REINOS DE TAIFAS
Desde MD lo venimos diciendo desde hace tiempo. El traspaso salvaje de competencias a las Comunidades Autónomas que deberían estar única y exclusivamente en manos del Estado, provoca la desigualdad entre españoles y un peor servicio al ciudadano. En el caso de la sanidad, el efecto Taifa es sangrante.
La calidad de nuestro sistema sanitario a retrocedido según en el índice de Consumidores de la Sanidad 2008 (EHCI, por sus siglas en inglés), que nos sitúa por debajo de la media europea. Según los resultados de este estudio europeo, que trata de analizar la calidad de los servicios sanitarios en Europa y que fue publicado la semana pasada, el sistema de España, con 639 puntos de 1.000 posibles, sería comparable a los de República Checa, Italia, Hungría e Irlanda, situándose muy por debajo de los primeros puestos que ocupan Países Bajos (que lidera el ‘ranking’ con 839 puntos), Dinamarca (ganador del Diabetes Index 2008), Austria (el país con el sistema sanitario más accesible en 2007), Luxemburgo y Suecia. España pierde varios puestos en la clasificación respecto al año anterior, cuando sí logró un aprobado, y es superado por nuevos Estados miembros, como Hungría y República Checa. Los peores datos los recibe en áreas como los derechos de los pacientes e información, las aplicaciones electrónicas en materia de sanidad (’e-Salud’) y el tiempo de espera para recibir tratamientos comunes, las listas de espera, para entendernos todos.
El mismísimo Ministro de Sanidad culpaba a las autonomías de que la Sanidad esté por debajo de la media europea, “nuestra Constitución transfiere las competencias a 17 comunidades autónomas y eso obliga a un esfuerzo de coordinación en el cual estamos”. No sabemos, pero según tenemos entendido, más bien estamos en lo contrario, en fragmentar aún más la administración, dando cada día más competencias y dineros para gestionar a los caciques autonómicos. Aumentando la burocracia, multiplicando por 17 administraciones lo que podría hacer una, produciendo 17 normativas sanitarias distintas, con 17 sistemas de prestaciones diversos, con 17 maneras diferentes de organizar la asistencia sanitaria, no nos parece la mejor manera de coordinar y mejorar la eficacia de la sanidad española.
A lo mejor ese es el problema, ¿Porque hasta qué punto podemos hablar de una sanidad española, cuando cada autonomía va a lo suyo, hace y deshace a su antojo, gestiona como le viene en gana, sin que haya una política común?
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