Ya les gustaría a los “pobres” que el PSOE tanto gusta salvar de boquilla, ser tratados como los ricos amigos de ZP. Cielo y tierra está removiendo el gobierno para salvar a Luis del Rivero y evitar que Sacyr entre en concurso de acreedores. La empresa rusa Lukoil, la francesa Total, la inglesa British Petroleum, y finalmente un fondo árabe, han sido tocados para buscar una salida a Sacyr, que necesita vender su paquete en Repsol antes de final de año.
Por otro lado está el sindicato bancario que prestó 5.142 millones de euros a Sacyr-Vallehermoso para la compra del 20% del capital de Repsol, operación también “avalada” en su día desde Moncloa. Se ha llegado a la actual situación porque Sacyr , haciendo buena la teoría del pelotazo de Solchaga, pretendió hacerse con el control de Repsol, al amparo de los buenos tiempos del “ladrillo”, pero atentando contra el más elemental sentido común , puesto que, como bien ha dicho Rajoy, Repsol, tiene un “tamaño infinitamente superior” al de la constructora.
Rajoy pone el dedo en la llaga cuando afirma que a esta situación “hemos llegado porque alguien concedió ese crédito y porque alguien despejó políticamente el camino para que la operación se realizara. Y ahora cuando el castillo de naipes se viene abajo, todos los actores involucrados terminan huyendo”.
Hace unos años desde el gobierno se dijo que la entrada de Sacyr en la petrolera era “muy buena” para estabilizar el accionarado de Repsol bajo control español. Pero el que compró ahora va a vender ahora “con una prima casi de 100 por cien respecto del valor que en bolsa tienen sus acciones” y añadió que el que prestó “asegura los capitales entregados al subrogarse en el crédito la empresa rusa”.
Pero el que paga toda esta operación va a ser el pequeño accionista y el contribuyente. “Por el camino se queden cientos de miles de accionistas españoles que no van a tener la suerte de que les compren sus acciones al doble de lo que valen en el mercado”, como al “amigo” Luis del Rivero. Y sobre todo, lamentó Rajoy, el valor estratégico de España “se queda en el exterior”. En esta historia se ha especulado demasiado, se han cometido demasiados excesos y se han superado demasiados límites, lo peor es que en la hipotética solución del caso, se están repitiendo todos los vicios que lo originaron, el apalancamiento, la falta de transparencia e incluso el favoritismo gubernamental”.
En definitiva se repite la historia de siempre del socialismo español, propaganda y demagogia para amarrar los votos de las fácilmente manejables clases populares y después la cruda realidad de los pelotazos a base de, no ya de ese capitalismo salvaje que presumen criticar, sino de la más pura especulación que genera beneficios para unos pocos a costa de la riqueza nacional y el bolsillo de muchos.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
(PD).- "La posibilidad de que una empresa extranjera adquiera un paquete de acciones con peso decisivo para la gestión de Repsol es muy negativa para la industria española; pero si la empresa compradora fuera la rusa Lukoil se alcanzaría una cota rayana en el absurdo". Miguel Boyer, ministro de Felipe González, dispara también contra ZP por esta operación: "Si se produjera, ello pesaría muy negativamente en el juicio final sobre la política industrial y la política frente a la crisis actual de la etapa de Rodríguez Zapatero".
Miguel Boyer escribe también sobre el tema de Lukoil. El que fuera ministro con Felipe González aprovecha las páginas de El País para dar su opiión:
Este absurdo no debe consentirse por el Gobierno español. Es evidente que el Gobierno y los bancos deben contribuir a resolver el problema de endeudamiento Sacyr Vallehermoso, lo mismo que es racional -y así se está haciendo en Estados Unidos y en Europa- el que ayuden a las entidades financieras o industriales más importantes que, siendo viables y bien gestionadas, atraviesan un periodo muy duro debido a la crisis económica general, una de cuyas causas principales ha sido la errónea política de tipos de interés excesivamente bajos practicada por la Reserva Federal americana y, por arrastre, por el Banco Central Europeo entre los años 2003 y 2005.
Si no se encontrase una solución, que sería lo más sencillo, para el problema de la deuda de Sacyr -que se convierte en un problema sobre el control de la estratégica Repsol-, el Gobierno no debería mantenerse en la pasividad frente a un asunto de tal trascendencia, con la cantinela de que "es un asunto entre empresas privadas". No sería absurdo, en absoluto, que el Estado asuma la participación accionarial en Repsol que pretende Lukoil, comprando a un precio razonable.
A la vista de la presencia estatal en las empresas europeas del sector de la energía, la vuelta parcial del Estado a Repsol no sería una anomalía, sino que corregiría la ingenuidad en que se incurrió con su privatización total. Y, si dentro de tres o cinco años el Estado decidiera deshacer la compra, probablemente haría un buen negocio.
Y concluye:
Tras el paso de Endesa a manos de Enel, si, además, se produjera ahora la toma de control de Repsol por Lukoil, ello pesaría muy negativamente en el juicio final sobre la política industrial y la política frente a la crisis actual de la etapa de Rodríguez Zapatero.
1 comentario:
Esta mano visible del Estado - es decir, del Gobierno- ni siquiera lleva 'guante blanco'. Están tan pagados de sí mismos, tan convencidos de que gobiernan en Borregolandia (no sin razón, todo hay que decirlo), se creen tan inmunes a la evidencia que lograrán que, al final, todos seamos rojos...del sonrojo que producen :-P
saludos
Publicar un comentario