miércoles, 3 de febrero de 2021

ESTAR EN BABIA NO ES BUENO

 

Estar en Babia no es bueno

Estas palabras de A. Huxley, escritas en 1932, suenan de actualidad. Algunas cosas no pasan de moda. Estupidez, avaricia, lujuria, ansia de poder, de dinero…

A medida que la libertad política y económica disminuye, la libertad sexual tiende, en compensación, a aumentar. Y el dictador hará bien en favorecer esta libertad’.

En colaboración con la libertad de soñar despiertos bajo la influencia de los narcóticos, del cine y de la radio, la libertad sexual ayudará a reconciliar a sus súbditos con la servidumbre que es su destino’. (Aldous Huxley, Prólogo de 'Un mundo feliz).

En este año pandémico de 2021, Marcelino Oreja nos advierte: ‘Se dice que está en crisis el modelo constitucional. Pero es más lo que pretenden: nos gobierna un frente popular, un proceso que quiere reemplazar un orden social por otro orden que es más bien el desorden”.

En este mundo globalizado no podemos separar radicalmente lo que pasa en un Estado-nación y lo que pasa en el mundo. Por eso hay que repetir (y no bastará, porque no hay peor sordo que el que no quiere oír) las palabras de V. Vallejo en su artículo, 'Cómo las Big Tech le entregaron la presidencia a Biden'. Las Big Tech- Google, Apple, Facebook, Amazon, Twitter- también llamadas las ‘GAFAT, están ‘hoy tomadas por la misma izquierda que acaparó la tv y los periódicos, ocultan la información que perjudica al progresismo, mientras que exaltan y hacen virales aquellos contenidos que los benefician’.

Decía Huxley (1932) que, con determinados narcotizantes, radio, cine, narcóticos en sentido estricto y libertad sexual, se reconciliará a los súbditos con la servidumbre, que es su destino. Dado que se refiere a un dictador, habla de ‘súbditos’, pero también se puede ser ‘súbdito’ en una democracia. Sucede cuando el ciudadano deja de pensar por sí mismo y se abandona a la manipulación mediática, para que le digan lo que tiene que opinar.

Los medios de comunicación y de manipulación actuales, no tienen parangón con los de 1932. Ahora, las Big Tech arrasan, en el ámbito informativo y formativo (aunque sea de bajo nivel y sectario) en todo el mundo. ¿Por qué?

Porque controlan los grandes medios de comunicación/información planetarios. Por ejemplo, Facebook tiene unos dos mil quinientos millones de usuarios. Este monstruoso oligopolio no quiere informar objetivamente. Selecciona lo que quiere y prohíbe, o descalifica lo que no le gusta. Empezaron neutralmente y terminan como dictadura informativa.

Un ejemplo entre millones de la gran manipulación mundial. En el ‘asalto’ al Capitolio (lo pongo entre comillas porque, en un asalto de verdad, los asaltantes no se van haciendo selfies) una mujer, Ashli Babbit, seguidora de Trump y veterana de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, fue asesinada. Tuve la suerte de ver las imágenes- nunca las he vuelto a ver- en las que una persona- no vestida de militar- disparaba a A. Babbit, con una pistola, a unos dos metros de distancia. Murió rápidamente. Hubo tres muertos más.

¿Ha visto usted estas imágenes? ¿Ha escuchado comentarios acerca de este asesinato? ¿Cree que los trumpistas se matan unos a otros? ¿Y si no fueron sus compañeros, quién fue? ¿Qué hubiera pasado si, en el asalto, hubieran asesinado a una mujer negra de los BLM? ¿Se habría silenciado? ¿Por qué todos los medios de comunicación dieron amplísima cobertura a la muerte de George Floyd, a rodilla de un policía, imputado por homicidio, y ninguna a esta mujer asesinada, A. Babbit?

Acaban de proponer para el premio Nobel de la Paz al movimiento violento B.L.M. ’Las peligrosas y adineradas fundadoras de Black Lives Matter (A. Garza, P. Cullors y O. Tometi), son marxistas y fieles a la asesina supremacista Zhakur’. (12/9/2020/ld.) En busca y captura por FBI y CIA.

Otro ejemplo. Twitter censuró al entonces presidente de Estados Unidos, Trump, porque no estaba de acuerdo con sus opiniones, (algo nunca visto antes), pero no censuran al dictador Maduro de Venezuela, entre otros muchos.

Esta intolerable censura antidemocrática (típica de mentalidades totalitarias) no sería posible si mucha gente dedicara tiempo a la buena lectura y a la reflexión. Pero no es así, y ellos lo saben. Mucha gente- en unos países más y en otros menos- se sienta ante el televisor y succiona el ‘soma’, la droga de la felicidad, comentada por A. Huxley. ¿Por qué la ‘droga de la felicidad’?

El ‘soma’ televisivo es muchísimo más cómodo que buscar la verdad por tu cuenta. Leyendo buenos libros, reflexionando sobre ellos, buscando otros medios de información y comparando, hablando con personas informadas e inteligentes, y formándote una opinión propia. Mejor estar sentado en el sillón, mirando la tele. Te distraerás, y estarás informado de lo bueno (izquierda) y de lo malo (derecha). Nadie te llamará ‘facha’. Estarás en el lado bueno de la Historia, y sabrás lo que es ‘políticamente correcto’. Sólo pagarás un precio. Te irás convirtiendo en ‘súbdito’. Tranquilo, súbdito de izquierdas. Te repetirán, diariamente, que ‘los otros’ son fachas, y te harán sentir moralmente superior. Hablo de España, por si no estaba claro.

En una sociedad mínimamente culta y democrática ¿sería posible un gobierno de comunistas, filoetarras y golpistas catalanistas, que dicen que ‘lo volverán a hacer’?

Esta basura antidemocrática es posible gracias a una sistemática manipulación de las conciencias, con una doble vertiente. Una, se refiere a los medios de comunicación, que están- muy mayoritariamente- en manos de una izquierda sectaria. La Sexta es un ejemplo. Y la derecha, política y económica, en irresponsable babia. La otra vertiente, (además de la ración diaria de ‘alfalfa televisiva’) es un sistema educativo que- no casualmente- educa para la mediocridad. Para crear súbditos progresistas. El premio Nobel, Vargas Llosa- entre otras personalidades- calificó la educativa ley Celaá, de ‘disparate absoluto’.

En enero 2021, el Consejo General del Poder Judicial acusó al gobierno social comunista de violar la separación de poderes. Cerca de 90.000 muertos/Covid, con la peor gestión de Europa, según The Economist; golpistas catalanistas- ‘lo volveremos a hacer’- a la calle; gobernando con los enemigos declarados de España. Y la interminable mentira, especialidad de la casa.

‘Somos la izquierda’.

 

 

(MallorcaDiario.)



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