(Con esta mafia catalanista piensa pactar Pedro Sánchez. Cuando le preguntaron en el debate, no lo negó.
¿Cree usted que se puede votar a este socialismo podrido y entregado a los golpistas y compañeros de viaje?)
Francisco Oya, el profesor que se opone al adoctrinamiento: «El independentismo me jubila».
El primer docente en Cataluña que fue represaliado por combatir el adoctrinamiento acusa a las autoridades educativas de forzar su retiro.
Usted
presentó una primera demanda por las acusaciones que conlleva la
resolución y ahora vuelve a denunciar al Consorcio por aplicarla fuera
de plazo de forma irregular. ¿Qué espera de estos dos procedimientos?
Por
el momento, el poder Judicial es el único fiable. Pero la Justicia es
lenta y las necesidades materiales de una familia urgentes.
¿Por qué se ensañaron con usted las autoridades educativas? ¿De qué le acusan?
El
supremacismo catalán ha utilizado la escuela como arma de ingeniería
social. Disidente que consigue colarse —y tenga la osadía de
manifestarlo— es cazado implacablemente. Acusaciones: «machista, racista
y homófobo».
Sin pruebas razonables, salvo la palabra del director, que
dispone de «presunción de veracidad» según la inspección. Tiene su
gracia, pues el factor que desencadenó mi expediente fue facilitar
textos históricos a mis alumnos —desvelando el racismo y la xenofobia
del catalanismo— porque «dejaban mal a los nacionalistas».
Implementado
el artículo 155, en el departamento se les ocurrió que la mejor manera
de demostrar que seguimos mandando es ir a por este profesor. Y así lo
hicieron, sin que nadie en el Ministerio moviera una pestaña, pudiendo
archivar el expediente.
Tras hacerse pública la
resolución, usted se arropó en el sindicato CSIF. Incluso éste le
propuso ser su líder en Barcelona. ¿Por qué ahora le ha abandonado?
CSIF
me propuso encabezar la lista por Barcelona. Una liberación sindical me
permitiría visitas a centros, contactos y promover un sindicalismo
constitucionalista. Un seguro antiexpedientes me protegería.
Pero el
espectáculo de un profesor represaliado en los institutos, inmune a la
sanción y promoviendo un sindicalismo independiente resultaba excesivo. Y
se han impuesto los procedimientos mafiosos habituales, con rendición
incondicional de CSIF: no hay lista electoral, ni liberación sindical,
ni desafío al sindicalismo oficialista.
Tras cuatro meses sin sueldo no
he percibido aún la compensación económica estipulada en el seguro.
Sigue pendiente un paraguas sindical eficaz para los profesores
acosados. Y tengo mis dudas de poder contar con CSIF para ello.
(Esther Armora/ABC/9/11/2019.)
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