MEDIDAS
SERIAS CONTRA CHINA Y EL COMUNISMO.
Una vez más,
la China comunista pone al mundo en jaque, a un nivel de peligro
inédito. Podíamos imaginar que algo de esto llegaría, y todavía se puede
suponer que hay posibilidades para que acontezca algo peor.
La
generosidad de algunas empresas chinas tras la plaga que en estos momentos
azota al mundo es cuando menos sospechosa. No debemos dar absolutamente ningún
crédito, y mucho menos ahora, a todas esas raras donaciones que han
comenzado a abundar en medio del caos, con no sabemos qué intenciones y
proyecciones.
Para colmo,
la abducida prensa nos vende como actos de generosidad estos vergonzosos
actos de mezquindad que sólo confirman un anhelo como mínimo egoísta de no ser
observados y mucho menos significados como lo que son, como los malos de la
película, y así continuar vendiendo al mundo sus nefastas copias y sus
porquerías venenosas, que sólo representan el trabajo esclavo de millones de
chinos, la continuidad del sistema opresor sino-comunista con su
máscara de capitalismo-socialismo, y el exterminio de la economía occidental, y
cuidado también de Occidente.
En medio de
la plaga, han sido capaces de anunciar a bombo y platillo una vacuna, cuya base
es una droga que ya había sido creada en Japón en 2014 con el objetivo de
detener todas las plagas que la China comunista ha creado desde entonces, y
también el ébola. Sin ningún tipo de escrúpulos, la prensa occidental (aunque
no toda, sí la gran mayoría) se toma esto como un gesto bondadoso de los comunistas
chinos, y nos lo introduce en el cerebro como una gran acción de quienes nos
han inoculado su pandemia. Cuánta infamia.
El caso es
que la China comunista debiera ser duramente sancionada tras esta
experiencia que dará al traste nuevamente con la economía mundial, nos
conducirá a una crisis sin precedentes y, lo peor, arrebatará una enorme
cantidad de vidas de personas que hasta hace poco gozaban de buena salud. Es
inadmisible, una vez más. El mundo debe despertar de esa anestesia que se llama
comunismo, mantenga los rostros que mantenga.
En medio de
la que está cayendo, en España al partido comunista Podemos no se le ocurre
otra cosa que armar una cacerolada en contra del Rey y de la Monarquía.
Francamente, creo que no hay que esperar a que la plaga sea cosa del pasado, si
es que lo logramos, para pedir la dimisión inmediata de los responsables de
esta lamentable situación, del Gobierno en pleno, y de toda esta gentuza que no
hace más que trepar valiéndose de las desgracias y de las épocas de crisis.
Pero pienso
más, es hora de prohibir de inmediato todos aquellos partidos cuya ideología se
hermane con el comunismo. Es hora de prohibir al partido Podemos en
España y a todos sus iguales o símiles en Europa, tal como se ha venido
haciendo en la mayoría de los países excomunistas del Este europeo.
El comunismo
sólo trae desgracias, infortunios, plagas. Recuerden Chernobyl, observen ahora mismo nuestro
Chernobyl, que es este Covid-19, que nos confina en una situación desesperante
de Estado supra-totalitario.
No lo
olviden. No hay que continuar actuando con manos tibias frente a ningún
militante de Podemos. Vean lo que ha expresado una de sus discípulas en
Lanzarote, la concejala Elisabeth Merino: "La naturaleza nos avisa de que
hay muchos mayores y pocos jóvenes". A esta gente no les temblará la
mano frente a nuestros mayores, sépanlo. Y me vale una porca miseria
que después haya pedido disculpas, conocido es cómo este elemento sólo da
marcha atrás para coger y renovar impulsos y arremeter con algo peor.
Nada de manos
tibias, reitero. De lo contrario, un día nos encontraremos con paredones
masivos de fusilamientos, después de haber presenciado los bárbaros asesinatos
del Rey y de su familia, tal como ya lo perpetraron en el pasado en otras
regiones del planeta.
Los líderes
de la derecha y de una cierta independencia ideológica de la ultraizquierda
deben tomar las riendas y entrar de una vez en acción e intervenir legalmente y
provocar la prohibición inmediata de Podemos. Aunque primero que nada debieran
reclamar sin ningún tipo de temores la dimisión urgente del Gobierno. Es
una cuestión de vida o muerte.
Mientras
tanto, en Cagonia, ex Cuba, el presidente puesto a dedo Miguel Díaz-Canel
autorizó –después de ser autorizado por Castro II– que un barco británico
tocara puerto llevando dentro a varios infectados por el Covid-19, no sin antes
cobrar, por supuesto, la módica suma de 10 millones de euros. El
histórico líder José Antonio, que impidió la entrada de un barco inglés en
Cuba, y que entregó su vida para evitarlo, debe de estar revolviéndose en su
tumba. Las empresas de turismo castro-comunistas, de paso, publicitan cada vez
más viajes a la calurosa isla; no se cortan ni un pelo al anunciar que el virus
allí sería sofocado por las altas temperaturas.
En fin, que,
como se observa, los comunistas se frotan las manos, avizorando ya más
ganancias que pérdidas. Al fin y al cabo, unos cuantos miles de chinos menos,
si comparamos las poblaciones mundiales con la de ellos, resulta más bien, para
sus ingratos sistemas, el mayor de los alivios.
(Zoé Valdés/ld/20/2/2020.)
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