Qué hacer, de nuevo
16 de Enero de 2009 - 07:31:53 - Pío Moa
Ejemplo: he definido a Zapo y su gobierno como los mayores colaboradores que ha tenido la ETA en su historia (y ya es decir, porque los asesinos han tenido muchísimos cómplices). No se trata de una injuria, y menos de una calumnia, sino de una realidad perfectamente constatable, por mucho que algunos quieran cerrar los ojos. He expuesto las razones que me llevan a esa conclusión, y con ello he cumplido mi tarea. Pero falta otra. Si lo que digo es cierto, y creo que lo es sin duda, unos juristas algo expertos podrían denunciar por colaboración con banda armada al gobierno que se identifica con aquella cuadrilla que horrorizaba a Gregorio Marañón. ¿Por qué no se ha hecho? ¿Porque se ha dado por sentado que nuestra mediocre judicatura no iba a darle curso? Cuando recordamos casos como el de Rumasa, el temor parece razonable, pero nunca deben darse por seguras estas cosas, no todos los jueces son corruptos ni apocados. Aparte de que, como en el caso de Garzón y el GAL, pueden jugar intereses particulares. Además, la mera denuncia haría llegar unas cuantas verdades a mucha gente anestesiada.
Veamos, en cambio, cómo opera el gobierno: un grupo de abogados próximo a él pone una denuncia al anterior dirigente de la AVT por unas cuantas expresiones perfectamente veraces que éste había emitido, con plena legitimidad en cualquier democracia. ¡Y la sacan adelante! Y la solidaridad con el afectado es mínima, irrisoria. Quizá lo más indignante fuera la hipocresía de Rajoy colaborando con el PSOE, o sea, indirectamente con la ETA, en la labor de silenciar a las víctimas más directas de los asesinos. Sucia labor en la que vienen destacando precisamente el jefecillo del PP y los suyos.
La táctica de la izquierda consiste en armar el máximo escándalo para aplastar al discrepante, como han hecho con el juez Ferrín Calamita, y saltarse la ley cuando les da la gana, como ahora con Montilla y su banda separatista. Hay que elegir entre someterse al despotismo de esta gente o hacerles frente. De esa elección se desprende el qué hacer.
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