miércoles, 17 de febrero de 2021

PATRIOTISMO, NACIONALISMO Y EXTREMO CENTRO.

Patriotismo, nacionalismo y extremo centro.

En septiembre 2017, en una entrevista realizada por Javier Lucas al escritor Javier Marías, el periodista dice: ‘Lo ridículo es empeñar la vida por una patria’. El escritor contesta: ‘Eso parece. Existe hoy, de nuevo, una recuperación de algunas ideas de patria que está provocando fanatismo…’

Samuel Johnson, destacado escritor y crítico inglés del s. XVIII, dijo la conocida frase: 'El patriotismo es el último refugio de los canallas'.

Víctor Lapuente, catedrático en la Universidad de Gotemburgo (Suecia): ‘Sin patriotismo es muy difícil tener una buena democracia’.

Empecemos por el periodista Javier Lucas. Yo, ni deseo, ni espero, tener que empeñar mi vida por la patria. Pero, dado que no conocemos el futuro, no podemos descartar (como ya sucedió en el pasado) que mi patria pueda estar en grave peligro. Si mi patria estuviese en grave peligro, mi familia, mis amigos y mis compatriotas, estarían en grave peligro. En tales circunstancias, yo no podría decir que es ridículo empeñar mi vida por la patria. Mi obligación moral sería defenderla. ¿Qué haría Javier Lucas, esconderse como un conejo? ¿Esperar a que los otros empeñen su vida y salir del agujero una vez que todo haya pasado?

El escritor Javier Marías no es claro en su respuesta. No está claro si con este peligro del fanatismo, hace referencia al nacionalismo español, o se refiere a los separatismos antiespañoles, antes llamados ‘nacionalismos periféricos’.

Supondré que se refiere a los separatismos antiespañoles. Han dado tantas muestras de fanatismo e intolerancia que me parece innecesario tratar de justificarlo. Soy consciente de que- especialmente en la izquierda- se dice que el peligro es el nacionalismo español. Sin embargo, el nacionalismo español (a partir de ahora, ‘patriotismo español’) actual, define a la nación española como una comunidad de ciudadanos, de carácter no excluyente. Y como una sociedad abierta. Tan abierta, que ha facilitado que los separatismos antiespañoles se refuercen, gracias a las transferencias educativas, judiciales, sanitarias, policiales, etcétera.

Tan abierta que, en comparación con otras democracias europeas, el patriotismo español peca de falta de firmeza y de ridículos e injustificados complejos de inferioridad ante los declarados enemigos de España. El colmo de la indecencia/estupidez ha llegado con un gobierno socialista que se apoya en los que quieren derruir España. Golpistas catalanistas, nacionalistas vascos, filoetarras y comunistas. ¿Y se atreven a hablar de fanático patriotismo español? No tienen vergüenza.

Pasemos a S. Johnson. Para aclarar las cosas, digamos que el mismo S. Johnson escribió un manifiesto llamado 'The Patriot' (1774), en el que afirma que 'un patriota es aquel cuya conducta pública está guiada por un solo motivo: el amor a su país’.

A pesar de las apariencias, S. Johnson fue un patriota. Distinguía entre los que, de verdad, aman a su país, y los que exteriorizan un falso amor, escondiendo oscuros intereses. Estos últimos son los ‘canallas’. Siento este jarro de agua fría para rojos y separatistas que odian/desprecian a España. También para los equidistantes y acomplejados.

Hablaré de España. Por varios motivos.

Primero, porque no tengo que pedir permiso. De momento. Segundo, porque, en ciertas circunstancias, decir ‘España’ es lo correcto. Tercero, porque me quiero distanciar de la gran cantidad de tarugos y progres, que evitan-aunque no venga a cuento- decir ‘España’. Decir ‘España’ suena ‘de derechas’ o ‘facha’. Siempre es mejor- por si las moscas- decir ‘este país’. Y también ‘castellano’ en vez de ‘español’. Esto de ‘español’, suena mal. Podrían pensar que eres de derechas. ¡Qué horror!

Hemos visto que el señor Johnson no reniega del patriotismo, sino que distingue los verdaderos patriotas de los falsos, que son los auténticos canallas. Enfaticemos, que en un país ‘normal’ (‘normal’ significa- en este artículo- un país con menos tontitos que en España, lo que es fácil) se distingue claramente entre un patriota verdadero (el respetable) y un patriota de apariencias (el canalla). Esto sucede- repito con gusto- en países con menos tontitos que los que tenemos en España. Pues de tontitos es votar suicidio político.

En la España progre actual, las cosas son diferentes. El respetable es el patriota de apariencias. Por ejemplo, nuestro querido presidente, el doctor Sánchez (del que no digo que sea un ‘canalla’, Dios me libre), lleva una mascarilla con la bandera de España. Esto puede dar la impresión de que es un patriota de los buenos. Un español, que ama de verdad a su patria, España.

Pero ¿podemos pensar que ama a España un político que gobierna con partidos que quieren destruirla? En los países democráticos normales, sería un ‘canalla’. En España, hace ‘lo que toca’. ¿Y qué es ‘lo que toca’? Para la izquierda y asimilados, ‘lo que toca’ es no ser patriota español. Esto es propio de fachas.

Reforcemos lo dicho con unas declaraciones de nuestro querido expresidente Rodríguez Zapatero. En noviembre de 2004 dijo, en el Senado, ‘si hay un concepto discutible y discutido en la teoría política y en la ciencia constitucional es precisamente el de nación...’

No tenga dudas, se refería a la nación española, de la que, también, era presidente. Pero no es discutible para el País Vasco y Cataluña. ¿Un patriota de verdad, o de los otros?

El ‘extremo centro’, está por encima de unos y otros. Sobrevuela, sin sonrojarse.

Finalmente, el profesor Lapuente: ‘Sin patriotismo es muy difícil tener una buena democracia’.

Sin embargo, creo que la ausencia de patriotismo afecta a algo previo a la democracia. Sin patriotismo es muy difícil tener una sociedad cohesionada. Y España es un dramático ejemplo. Al que hemos llegado por el fracaso histórico del bipartidismo (PP/PSOE). Reforzando, irresponsablemente, y durante décadas, a los partidos separatistas que desprecian la cohesión y odian a España. Con la inestimable ayuda del sistema educativo/adoctrinador y de la mayoritaria ‘canalla mediática’.

La culminación de este esperpento antiespañol ha llegado con un gobierno de enemigos declarados de España. Golpistas, filoetarras y comunistas. Un suicidio político en toda regla. De progreso. Tranquilos.

Usted decide: patriotismo español, progresismo antiespañol, separatismo antiespañol, o extremo centro. ‘Estoy por encima de estas cosas’. ‘Lo importante es estar centrado’.

PD. ¿Quién se beneficia de la fragmentación de España?

 

(MallorcaDiario/17/2/2021.)



 

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