4/1/2009.
LA IZQUIERDA TOTALITARIA.
CREE QUE DEBERIA DIMITIR POR "SOSPECHOSA"
Gómez: "El Ejecutivo de Aguirre no es de derecha civilizada, sino un gobierno facha"
El socialista Tomás Gómez se ha despachado a gusto y dijo que el Ejecutivo de Esperanza Aguirre "no es el de una derecha civilizada, sino que es un gobierno facha". Incluso cree la presidenta madrileña es "sospechosa" de los supuestos espionajes, algo por lo que, a su juicio, debería dejar su cargo.
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LA IZQUIERDA TOTALITARIA.
Es una verdadera desgracia para la sociedad española, en general, y para el sistema democrático, en particular, que tengamos una izquierda totalitaria. Pero me preocupa aún más que haya millones de españoles que les apoyen con su voto. ¿Por qué?
Un partido político (el PSOE) que ha aceptado el antidemocrático Pacto de Tinell, por el que se excluye de las instituciones democráticas al principal partido de la oposición, merecería el castigo, en las urnas, del electorado. Si este electorado tuviese sensibilidad democrática no podría aceptar este juego antidemocrático de los socialistas y nacionalistas. No sería necesario que votase al Partido Popular si lo creyesen inadmisible. Sería suficiente que castigasen electoralmente al partido (o partidos) que desprecia públicamente las reglas del juego democrático.
En parecido sentido se manifestaron los artistas sectarios y totalitarios (progres) bajo el lema del 'cordón sanitario'. Es la misma línea antidemocrática.
Dado que no son castigados electoralmente y dada su pulsión totalitaria, repiten las consignas antidemocráticas sin que les caiga la cara de vergüenza. Resulta que Esperanza Aguirre, elegida democráticamente por los ciudadanos, es 'facha'. Por tanto, es contaria a la democracia. Resulta que Gómez y sus camaradas no participaron en una manifestación en protesta por la dictadura de Castro. ¿Qué hace falta para darse cuenta del percal totalitario de esta izquierda?
El problema de mayor gravedad no está en estos socialistas, que no tienen remedio, en el sentido de que no son capaces, ni quieren, respetar la alternancia en el poder dado que excluyen de las instituciones al partido que podría acceder al poder. Lo más grave es que millones de españoles siguen este peligroso juego antidemocrático. Son los que se indignaron por Irak (aunque no enviamos soldados, ni pegamos un tiro) o el Prestige, pero se han callado por el incendio de Guadalajara con once muertos. Por ejemplo.
Es el doble rasero de la izquierda. Se creen moralmente superiores y, en consecuencia, pueden hacer lo que les place. O como los despilfarros vergonzosos de Touriño. Fue preguntado en una televisión (de las favorables, que son casi todas) y respondió que no estaba dispuesto a jugar el juego de la derecha. ¡Es una desvergüenza total! No dio ningún tipo de explicación a sus gastos. Se trataba de confirmar o negar que tiene un coche que vale el 50% más que el que tiene Obama, el Presidente de USA. O lo de las 19 sillas, a 2.300 euros cada una. Nada. La izquierda no tiene que dar explicaciones. Y el que las pide es un 'facha'.
Pues bien, este no es el problema de mayor gravedad. Como he dicho, el auténtico problema es que una buena parte de la ciudadanía no se escandaliza por ello. Solamente por los escándalos de 'la derecha'. En fin, no podemos tener una democracia de calidad porque los mimbres de la democracia son, básicamente, los ciudadanos. Y no excuso al PP, cuya oposición me parece lamentable. Pero me lo parece por blanda.
En fin, ahora toca dar la culpa de la crisis económica a los bancos, a los ricos y a la Iglesia Católica. El Gobierno sufre mucho porque no es responsable de nada y nos quiere ayudar.
Hay gente dispuesta a tragar esto y mucho más. Es lo que hay. ¡Pobre país!
Sebastián Urbina.
3 comentarios:
Por todo lo cual, los que nos damos cuenta, tenemos que denunciarlo, con los medios que tengamos a nuestro alcance (de momento). Si cada uno en nuestro entorno, una y otra vez, lo ponemos de manifiesto, irá calando. Lo que habrá que pensar es en una actuación más racional, igual que lo está practicando esta izquierda y en la que nos lleva mucha ventaja.
FERNANDO SANTAYANA
Me parece relevante señalar que el precio de que la ciudadanía tenga una percepción diferente de su presidente y su gobierno es a un coste demasiado elevado y, honestamente, no tengo la apreciación de que se haga en su justa medida.
Ayer se confirmó oficialmente que 200.000 personas engrosaron durante el mes de enero las listas del INEM, y si bien la preocupación en la ciudadanía española es evidente, no me parece que vaya acompañada de la exigencia de responsabilidades y ejercicio crítico que la situación merece.
La crisis económica está dejando al descubierto la poca solidez, cuando menos, de las propuestas y proyectos del PSOE pero en otras cuestiones igualmente preocupantes: definición de un modelo territorial nacional, relación con nacionalismos, terrorismo, vivienda… la ciudadanía no vislumbra ni de lejos la existencia del mismo problema económico en órdenes diferentes.
Es decepcionante observar no sólo la infame calidad de gran parte de nuestros políticos (sin duda debido a la disciplina de partidos), si no también la correspondencia que encuentra entre los ciudadanos, sin capacidad crítica ni voluntad ante lo que está sucediendo. Ésta es una consecuencia lógica de lo que pasa y, muy a mi pesar, necesaria.
Más allá de las siglas, ¿qué es necesario que suceda en España para que su masa silenciosa de ciudadanos recupere su voz y su conciencia crítica?
Iván C.
Estoy de acuerdo. Me temo (¡ojalá me equivoque!) que una gran parte de la ciudadanía solamente es capaz de reaccionar cuando sufre en sus propias carnes. Esto significa poca capacidad para ponerse en el lugar de otro y comprenderle. También supone poca capacidad de abstracción. De ahí, entre otras causas, los bajos niveles del discurso (o sea, en las conversaciones y debates) en casi cualquier ámbito de la vida.
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