(Recuerdo que el tontito-ex-seleccionador, Del Bosque- dijo en una ocasión que le parecería bien que Guardiola fuese seleccionador español. No diré lo que pienso.)
¿SÓLO GILIPOLLAS?
Para Guardiola Qatar es un «país abierto» y España un «Estado autoritario».
El exentrenador del FC Barcelona jugó dos
temporadas en el emirato árabe y se embolsó importantes cantidades de
dinero. (ABC)
Somos víctimas de un Estado que ha puesto en marcha una persecución política y persecución policial. (Marca)
PEP GUARDIOLA, O CÓMO DEGENERAR EN UN DEMAGOGO.
En una ocasión, un amigo preguntó a Juan Belmonte cómo había sido posible que uno de sus banderilleros se hubiese convertido después de la Guerra en gobernador civil de Huelva, ante lo que el maestro de Triana respondió:
«Degenerando». Parafraseando la anécdota taurina, podríamos decir que Pep Guardiola ha pasado, también degenerando, de ser un excelente entrenador de fútbol a un demagogo independentista.
El discurso del que fuera también jugador de la selección española quedará como un ejemplo de infamia política y de insulto al resto de los ciudadanos españoles. En el primer acto de apoyo al referéndum secesionista e ilegal anunciado por Puigdemont para el 1 de octubre, Guardiola acusó al Gobierno de «poner en marcha una persecución política impropia de una democracia en la Europa del siglo XXI» y reclamó «ayuda» internacional para enfrentarse «a los abusos de un Estado autoritario». Y en una fanfarrona actitud desafiante sentenció: «Votaremos aunque el Estado español no lo quiera».
La desmesura, el recurso a la descalificación y la agresividad de las palabras de Guardiola, en presencia de las más altas autoridades de la Generalitat y ante 30.000 personas, demuestran el ánimo de ruptura unilateral del Govern, su nula intención de aceptar las ofertas de diálogo y el inicio del declinar del independentismo que está ya perdiendo el apoyo de la calle.
Y esto debería hacer reflexionar a los dirigentes separatistas para volver a la senda de la legalidad y abandonar una idea que no encaja ni en la Constitución ni en la UE.
(Edit. El MUndo.)
LAS FALSEDADES DEL DISCURSO DE GUARDIOLA.
Somos víctimas de un Estado que ha puesto en marcha una persecución política y persecución policial. (Marca)
PEP GUARDIOLA, O CÓMO DEGENERAR EN UN DEMAGOGO.
En una ocasión, un amigo preguntó a Juan Belmonte cómo había sido posible que uno de sus banderilleros se hubiese convertido después de la Guerra en gobernador civil de Huelva, ante lo que el maestro de Triana respondió:
«Degenerando». Parafraseando la anécdota taurina, podríamos decir que Pep Guardiola ha pasado, también degenerando, de ser un excelente entrenador de fútbol a un demagogo independentista.
El discurso del que fuera también jugador de la selección española quedará como un ejemplo de infamia política y de insulto al resto de los ciudadanos españoles. En el primer acto de apoyo al referéndum secesionista e ilegal anunciado por Puigdemont para el 1 de octubre, Guardiola acusó al Gobierno de «poner en marcha una persecución política impropia de una democracia en la Europa del siglo XXI» y reclamó «ayuda» internacional para enfrentarse «a los abusos de un Estado autoritario». Y en una fanfarrona actitud desafiante sentenció: «Votaremos aunque el Estado español no lo quiera».
La desmesura, el recurso a la descalificación y la agresividad de las palabras de Guardiola, en presencia de las más altas autoridades de la Generalitat y ante 30.000 personas, demuestran el ánimo de ruptura unilateral del Govern, su nula intención de aceptar las ofertas de diálogo y el inicio del declinar del independentismo que está ya perdiendo el apoyo de la calle.
Y esto debería hacer reflexionar a los dirigentes separatistas para volver a la senda de la legalidad y abandonar una idea que no encaja ni en la Constitución ni en la UE.
(Edit. El MUndo.)
LAS FALSEDADES DEL DISCURSO DE GUARDIOLA.
El discurso que pronunció Pep Guardiola el
pasada domingo en Barcelona a favor del referéndum unilateral es un
compendio de inexactitudes con objeto de justificar la ilegalidad de la
consulta.
Según el último barómetro de la Generalitat (CEO), los partidarios del 'no' a la independencia se imponen con un 48,5% a los partidarios de un Estado catalán (44,3%). De igual forma, el 22,7% es contraria a la celebración de una consulta, sea o no pactada con el Estado.
La "rotunda mayoría" con que cuenta en el Parlament son los exiguos 72 diputados de los grupos de Jps y la CUP (incluyendo en esos 72 a Germà Gordó, ahora diputado no adscrito) que apoyan el proceso independentista, sobre una cámara de 135.
