viernes, 23 de mayo de 2014

NO QUIERO COCA-COLA





 (En mi casa no entra una Coca-Cola hasta que ésta no pida disculpas a las víctimas.)










REALPOLITIK

Bye bye, chispa de la vida


En Atlanta, en donde Coca-Cola tiene su sede, a nadie que esté en su sano juicio, se le ocurriría, conocido que un actor de un spot suyo es simpatizante de Al Qaeda, pedirle disculpas a éste, ponerse farruco con las víctimas del 11-S y decir que de retirada nada.


Pocas empresas gozan de mejor reputación que Coca-Cola, líder de ventas a nivel mundial e inventora de ese pagano Arias Cañete vestido de rojo que visita miles de hogares en Navidad, dejando regalos e ilusión a los más pequeños de la casa.  La presencia de Coca-Cola (vale, puede que sea Pepsi, pero todos lo llaman Coca-Cola) en las estanterías de los supermercados es, se pongan como se pongan los antiamericanos más cerrados de mente, signo de prosperidad y libertad, que ambos conceptos van indefectiblemente de la mano. Como lo es la apertura de establecimientos de McDonalds ó Telepizza.  

Pues bien, en España la reputación de la marca cayó en el MERCO, medidor de reputación empresarial, en el último año la friolera de 49 puestos. Sin duda, el batacazo tiene mucho que ver con el ERE de la embotelladora The Coca Cola Company. Pero no sólo.

Y es que la gestión de la comunicación de la empresa por parte de directivos como Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola España, parece haber sido ideada por la competencia. Atrás queda su enfrentamiento con sectores católicos españoles o sus posicionamientos políticos durante las acampadas del 15-M.

Verán, resulta que Coca-Cola había lanzado una campaña publicitaria que incluía un anuncio en el que un hijo le cuenta a su padre que se ha hecho del Atleti. Imagino que lo habrán visto. Pues bien, resulta que el actor que hace el papel de padre pertenece al mundo abertzale, cosa que Coca-Cola no tenía por qué saber hasta el momento en que Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia, lo pone en su conocimiento al tiempo que pide la retirada del spot.

  Coca-Cola, en la línea que caracteriza históricamente a la marca y según relató Portero, se apresuró a pedir perdón por si hubiera herido alguna sensibilidad y el dichoso anuncio no volvió a verse en las pantallas. Hasta aquí, todo normal y la cosa pasó sin pena ni gloria.

Pero llegó Marcos de Quinto, quien parece empeñado en arruinar la reputación de su marca, al menos ante un sector de la sociedad española. Vía Twitter, afirmó que ni disculpas ni retirada. Que la campaña había terminado y punto.  Por su parte, el responsable de comunicación de la zona norte, declaró respetar “todas las ideas” y afirmó haber pedido  disculpas ¡al actor!

Se pueden imaginar cómo ha sentado esta reacción gratuita entre quienes han visto caer asesinados por bombas o tiros en la nuca a los suyos. Y entre quienes creemos que las víctimas del terrorismo son el referente de nuestra sociedad.

Está por ver qué consecuencias sobre la marca tendrá falta de sensibilidad, casi de humanidad, que han demostrado los directivos españoles. En Atlanta, en donde Coca-Cola tiene su sede, a nadie que esté en su sano juicio, se le ocurriría, conocido que un actor de un spot suyo es simpatizante de Al Qaeda, pedirle disculpas a éste, ponerse farruco con las víctimas del 11-S y decir que de retirada nada.  Hacerlo provocaría, para solaz de Pepsi-Cola, una caída en ventas histórica del producto. Cosas de una sociedad sana.

Por mi parte, he decidido que en mi casa no vuelve a entrar una Coca-Cola mientras ésta no pida disculpas a las víctimas.  Bye, bye, querida chispa de la vida. Te han manchado de sangre.

 (Almudena Negro/La Gaceta)

2 comentarios:

releante dijo...

Pues no tenía ni idea, y eso que soy hiperfan de cocacola, pero me has dejado de piedra. Me uno atuboicot. Gracias. Unabrzo

UVA dijo...

Estoy con vosotros.
Me paso a la Pepsi, o al refresco ese de Carrefour que se le parece mucho.

Pero para los asesinos, y sus amigos NO SALDRA NI UN CENTIMO DE MI BOLSILLO