lunes, 9 de febrero de 2009

CORRUPCIÓN DEL PP.


La corrupción del PP.

9 de Febrero de 2009 - 09:37:20 - Pío Moa

Llevaba un tiempo el PP hablando, con su habitual “bajo perfil” y falta de pegada, del derroche de los cargos socialistas en despachos, vehículos oficiales y demás, y parece que ha hartado ya a los maestros de la trola, la corrupción y el puterío, los cuales le están replicando, ahora sí, con auténtica pegada. No sé si recuerdan ustedes cuando empezaron a salir tramas de corrupción socialistas, y el PSOE replicó con un aviso brutal para que cesase la denuncia, sacando a colación un “caso Naseiro” cuya realidad nunca quedó bien clara y que terminó llevando a la tumba al inculpado. Afortunadamente, el “aviso” mafioso no sirvió a los de los cien años de honradez, porque algunos periodistas se dedicaron a investigar la corrupción socialista, sacando a la luz una podredumbre que los ingenuos no habrían podido imaginar. Recuerden también la reacción de la mafia socialista: calificar de “sindicato del crimen” a los periodistas en cuestión e intentar imponer una “ley antidifamación” para asegurar, al estilo del PRI mejicano, que fueran los denunciantes los perseguidos. Luego, en tiempos de Aznar, los más que demostrados chorizos sociatas se dedicaron sistemáticamente a acusar de corrupción al PP, en vano en la mayoría de los casos, aunque con base en algunos, como es lógico.


Ahora asistimos a un espectáculo semejante, con una diferencia: Aznar rebajó considerablemente la corrupción política, pero la completa falta de moral que está demostrando la dirección futurista ha hecho del PP una imitación del PSOE en la corrupción intelectual y seguramente también en la económica. Hablé hace poco con un militante antiguo del PP, y me comentó que en su partido la corrupción se había disparado, y que no le interesaba denunciar la del PSOE, excepto en plan “bajo perfil”, para no sufrir la recíproca, protegiéndose mutuamente. Pero en esto, el PSOE es mucho más audaz, le ha tomado las medidas a los futuristas, y ahí lo tenemos a la ofensiva, con un perfil bien alto y valiéndose de los servicios del servicial Garzón. Todo repulsivo y grotesco. A ese nivel ha rebajado la política el estadista de “la- economía-lo-es-todo”


Por otra parte la profesión y las empresas periodísticas están tan sumamente estragadas que no es de esperar un resurgimiento del periodismo de investigación en relación con estos asuntos. Recordemos cómo Ansón traicionó aquella labor entonces, en función de un criterio que explicó posteriormente: él da una alta dosis de corrupción por cosa normal, simplemente la utilizó entonces como pretexto para descabalgar a González, que a su juicio llevaba demasiado tiempo en el poder. El cinismo de los listillos. En estas nos encontramos treinta y dos años después de la reforma democrática: sin oposición al poder, con una corrupción generalizada, sin verdadera división de poderes, con una prensa mayoritariamente envilecida y manipuladora, con un proceso balcanizante, con un gobierno ilegítimo… Solo con restos de democracia, en suma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si uno es una persona mínimamente sensata, no le queda otra que estar de acuerdo conlo expuesto por el señor Moa en este artículo. Efectivamente, la corrupción pepera se ha disparado de tal manera que este partido, que hasta no hace tanto era el que menos escándalos provocaba, va camino de convertirse en una especie de clon conservador del PSOE, que a su vez lo es del corruptísimo PRI mejicano. Lo más grave, a mi juicio, es que la actual dirección del PP, con Maricomplejines a la cabeza, emplea la misma estrategia en este asunto que los socialistas: lanzan rimbombantes declaraciones contra la corrupción, venga de donde venga, pero nohacen nada por atajarla con contundencia y eficacia. La derecha española está apropiándose de los vicios del corrupto PSOE, hasta el punto de utilizar las mismas frases huecas para tratr de excusar los casos de corruptela que asolan hoy a su partido. Comovotante popular que fui, lo único que siento ante esto es rabia e indignación. Al final va a ser cierto eso de que todos los políticos son iguales. Aznar, en todocaso, sería la excepción que confirma la regla.