(ABC)
Estado autoritario
"Apelamos a todos los demócratas de Europa y del mundo (...) frente a los abusos de un estado autoritario", clamó Guardiola el domingo. El discurso dominante entre el independentismo pinta España como una democracia de baja calidad, hasta el punto de que el presidente Carles Puigdemont llegó a comparar el Estado con la Turquía de Erdogan. El "índice de democracia" que anualmente elabora "The Economist" sitúa a España en 2016 en el puesto número 17, incluso por delante de los Estados Unidos. Ninguna mención a Qatar, por razones obvias.Persecución política
"Los catalanes hoy somos víctimas de un Estado que ha puesto en marcha una persecución política impropia de una democracia del siglo XXI". Que se sepa, el Estado no ha hecho más que velar por el cumplimiento de las leyes que en democracia se ha dotado, empezando por la Constitución. Las causas judiciales emprendidas contra políticos soberanistas se desarrollan precisamente por haber vulnerado estas leyes, y con todas las garantías procesales.Apoyo popular
"La respuesta siempre ha sido no, ignorando el apoyo del 80% de la población y despreciando la rotunda mayoría con la que cuenta en el Parlament". Guardiola, como hace el independentismo, suma a su conveniencia las personas que, en principio, estarían a favor de una consulta pactada con el Estado, con las que directamente apoyan la independencia y la celebración de una consulta unilateral.Según el último barómetro de la Generalitat (CEO), los partidarios del 'no' a la independencia se imponen con un 48,5% a los partidarios de un Estado catalán (44,3%). De igual forma, el 22,7% es contraria a la celebración de una consulta, sea o no pactada con el Estado.
La "rotunda mayoría" con que cuenta en el Parlament son los exiguos 72 diputados de los grupos de Jps y la CUP (incluyendo en esos 72 a Germà Gordó, ahora diputado no adscrito) que apoyan el proceso independentista, sobre una cámara de 135.
Acabar con la escuela catalana
"Todos conocemos los intentos para acabar con el modelo de escuela catalana". Se supone que el entrenador del Barcelona alude a la acción de la Justicia para tratar de asegurar, sin éxito dada la actitud insumisa de la Generalitat, un cierto grado de equilibrio entre las dos lenguas oficiales en Cataluna: el catalán, vehicular en la escuela, y el castellano. También puede aludir a la orden dada por el Gobierno a la Alta Inspección Educativa para que elabore un informe sobre el contenido de los libros de texto en las escuelas catalana.Bloque en infraestructuras
"Bloqueo de las inversiones en nuestras infraestructuras, como los trenes, el aeropuerto o los trense...". Guardiola obvió que entre 2006 a 2015, y con una inversión en obra pública de 8.283 millones de euros, Cataluña ha sido la comunidad que más fondos ha recibido del Estado –un 17,7 por ciento del total– para renovar su parque de infraestructuras.(ABC)
2 comentarios:
Hay un aspecto, en el llamado “procés” catalán, que me sorprende especialmente: el adjetivo calificativo de democrático que le acompaña, que nadie discute y todo el mundo asume y acepta sin rebatirlo. Yo, por supuesto, puedo andar muy errado sin hache, ahora bien, me pregunto dónde, en todo este barullo, dónde refulge la democracia. Por un lado, en cualquiera convocatoria electoral en Cataluña siempre arrasan los mismos vencedores: la abstención. Por otra parte, o estaba distraído y no me dí cuenta cuando debía, me parece que el tema del golpe de Estado no constaba en el programa de los partidos nacionalistas catalanistas que se presentaron a las últimas elecciones al Parlament. ¿Es correcto que después de unos comicios los ganadores planteen aspectos que no conocían en su momento sus electores? Y hay más, por ejemplo, ¿suena como muy democrático que a uno de los prebostes del asunto no lo hayan distinguido las urnas, que deba su acceso a la substanciosa pensión vitalicia a una decisión digital? O bien, ¿se puede hablar de libertad, de un pueblo libre, de convocatorias democráticas, cuando pronto hará cuarenta años del control férreo de la enseñanza y la prensa, entre otros, por el mismo pelotón de ilusos? ¿Expresa un tal pueblo otra opinión que la de sus mandatarios? Y si, como de esa manera ocurre, son clara minoría demográfica, ¿porqué se ha sometido y plegado nuestro Estado, hasta ahora, al capricho criminal de unas pocas familias?
Estoy de acuerdo. Algo parecido diría del País Vasco. Por ejemplo, el PP no encuentra- creo que en Gerona- un representante del partido. Por miedo. En las elecciones, en el País Vasco, representantes del PP y C's no pueden ir a ciertos pueblos a exponer su programa. No es democracia. Pero PP y PSOE no se atreven a decirlo.
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