INTELIGENTES, HONESTOS Y VALEROSOS.

DEMÓCRATAS INTELIGENTES, HONESTOS Y VALEROSOS.

(PD).- "Somos revolucionarios". La líder de UPyD sigue dando en las narices a todos aquellos que tratan de situarla en un extremo u otro de la política. "Es revolucionario que nos importe un bledo el que nos atribuyan estar "a la derecha de la derecha" por defender la igualdad y la libertad de todos los ciudadanos españoles, más allá del lugar en el que residan, de su entorno social o de su opción electoral. Es revolucionario que nos declaremos españoles sin complejos; y que actuemos, cada día y en todos los frentes, como tales".

"Somos revolucionarios". Rosa Díez lo explica en su blog personal: "Quizá a alguien le pueda sonar demasiado fuerte esta afirmación. Pero si vamos a la acepción cuarta que el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua le da a la palabra "revolución" : 4. f. "Cambio rápido y profundo en cualquier cosa". , nos encontraremos con que lo que estamos haciendo es, efectivamente, revolucionario".

"Es absolutamente inusual que para defender sin tapujos sus convicciones un partido político haya de mantener un discurso que puede considerarse políticamente incorrecto; es revolucionario que ese partido exista y que cotidianamente practique la política de decir lo que quiere decir sin miedo a que le entiendan. Es revolucionario ir al País Vasco y explicar que queremos revisar el cálculo del Cupo, porque la Comunidad Autónoma del País Vasco contribuye a las Cuentas Generales del Estado por debajo de lo que le corresponde. Es revolucionario ir a Navarra y decir lo mismo respecto de la Aportación. Es revolucionario ir a Castilla la Mancha y explicar por qué estamos en contra del nuevo Proyecto de Estatuto de Autonomía. Es revolucionario quedarse sola en el Congreso de los Diputados votando en contra de esa Ley".

Sigue Rosa Díez: "Es revolucionario que un partido político renuncie a ser considerado de centro, derechas o de izquierdas. Es revolucionario que los dirigentes de un partido político no quieran protegerse detrás de un adjetivo. Es revolucionario que los dirigentes de un partido político utilicen las palabras para que quien le escucha sepa con certeza lo que defiende o lo que quiere decir. Es revolucionario que un partido político reclame lo mejor del liberalismo y de la socialdemocracia. Es revolucionario que un partido político proclame que las políticas de progreso no son propiedad ni de la derecha ni de la izquierda, que desde ambas posiciones políticas se llevan a cabo políticas progresistas y regresivas, indistintamente".

"Es revolucionario que haya políticos a los que no les importe que les llamen "fachas" por defender los símbolos constitucionales. Es revolucionario que nos importe un bledo el que nos atribuyan estar "a la derecha de la derecha" por defender la igualdad y la libertad de todos los ciudadanos españoles, más allá del lugar en el que residan, de su entorno social o de su opción electoral. Es revolucionario que nos declaremos españoles sin complejos; y que actuemos, cada día y en todos los frentes, como tales".

"Es revolucionario que exista un partido político, progresista y liberal, que no tenga juventudes. Y que, precisamente por eso, esté lleno de jóvenes".

Y concluye la diputada de UPyD en su blog:

"Lo que estamos haciendo se sale de la norma, de lo establecido. Somos libres, sinceros, altruistas. Decimos siempre la verdad; damos argumentos, intentamos convencer; escuchamos al otro, tenemos disposición a ser convencidos. Nos gusta la política y nos gusta la gente. Nos gusta representarla; no tenemos prisa en ser esto o lo otro: nos interesa hacer cosas , no lo que ponga en nuestra tarjeta. Y todo esto, amigos míos, hoy por hoy es revolucionario".

"Dejadme que os diga que si esta revolución triunfa, todas estas cosas dejarán de ser revolucionarias. Y entonces ya podremos irnos a casa. Mientras tanto, a trabajar, que la tarea es grande. Y el premio, maravilloso".

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GENTE HONESTA, INTELIGENTE Y VALEROSA.

He dicho, en repetidas ocasiones, que Rosa Díez me cae muy bien. Pero no se trata de una cuestión personal. He tenido ocasión de hablar con ella un par de veces y me parece una persona atractiva, por su simpatía, su claridad ideológica y su valor cívico. Pero lo más importante, hablando de política, es la simpatía de ideas. A esto me refería. Aunque no es necesario estar de acuerdo al cien por cien con las ideas que propone, UPyD es el partido digamos 'menos malo' que hay en España. En estos momentos.

No creo que nadie se ofenda por esto, máxime cuando es conocida (y creo que admitida) la frase de Winston Churchill: 'La democracia es el menos malo de los sistemas políticos'.

