La hegemonía cultural de la izquierda
Una madre denuncia que la Generalidad Valenciana niega la enseñanza en castellano a su hijo con síndrome de Down. Como afirma la madre, el niño no entiende nada en clase. Todos los libros están en valenciano menos dos cuentos en español.
Por desgracia esto no es nuevo en España. En Cataluña- de cada vez más en Baleares y Valencia- los nacionalistas identitarios y la izquierda moralmente superior van de la mano en su enfermizo sectarismo antiespañol. En Cataluña, son recientes las manifestaciones en Canet, frente a la casa de un niño cuyos padres piden que se cumpla la sentencia del Tribunal Superior de Cataluña, de impartir el 25% de las clases en español. Iba a escribir en ‘castellano’, pero no. Ni ‘este país, ni ‘castellano’. España y lengua española. Un detalle más de la hegemonía cultural de la izquierda que esconde ‘España’, o la desprecia. Pablo, despierta.
Denuncian ante la Comisión Europea la "fuga" de jueces y fiscales en Cataluña por el acoso independentista. Tranquilos. El acoso no es de Vox.
Por cierto, hace 27 años que los etarras (cuyos primos son socios del socialista Sánchez) asesinaron a Gregorio Ordóñez. Pero no perdamos el tiempo con nimiedades. Centrémonos en el peligro fascista de Vox.
Hay que soportar, no solamente a los políticos directamente responsables de estos atropellos catalanistas (socios de Sánchez), sino también a masas fanatizadas, vociferando contra la mencionada familia de Canet, o contra un grupo de políticos y militantes populares en Vic, que reclamaban bilingüismo, en las calles. Tuvieron que ser protegidos por la policía autonómica catalana.
Los argumentos jurídico-político-filosóficos de las turbas identitarias catalanistas se resumen en esto: ‘Fuera fascistas’. Dicho en catalán, que es la lengua de la libertad: ‘fora feixistes’. Y yo que creía que esto era solamente para Vox. ¿Te enteras Pablo? Es ultraderecha todo el que se opone a lo que nosotros queremos. No es tan difícil.
Molestan más, incluso, las quejas de los que, aparte de criticar-se supone- estos comportamientos antidemocráticos, centran sus protestas más virulentas contra el supuesto fascismo de Vox. Por ejemplo, individuos por los que no tengo respeto político, como Toni Roldán, ex portavoz económico de Ciudadanos en el Congreso de Diputados, Francisco Igea, candidato por Ciudadanos a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, o el vicepresidente de la Junta de Andalucía, de Ciudadanos, Juan Marín, entre otros. Este último, Marín, resume lo que opinan los tres, en una frase que muestra su finísima sensibilidad democrática herida. Dijo: ‘Mientras yo esté aquí, Vox no cantará el Cara al Sol’.
Son personas exquisitamente democráticas que- además de autoproclamarse expendedores del título de demócratas- no consideran- o no se nota- que el verdadero peligro para la democracia, en España, (aparte de sus idioteces) está en los repetidos comportamientos antidemocráticos- a veces inhumanos- de los nacionalistas identitarios. Y sus amigos golpistas. Y los herederos políticos de ETA. Todos socios de Sánchez.
Pero a lo que iba. Aunque algunas de estas personas, de fina sensibilidad democrática, no me merecen respeto político, otras sí. Por ejemplo, Arcadi Espada. Pero aún reconociendo su gran valía, no criticaré lo que dice, sino que reproduciré lo que escribió- magistralmente- Vidal Quadras, en su artículo ‘Extremismos’.
‘Sorprendentemente en alguien tan despiadadamente racional como Arcadi, en su intercambio de perspectivas con Federico se deja llevar por el etiquetaje prescindiendo de la evidencia empírica.
Desde esta óptica, los planteamientos de Federico son difícilmente rebatibles. En efecto, ¿quiénes son los extremistas, los que se alían con el separatismo, indultan a sediciosos, aceptan a los filoterroristas como mascota de compañía, convierten nuestras fronteras en un coladero, abren viejas heridas ya cicatrizadas por la Transición, enfrentan aviesamente a hombres con mujeres, forman coalición con totalitarios comunistas y chavistas y pretenden vaciar los bolsillos de los sectores sociales que sostienen el país crujiéndolos a impuestos, o los que actúan en los tribunales para defender la Constitución, facilitan Ejecutivos sin entrar en el reparto del botín, reclaman una fiscalidad no confiscatoria, abogan por la reconciliación, afirman la unidad nacional, exigen medidas para el control de la inmigración irregular y reclaman la igualdad ante la ley con independencia del sexo del justiciable?
Al menos para mí, estas palabras de Vidal Quadras son suficientes para rechazar las habituales críticas progres a Vox, equiparándolo- en extremismo- al comunista Podemos o Bildu. Socios de Sánchez. También me resultan suficientes para rechazar las críticas de ‘pesos pesados’, como Arcadi Espada.
Lo que dijo Vidal Quadras- que yo apoyo- no es políticamente correcto y puede sembrar dudas- en los que están en el lado correcto de la Historia- acerca de la calidad democrática del autor, pero estoy seguro de que esto le importa un pimiento a Alejo. Y a mí también.
Estas críticas progres me parecen especialmente despreciables cuando provienen de Podemos, ERC, Bildu, socialistas, asimilados, meapilas y televisiones de progreso. O sea, casi todos.
Pero nadie es perfecto. Ni siquiera la ‘Nueva Inquisición Progresista’, que excomulga a Vox, llamándole ‘fascista’, desde una atalaya supuestamente hiperdemocrática, moralmente superior y notablemente ignorante. Es la hegemonía cultural de la izquierda. Pablo cree que no hay motivos para la ‘batalla cultural’. No se entera, o no se quiere enterar, porque ya ha interiorizado esta hegemonía. Por eso se desmelenó, insultando a Santiago Abascal en el Parlamento. ¡Qué ridículo! Por favor, que la izquierda no me confunda con Vox. ¡Por Diossss!
Un condenado por corrupción (F.J. Gutiérrez Orúe/de Vigo) pide su indulto parcial alegando que milita en el PSOE. Porque son moralmente superiores.
Esto es hegemonía cultural. Además de comunistas, golpistas y filoetarras, socios del gobierno socialista.
Si no ves el peligro, Pablo, apártate y no estorbes.
(MallorcaDiario/9/2/2022.)
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