EL PP Y EL
PSOE LO SABÍAN.
José Bono publicó en 2012 sus recuerdos,
titulados Les voy a contar. Entre otras anécdotas, relató la
conversación que a principios de los ochenta mantuvo su correligionario Francisco
Fernández Ordóñez con Jordi Pujol, flamante presidente de la
Generalidad. Así explicó al ministro
socialista su proyecto político a largo plazo:
La
independencia es cuestión de futuro, de la generación de nuestros hijos. Por
eso, los de la actual generación tenemos que preparar el camino con tres
asuntos básicos: el idioma, la bandera y la enseñanza.
En este
noviembre de 2019 acaban de llegar a las librerías las memorias de Jorge
Fernández Díaz, ministro del Interior de Rajoy. En ellas, tituladas Cada
día tiene su afán, cuenta una conversación tan interesante como la
anterior. En diciembre de 1990, seis meses antes de la breve guerra que
desencadenó la sangrienta desmembración de Yugoslavia, el presidente
esloveno Milan Kucan visitó Barcelona, donde fue animado por Pujol a jugar
fuerte para conseguir la independencia. A Fernández Díaz, a la sazón presidente del Partido Popular en
Cataluña, las palabras de Pujol le parecieron inaceptables, así que se
entrevistó con él en su despacho. Ésta fue la explicación de Pujol:
Tengo que
reconocer que, efectivamente, antes nunca hubiera pensado que las fronteras
surgidas de Yalta tras la Segunda Guerra Mundial y consagradas en Helsinki en
1975, que dividían Europa en un mundo bipolar, desaparecerían. ¿Quién iba a
pensar que, sin dispararse un solo tiro entre la Alianza Atlántica y el Pacto
de Varsovia, pudieran caer el Muro de Berlín, el Telón de Acero y la Unión
Soviética y que las repúblicas bálticas se independizaran de la URSS?
Eso era
absolutamente impensable. Yo tengo que intentarlo por lo menos. Cuando se aprobó la
Constitución, no pensaba en la posibilidad de una Cataluña independiente de
España porque, entre otras cosas, tenía muy claro que habían quedado
sacralizadas y esculpidas en piedra las fronteras en Europa. Pero estamos
viendo lo que está pasando y, por tanto, sé que tengo pocas posibilidades, pero
tengo que intentarlo.
Por si esto
fuera poco, dos meses antes de la visita del presidente de Eslovenia la prensa
publicó el documento interno de CiU que circulaba por los despachos de los
gobernantes y altos funcionarios catalanes. Se trataba del plan de
nacionalización que los ideólogos
del partido de Pujol habían pergeñado para conseguir la hegemonía política,
ideológica y social. Entre otros elementos se encontraban los siguientes:
– Impulsar
el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes.
–
Elaboración de un plan de formación permanente y de reciclaje del profesorado
que tenga en cuenta los intereses nacionales.
–
Catalanización de los programas de enseñanza. Análisis previo y aprobación del
contenido por parte de personas responsables y de confianza.
– Promover
que en las escuelas universitarias de formación del profesorado de EGB se
incorporen los valores educativos positivos y el conocimiento de la realidad
nacional catalana.
–
Reorganizar el cuerpo de inspectores de forma y modo que vigilen el correcto
cumplimiento de la normativa sobre la catalanización de la enseñanza. Vigilar
de cerca la elección de este personal.
– Incidir en
las asociaciones de padres, aportando gente y dirigentes que tengan criterios
nacionalistas.
– Velar por
la composición de los tribunales de oposición.
– Estimular
el sentimiento nacional catalán de los estudiantes y profesores.
– Potenciar
a personalidades de ideología nacionalista en los órganos rectores de las tres
universidades catalanas.
– Lograr que
los medios de comunicación públicos dependientes de la Generalidad sigan siendo
unos transmisores eficaces del modelo nacional catalán. Para ello se utilizará
y difundirá de forma clara los conceptos relativos a la identidad nacional
catalana.
– Incidir en
la formación inicial y permanente de los periodistas y los técnicos de
comunicación para garantizar una preparación con conciencia nacional catalana.
– Introducir
a gente nacionalista de una elevada profesionalidad y una gran cualificación
técnica en todos los lugares claves de los medios de comunicación.
– Creación
de una agencia de noticias catalana de espíritu nacionalista y de gran
solvencia.
– Catalanizar
las actividades deportivas y lúdicas.
–
Reconocimiento del papel fundamental de las entidades culturales y del
movimiento asociativo en general, dándoles soporte económico, técnico e
institucional para su desarrollo.
– Incidir
especialmente en las zonas más desnacionalizadas de nuestro territorio. También
es necesario velar por la formación de los animadores socioculturales y de las
nuevas profesiones en los campos del ocio, educación social, cultura y vida
asociativa.
– Fomentar y
ayudar al asociacionismo juvenil y cultural con vocación de hacer país.
Así pues, nadie podrá acusar a Jordi
Pujol de mentiroso. Los gobernantes españoles, en aquel entonces
socialistas y posteriormente populares, tuvieron conocimiento de sus planes y
le permitieron llevarlos a cabo durante cuatro décadas, con el resultado de la
construcción de un régimen totalitario enquistado en una región de un Estado
definido como democrático y de derecho. De aquella aberración ha salido la
sociedad catalana actual, fanática, irracional, violenta y enloquecida hasta
los extremos que podemos ver todos los días.
Los grandes culpables han sido, por
supuesto, Jordi
Pujol, Pasqual Maragall, José Montilla, Artur Mas y sus sucesores en la
Generalidad, pero no por ello se puede olvidar la tremenda responsabilidad de
unos gobernantes del PP y el PSOE que dejaron hacer y que han llevado a España
a la gravísima situación actual.
Así que ya sabe, bienamado lector: a
seguir votándoles.
(Jesús Laínz/LD/2/11/2019.)
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