Minuto Digital.
JOSÉ MARIA AZNAR.
Esto es un desastre total”. Esta es la opinión que puede recoger lanacion.es del ex -presidente del Gobierno, José María Aznar, acerca de dos cuestiones fundamentales: la situación política y económica de España y la que sufre internamente el partido que él refundó en 1989.
Aznar se muestra “profundamente preocupado” por la deriva económica, que está siguiendo el Gobierno de Zapatero: “los cuatro millones de parados -dice- están a la vuelta de la esquina, probablemente antes del verano“. Inclúso, formula un pronóstico todavía más pesimista: “… y si no se toman medidas rápidas y eficaces, que no se van a tomar, podemos llegar incluso a los cinco millones de desempleados”.
¿Qué sucedería entonces?, se le pregunta. El ex-presidente, un hombre que no suele dar respuestas rápidas y que tampoco, cuando las ofrece lo hace sin tomarse unos momentos de reflexión, añade: “…entonces veremos qué piensa exactamente el país“.
Son manifestaciones en modo alguno oficiales (Aznar no quiere comprometerse más allá de lo debido), en las que también se ocupa directamente de lo que sucede ahora mismo en el partido Popular. Los escándalos de espionaje que están saliendo en Madrid, le tienen muy afectado y opina sobre ellos que pueden ser un episodio más del “desbarajuste” en el que se halla inmerso el propio PP. Concretamente dice Aznar: “Caminamos sin que haya mucha conciencia de ello hacia la demolición”. Son palabras que poseen una e norme trascendencia dado, en primer lugar, la escasa afición de Aznar a opinar sobre los asuntos domésticos de su partido y, sobre todo, por la propia importancia de estas muy pesimistas predicciones.
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RODRIGO RATO.
El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex vicepresidente económico en los gobiernos de José María Aznar, Rodrigo Rato, considera que para salir de la crisis el Gobierno debe poner en marcha reformas estructurales que permitan sentar las bases para mantener a medio plazo un crecimiento sostenido y no abandonar una política macroeconómica equilibrada, como recomienda el organismo que él mismo dirigió.
-¿Cuál es, en su opinión, el hecho más relevante de la actual situación económica y financiera?
-Tras seis años de expansión económica a nivel global, que muchos calificaban como la mayor de los últimos 40 años, nos enfrentamos ahora a una crisis que está siendo frecuentemente comparada con la Gran Depresión. Entender qué ha cambiado desde 2006 y saber hacer frente a los retos que plantea la globalización es esencial si queremos recuperar una senda de crecimiento sostenido y que éste alcance a todos los estamentos de la sociedad.
Ahora sabemos que en una etapa de bonanza económica, como la que disfrutamos hasta agosto de 2007, no se estaba haciendo una correcta valoración del riesgo. La dispersión del riesgo a través de la innovación financiera, a la que con frecuencia se hacía referencia, resultaba en cierta medida estar ocultando el hecho de que ante un deterioro de las circunstancia este riesgo podía reaparecer. Si tuviera que hacer una única reflexión, creo que ésta sería la necesidad de cara al futuro de que los distintos agentes económicos hagan una correcta valoración de los riesgos.
-¿Qué parte de responsabilidad es aplicable en la crisis actual a la falta de ética en los negocios y en las cúpulas de las grandes finanzas y al fallo en los controles por parte de los organismos competentes?
-Creo que a estas alturas, podemos estar de acuerdo en que la crisis ha sido el resultado de una serie de factores y de fallos por parte de supervisores, reguladores, gestores de política económica, agencias de rating, instituciones financieras y sus incentivos, etc. No creo que sea útil en estos momentos ordenar en importancia el grado de culpa de cada uno de ellos. En mi opinión, lo importante es extraer lecciones de cara al futuro para tratar de evitar una situación similar y, más a corto plazo, tomar medidas para que los mercados recobren la confianza, sin la cuál, cualquier
esperanza de recuperación es inútil.
- ¿Cuáles son las perspectivas para 2009?
2009 se presenta como un año muy complicado a nivel global. La mayoría de analistas prevén una contracción en el crecimiento en las economías desarrolladas y una fuerte reducción en el ritmo de crecimiento en las economías emergentes y en desarrollo, todo ello en un contexto de fuerte restricción del crédito a nivel global y en el que las empresas están rocediendo a un muy rápidodesapalancamiento de sus posiciones. En esta situación, y ante una reducción de la demanda privada que ha sido especialmente acelerada desde el pasado septiembre, los gobiernos están
adoptando una política fiscal muy expansiva. Sin embargo, la expansión fiscal por sí misma no garantiza más que un aumento de deuda que podría afectar a la recuperación. Es por lo tanto esencial una política fisca consecuente con las posibilidades y necesidades financieras y de medio plazo de cada economía.
Bajo estas circunstancias, resultará clave que seamos capaces de restaurar cuanto antes la confianza en los mercados. Sólo a partir de ese momento podrá comenzar la reactivación económica.
-¿ Y en concreto para España?
Tras más de 10 años de sólido crecimiento económico, el modelo de crecimiento ha comenzado a dar signos de agotamiento. En una economía como la española, fuertemente dependiente de la financiación exterior y con un importante peso del sector inmobiliario, la crisis financiera internacional ha tenido un impacto muy rápido. Ahora, es necesario sentar las bases que permitan mantener a medio plazo un crecimiento sostenido. Ello pasa por la puesta en marcha de reformas estructurales que aumenten la competitividad y flexibilidad de la economía española, sin abandonar una política macroeconómica equilibrada. Coincido plenamente con el análisis que realiza el FMI en su último informe sobre España, en el que textualmente se afirma que “la recuperación a medio plazo depende de manera crucial de los progresos en la puesta en práctica de reformas estructurales amplias. En su ausencia, España podría caer en un equilibrio de baja competitividad, bajo crecimiento, desapalancamiento prolongado y desempleo alto, desde el cual, volver a una situación de deuda pública reducida sería difícil.”
1 comentario:
Volver a una situación de deuda pública reducida, con Zapatero, no será difícil, ¡será imposible! A este señor le da igual hundir el barco, con nosotros dentro, mientras él sea el capitán. Encima, con cara de no haber roto un plato. Con cara de lo que es, ¡gilipollas... hablando claro! :-P
saludos
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