Dicho esto, no me parece adecuada su afirmación de que 'somos revolucionarios'. ¿Por qué? Es cierto que en la cuarta acepción del diccionario de la RAE aparece lo que ella dice. O sea, que 'revolucionario' se asimila a 'cambio rápido y profundo'. Es más que probable que UPyD (me gustaría más UPD) represente un cambio profundo en la política española actual. Es dudoso que sea rápido.

Es de todos conocido que el Partido Popular ha evidenciado un compadreo inaceptable con los enemigos (no solamente adversarios) de España y de su Constitución. Tenemos el clásico ejemplo de Vidal-Quadras, lanzado a los pies de los caballos por Aznar para satisfacer los deseos de Pujol. Pero este es solamente un sangrante y conocido ejemplo. Lo más grave ha sido el goteo continuo de cesiones vergonzantes a los desleales nacionalistas.

Por no hablar de Baleares, en que la legislación catalanista y liberticida, en materia educativa, es responsabilidad de los populares. Por supuesto, cuando han gobernado los 'socialnacionalistas' ha sido, todavía, peor. Han aplicado al cien por cien, con algunos añadidos, la legislación que absurdamente promulgaron los populares, gracias a sus complejos. Hoy, en más del 90% de los colegios de Baleares se enseña, exclusivamente, en catalán. O sea, desprecio antidemocrático por la libertad de los padres a la hora de elegir la lengua para la educación de sus hijos. ¡Es de vergüenza!

Pues bien, UPD ha mostrado, hasta la fecha, una honestidad, valor y claridad de ideas inusuales en la política española. Da igual que los peperos, en general, vayan con la cabeza gacha cuando se les habla de estas cosas. Me refiero al fascismo lingüístico. Da igual que los pseudosocialistas vayan con la cabeza bien alta y desafiante cuando se les habla de estas mismas cosas. Son impresentables los dos, cada uno con sus 'hechos diferenciales' y su cuota de responsabilidad.

Todo esto es cierto y juega a favor de UPD. Pero hay dos cuestiones discutibles. La primera, es que el cambio no parece que vaya a ser rápido, como dije antes. Por seguir con la cuarta acepción que cita Rosa en sus declaraciones. Se trataría, pues, de 'revolucionarios' profundos (Rosa dixit) pero no rápidos. O eso parece.

La segunda y última cuestión me parece de más calado. Aunque aceptemos que el lenguaje no debe entenderse desde una perspectiva esencialista, como se creía desde, al menos, Platón, no hay motivo para tratar de cambiar, a voluntad, el significado usual de las palabras. Aceptemos que 'revolucionario' no tiene un significado esencial. Aceptemos que su significado es convencional. Aceptado. Pero la gran mayoría de la gente vincula revolución a cambio, rápido, profundo y violento. ¡Cuidado!

Por supuesto, Rosa (y su equipo) puede decidir que, desde ahora, lo revolucionario significará, solamente, un cambio rápido y profundo. Pero no violento. Sin embargo, tenemos el problema de la capacidad de modificar el significado del lenguaje a voluntad. No es fácil sino muy difícil. Dejémoslo en muy difícil. Además, crea confusión en la ciudadanía que alguien (Rosa) diga que algo ('revolución') significa (A) cuando en la realidad social se acepta que significa (B).

En mi opinión, no es una buena estrategia. Volvamos al ejemplo inicial. Si hay políticos (o ciudadanos de a pie) que llaman 'facha' a una persona que defiende las libertades y derechos constitucionales y la persona así calificada dice 'me importa un bledo', no está actuando como un revolucionario. La cosa es mucho mejor.

Se está comportando como un demócrata inteligente, que sabe que este calificativo es falso y, por tanto, no se corresponde con los hechos, y tiene el valor de decirlo y defenderlo a los cuatro vientos. Su actitud, honesta, inteligente y valerosa, contrasta con la idiotez o la mala fe de los que insultan y mienten.

Por tanto, tenemos, por una parte, a políticos mentirosos (saben que la persona a la que se dirigen no es un 'facha) o ignorantes (su sectarismo enfermizo les impide ver la realidad). Son los que acusan de 'facha' a una persona que defiende las libertades y derechos contitucionales. Frente a esta caterva de sectarios, agresivos e indocumentados están los políticos que, como Rosa y otros, defienden las libertades y derechos de los españoles, en cualquier lugar de España. Gente honesta, inteligente y valerosa. ¡Nada menos!¡Qué más quieres, Rosa!

Yo preferiría que los demás me considerasen honesto, inteligente y valeroso antes que me considerasen un revolucionario. Prefiero que se lo crea ZP. ¡Ese si que quiere cambios rápidos y profundos! ¡Hacia abajo y asimétricos!

Sebastián Urbina.

HABLANDO DEL REY DE ROMA...........

CARGA CONTRA LAS ASOCIACIONES DE VÍCTIMAS

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