Creo que estamos ante una imprecisión del lenguaje que termina pervirtiendo el concepto. Vender lo que no es de tu propiedad no es ceder; vender lo que no es propio es usurpar, es robar.
La nación es propiedad de todos los españoles que la poseemos en usufructo y nadie puede disponer de ella en nuestro nombre y sin nuestra autorización expresa.
Trocear la nación, devaluando el papel de las instituciones que la representan no solo es un atraco a nuestra Constitución, sino que lo es a todos y cada uno de nosotros, ciudadanos españoles que somos sus propietarios y tenemos el derecho a opinar y a negar o autorizar la expropiación.
(Rosa Díez/OkDiario/28/8/2023.)
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