2 de Enero de 2009 - 07:26:02 - Pío Moa
El gran número de personas huidas de las Vascongadas (como el de Cuba) es la denuncia y demostración más clara de que allí no existe nada que se parezca a la democracia, sino una especial simbiosis entre los asesinos y el PNV. Situaciones similares pueden darse por cortos períodos en cualquier país, pero cuando se prolongan durante más de treinta años testimonian una gravísima enfermedad del sistema. Pues tal situación no habría podido producirse sin la complicidad de los partidos en el poder (como la UCD y sobre todo el PSOE) y luego las vacilaciones del PP, que incluso con Aznar solo cumplió a medias su obligación de obedecer y hacer cumplir la ley (con típicos vaivenes, como el acercamiento de presos ¡después del asesinato de Miguel Ángel Blanco!). Pero el PP de Aznar y Mayor Oreja marchaba por el mejor camino, interrumpido por el éxito de la cuadrilla de Zapo, los mayores colaboradores que haya tenido la ETA en su historia. Éxito logrado en gran parte gracias a la necedad, al principio, de Rajoy, y luego a su abyecta complicidad con Zapo. Tales políticos carecen de legitimidad, por lo menos de la democrática. Solo tienen la legitimidad de la corrupción y alguna forma de tiranía, que la sociedad debiera rechazar por todos los medios.
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