Un ejemplo de ello es el de un joven de 14 años que se encuentra actualmente en una cárcel juvenil en Kabul, acusado de terrorismo tras haber planeado, un ataque suicida. “Se quedará en la cárcel al menos cinco años y un par de años después será transferido a una cárcel para adultos”, aseguró la Coalición Española para Acabar con la Utilización de Niños y Niñas Soldados en un comunicado.
El joven frecuentaba una escuela coránica de las regiones tribales de Pakistán, donde se le transmitía una interpretación extremista de la religión musulmana. “Cuando acabé de recitar el Corán, el mulá vino a verme y me dijo que era la hora de cometer un acto suicida y por eso me trajeron a Afganistán sin consultarlo con mi familia”, declaró el chico, citado por la Coalición.
En la frontera entre Pakistán y Afganistán fue entregado a extraños que lo llevaron a la provincia de Jost, “un semillero de actividades terroristas en Afganistán”. El joven aseguró que sus reclutadores le mintieron y le obligaron a entrenarse para utilizarlo como “bomba humana en contra de su voluntad”. Asimismo, le dijeron que, “como musulmán, su misión era matar a los soldados británicos y americanos porque ellos estaban matando a los musulmanes”.
En la misma prisión donde se encuentra el joven se encuentran otros tres jóvenes acusados de intento de ataque suicida y otros más por haber sido reclutados por grupos terroristas, concluye en su informe la Coalición Española, creada en febrero de 2003 en coordinación con la Coalición Internacional, con sede en Londres, y formada por Alboán, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación el Compromiso, el Servicio Jesuita a los Refugiados y Save the Children.
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Seguro que el rojerío se manifiesta indignado por las calles de las ciudades españolas. ¿No?
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