido y de los cambios producidos por los grandes inventos de la revolución industrial, como la máquina de vapor, el piano, barco de vapor, máquina de hilar, termómetro de mercurio, etcétera.
Las pasiones humanas no habrían cambiado, de manera significativa, desde los romanos hasta Hume. Yo diría que hasta hoy. Veamos un ramillete de estas pasiones humanas, que permanecen prácticamente inalterables, a pesar de la televisión, internet, viajes espaciales, inteligencia artificial... Por ejemplo, envidia, soberbia, lujuria, avaricia, gula, cobardía...
Pero no me centraré en este panorama que invita al comentario, sino a dos nefastas plagas, la maldad y la estupidez. Que no deben verse como algo desvinculado de las pasiones humanas anteriormente citadas.
La maldad es más vieja que el pan y que la profesión más antigua del mundo. O sea, hacer daño a los demás, a veces con beneficio propio y, a veces, por el placer de hacer daño. Desde asesinos, torturadores, violadores, corruptos y violentos de toda laya.
Para esta plaga tenemos, en nuestras sociedades democráticas actuales, un sistema judicial, policial y carcelario. El artículo 25.2 de nuestra Constitución dice: ‘Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados’.
La reinserción social de estas personas es muy deseable, pero la experiencia enseña que una parte nunca se reinserta. Como ya vio Luis Jiménez de Asúa, gran penalista y presidente de la República en el exilio.
Y ahora, la otra nefasta plaga, la estupidez. Carlo Cipolla, en su libro ‘Allegro ma non troppo’, usa un modelo matemático, parecido a los habitualmente utilizados en sociología, para enunciar unas leyes que mostrarían la preocupante abundancia de estúpidos y el gran poder que detentan.
Partiré de lo que dice Cipolla, que el número de estúpidos es asombrosamente abundante, pero me centraré en otros aspectos. Primero, el término ‘estúpido’ es muy vago. Cubre un amplísimo espectro. Desde el que balbucea sin saber hacerse entender, hasta el intelectual orgánico e inorgánico, dispuesto a llevarnos a un ‘mundo feliz’. Bajo su dirección, por supuesto.
Dentro del amplio espectro del término ‘estúpido’, hay un espécimen especialmente importante y peligroso. Es el intelectual comprometido. De izquierdas, por supuesto. Los ejemplos son interminables, de modo que señalaré solamente a uno reciente. Se trata de Slavoj Zizek. En 2012, fue incluido en una lista de los 100 mejores pensadores globales.
No dudo de su valía, pero soltó una buena estupidez.
¿Qué dijo Zizek, aprovechando su reciente libro sobre el coronavirus?: "Pandemic! COVID-19 shakes the world".
Dijo: "El dilema es barbarie, o un comunismo reinventado". Es decir, reinventar uno de los dos sistemas totalitarios más criminales del siglo XX, el comunismo. ¡Para salvarnos de la barbarie! Ni Sánchez, asesorado por Redondo, suelta estupideces tan gordas.
Repitamos que la Unión Europea aprobó- el 19 septiembre/2019- la llamada ‘Resolución sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa’. En ella, condena los crímenes cometidos por los regímenes nazi y comunista a lo largo del siglo XXI. Recuerda que estos regímenes- nazi y comunista- cometieron asesinatos, genocidios y deportaciones, a una escala nunca vista en la historia de la humanidad.
Y con esto pasamos a la estupidez en la España actual. ¿Cómo es posible que haya tanta gente- políticos y canalla mediática incluidos- encantada de tener comunistas en el gobierno, colocados por el felón Sánchez? Aunque las masas, adecuadamente manipuladas, creen que el peligro es Vox.
Otro ejemplo entre los muchos que deberían avergonzar a la izquierda. En marzo de 1976, el escritor Aleksander Solzhenitsyn fue entrevistado por TVE. Contó las brutalidades de los campos de concentración comunistas en los que estuvo encerrado. Dijo que la libertad en España era mayor que en la Unión Soviética. El novelista Juan Benet se enfureció y reprochó a las autoridades soviéticas -en ‘Cuadernos para el Diálogo’- que hubieran dejado libre a A. Solzhenitsyn.
Por lo menos, este novelista- J. Benet-, malvado y estúpido, no tenía poder político. Ahora hay comunistas en el gobierno, colocados por Sánchez. Y el ‘centro centrado’ no quiere ‘batalla cultural’. Lo nuestro es la gestoría administrativa. ¿Verdad, Pablo? ¿Seguirás insultando a S. Abascal, o aprenderás que el enemigo político- de España y la Constitución- es Sánchez/Podemos/golpistas/filoetarras?
La propaganda progresista quiere hacer creer que el liberalismo y la economía de mercado son los culpables de nuestras desgracias. La solución sería el criminal comunismo del siglo XXI. Reinventado, eso sí. La ministra Celaá dejará pasar curso en Primaria y Secundaria en función de la ‘madurez’ y sin importar el número de suspensos. ¡Así tragarán lo del comunismo reinventado y lo que haga falta! Con la ayuda de los siervos mediáticos subvencionados, que manipularán fácilmente.
Josep Borrell (PSOE), supuestamente moderado, se suma -en una entrevista en El Mundo, a principios de abril/2020- a la moda intervencionista, proponiendo mucho más Estado. ¡Qué peligrosa estupidez!
Los dos principales diarios de Estados Unidos, The New York Times y The Washington Post, denunciaron que, desde Bruselas, Borrell se doblegó ante las presiones del gobierno chino (comunista, recordemos) para corregir un informe oficial de la Unión Europea y eliminar las acusaciones que había en él de que Pekín tiene en pie ‘una campaña de desinformación global’. Borrell también ‘blanquea’ la dictadura cubana.
El rey Felipe VI ha sido recibido en Cataluña, groseramente, como corresponde a los golpistas catalanistas que apoyan a su compinche Sánchez, a cambio de indultos y otras indignidades socialistas. El presidente de la generalidad, Pere Aragonés, ha plantado al Rey en la cena de gala de las jornadas del Círculo de Economía, aunque estuvo rodeado de Obispos catalanistas, empresarios catalanistas y numerosos catalanistas variopintos. ¡Qué cruz, Majestad!
El golpista Junqueras humilla al presidente de gobierno: "El indulto muestra las debilidades del Estado". Pero el felón Sánchez se arrodilla y traga, para mantener el sillón.
¡El socialismo español premia a los enemigos de España y de la Constitución!
Sumisión, o batalla cultural. ¡Ya!
Este es el dilema.
(MallorcaDiario/23/6/2021.)
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