jueves, 14 de abril de 2022

PROCESIONES Y DEBATES

 

Procesiones y debates

Por Gabriel Le Senne

Ya los grandes filósofos griegos intuyeron la existencia de un ser supremo, una causa primera, un demiurgo, súmmum de la perfección, cuyos atributos en consecuencia serían el Bien, la Verdad y la Belleza absolutos.

Posteriormente, los grandes apóstoles y teólogos cristianos recogieron esos pensamientos y los incorporaron a la descripción de Dios, añadiendo lo conocido a la luz de la Revelación: ante todo, que Dios es Amor. “Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es Amor; y el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4, 16).

Ciertamente todos estos conceptos son muy cercanos y hasta están entrelazados, pero el Amor quizás sea el más descriptivo: implica la existencia de una mente, una Persona, que nos conoce y desea nuestro bien.

Nos conoce: "Tú formaste mis entrañas, tú me tejiste en el vientre de mi madre. Confieso que soy una obra prodigiosa, pues todas tus obras son maravillosas; de ello estoy bien convencido. Mis huesos no se te ocultaban cuando yo era formado en el secreto, tejido en lo profundo de la tierra; tú me veías cuando era tan sólo un embrión, todos mis días estaban escritos en tu libro, mis días estaban escritos y contados antes de que ninguno de ellos existiera" (Salmo 139). Y desea nuestro bien: “¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” (Isaías 49, 15).

Estos días celebramos que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y con su vida, muerte y resurrección nos presentó todo un programa para la nuestra. “Sed santos, como vuestro Padre celestial es santo” (Mateo 5, 48). ¿Y cómo se es santo? “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la Ley y los profetas” (Mateo 22, 36-40). San Agustín lo resumió aún más: “Ama y haz lo que quieras”. Ésta es la vocación universal a la santidad: Dios nos llama a todos a ser santos, no sólo a algunos.

También nos dice: "El que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará" (Lucas 9,22-25). Amar consiste en olvidarse de uno mismo y pensar en los demás, que es exactamente lo que hizo Jesucristo: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15, 13).

De este programa vital podemos extraer también, en mi humilde opinión —pero no sólo mía— ,un programa político y económico. Carlos Rodríguez Braun, por ejemplo, explica brillantemente en este breve ensayo cómo los Diez Mandamientos constituyen una “venerable síntesis liberal”. Los Mandamientos incluyen no matar, robar, ni mentir. Es decir, protegen la vida, la propiedad y la verdad. (Efectivamente, el auténtico liberalismo protege la vida).

Las Sagradas Escrituras contienen innumerables ejemplos contrarios a la opresión del poder político, y en cambio favorables al gobierno limitado. El mismo Jesucristo afirma: “Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros” (Mateo 20,25). La doctrina de la Iglesia afirma el principio de subsidiaridad, que reduce la acción del Estado a lo que la sociedad civil no puede alcanzar por sí misma. Debe contemplarse, eso sí, siempre unido al principio de solidaridad (ver la encíclica de Benedicto XVI Caritas in veritate, 58).

Estos son los principios de su humilde servidor, que he desarrollado —resumidamente— aquí. Si algo de lo que haya escrito alguna vez le parece incompatible con ellos, probablemente no lo esté poniendo en contexto. Por cierto, que esta noche a las 20 horas me entrevista al respecto el gran Joan Pons, aquí.

Y no puedo terminar sin recomendarles encarecidamente la presentación de este libro, porque estas ideas son sobre todo las de grandes sabios que saben mucho más que uno, que se limita a señalar la verdad cuando le parece que se topa con ella. Seguro que a veces me equivoco, pero les garantizo estudio e independencia.

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