(Todo era muy verde y muy bonito pero se dependía del dictador Putin. Habrá que aprender la lección.)
Tras anunciar el pasado sábado la construcción en la desembocadura del Elba de una planta metanera para empezar a importar gas licuado, Alemania comienza a plantearse la reactivación de sus plantas nucleares, cuyo final precipitó Angela Merkel tras confiar en las virtudes del gas ruso y en la fraternidad continental de Putin.
La crisis de Ucrania lo ha cambiado todo, e incluso Los Verdes, integrados en el Gobierno del canciller Scholtz, reconocen ya que el suministro de energía es prioritario para la nación, dejando para más adelante cualquier ‘transición ecológica’
(Edit.ABC/10/3/2022.)
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