domingo, 21 de junio de 2009

REVOLUCIÓN DEL 34.

Revolución del 34 (8)

Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo. Fascículo 2.

Los paréntesis son míos

Nos cuenta: “explícito reconocimiento del Dictador… al acudir a su llamada (Llaneza)… el 2 de octubre de 1923”, eso es verdad, pero antes y más explicita fue la orden por la que el PSOE mandaba a sus concejales y diputados que colaboren con las nuevas corporaciones locales de la Dictadura (22-9-23), casi a la semana del golpe, ciertamente los socialistas tenían prisa para subirse al machito, no tuvieron tanta prisa para bajarse de él. R. de la Cierva, Historia del Socialismo en España, 1879-1983, p.98,101-2.

Sigue “supresión de los partidos políticos y sindicatos. Excepto el PSOE y la UGT”. p.24.

Curioso periódico la Nueva España, decía en su Diccionario Histórico de Asturias, p.923 refiriéndose a la Dictadura, en el que seguramente colaboró don Javier Rodríguez Muñoz: “la UGT experimentó las mismas crisis que afectaron al SOMA y al socialismo... retroceso durante la Dictadura”. Como vemos mayor rigor imposible. Parece que como se le vio el plumero rectifica

Seguimos. Primo y Llaneza (2-10-23) “acordaron la conducta futura del sindicato en colaboración con el régimen”.

Acuerdo escrupulosamente llevado hasta que el Dictador decidió irse.

Veamos ejemplos de esa escrupulosidad:

-Largo, Consejero de Estado (Gaceta del 14-10-24).

- Regalo de la mina San Vicente al SOMA.

- Primo de Rivera aprueba el canon sobre la tonelada de carbón (un real), en beneficio exclusivo del SOMA.

- Se construyen la mayoría de las Casas del Pueblo de Asturias. Se hace el Orfelinato minero gestionado por el SOMA.

- Los socialistas participaron en los organismos siguientes: Consejo de Estado, Consejo Interventor de Cuentas, Consejo del Trabajo, Comisión de Corporaciones del Ministerio de Trabajo, Comités Paritarios, Oficina Internacional de Ginebra.

- Decían aquellos modosos otrora y después revolucionarios: que condenaban “el sabotaje, el boicot y la huelga de brazos caídos”, que “la transición de un régimen a otro se está realizando de modo imperceptible a medida que los trabajadores elevan su inteligencia y la burguesía va declinando”, que “los socialistas y los obreros quieren también una Patria grande”, que “ha pasado el tiempo de la acción directa” (esto lo decían a pesar de haber organizado la huelga revolucionaria de 17 y, ¡claro! antes de predicar la Dictadura del Proletariado en el año 33).

- Al terminar la Dictadura, la UGT había recrecido sus efectivos y pasaría de 208.170 afiliados en 1923 a 238.501 en 1929, sobrepasando en mucho a la CNT que hasta entonces era el sindicato más poderoso.

- A partir de 1923 el número de huelgas disminuyó de una manera vertiginosa alcanzando unas cotas mínimas. Los socialistas participaron solo en dos huelgas para cubrir el expediente, consentidas casi con agrado por el Dictador de cara al extranjero.

Con todo esto Largo logró articular una fuerza social y política enorme durante los seis años de favor dictatorial… el PSOE resultaba ser el único verdadero partido existente en toda la nación y la UGT el único sindicato.

Nos cuenta “tanto el PSOE como la UGT rehusaron formar parte de la Asamblea Nacional”. Fue así pero no.

El 13-9-27, Primo nombra sin consultarles a los miembros de la Asamblea Nacional, entre ellos a Largo, De los Ríos, Llaneza y la esposa de Besteiro. Los líderes socialistas estaban de acuerdo pero si les permitían guardar las formas, y acceder a la Asamblea previa elección en la UGT y el partido. Primo creyó que eso iba a mermar su autoridad y se negó. En el congreso extraordinario (7-10-27) rechazaron los nombramientos.

La estrecha colaboración siguió no obstante. En el XII Congreso del PSOE (10-6-28) triunfó la línea colaboracionista por 5.388 contra 740.

En su nota de despedida, el Dictador, dedica un largo párrafo de agradecimiento al comportamiento de los obreros y sus dirigentes (UGT, PSOE).

1924, se crearon “dos instituciones llamadas a tener una larga historia La Feria de Muestras…”. Por cierto sus más significados fundadores fueron asesinados en Gijón junto con otros 116 (14-8-36), que para nada habían participado en el Alzamiento militar, ni tenían noticias de él. Romualdo Alvargonzález, herida por arma de fuego en la región occipital; otra en la escapular derecha y Mariano Merediz, herida por arma de fuego en la región supraorbitraria derecha; otra en la escapular derecha; otra en la lumbar y otra en el tórax a nivel del primer espacio intercostal izquierdo. Habían sido sacados de la prisión iglesia de San José, dependiente del Gobierno de Belarmino Tomás (PSOE). Don Romualdo tenía 80 años y estaba casi ciego, don Mariano no figuraba en la lista pero por guiar a su amigo se incorporó al grupo.

Aclara don Javier: “Los salarios (de los trabajadores naturalmente, no de los liberados) apenas crecieron… o disminuyeron en la minería”. Y cosa curiosa, como ahora, la UGT no organizaba huelgas, ¿por qué será y por qué seria? ¿Será y sería por qué ZP les unta y el Dictador les untaba? Y como siempre, en España al menos, prevalecían los intereses del sindicato sobre los intereses de los trabajadores.

Cuenta: “Melquíades perdió el tren”. Don Melquíades Álvarez, uno de los hombres políticos más valiosos de la época, el más honrado sin duda y el único asturiano, no perdió ningún tren, simplemente era honesto, rara avis en la política de los años treinta. El mejor orador político español del siglo XX, fue un adelantado a su tiempo, sus ideas sobre la misión de las Cortes, los deberes del Jefe del Estado, sobre el trabajo y el derecho a huelga, la libertad de expresión, etc. Son las reflejadas en nuestra Constitución actual.

En los años veinte estaba don Melquíades aburrido de predicarlos.

Había preconizado don Melquíades toda su vida política la accidentalidad del la forma de Gobierno, aunque íntimamente era republicano estaba dispuesto a defender la Monarquía si ésta suponía mejor provecho para España. Apoyó la huelga revolucionaria socialista del 17. Un a vez conocido el percal socialista se apartó de ellos radicalmente. Predicó y consiguió la concentración de las fuerzas de izquierda no revolucionarias para promover la revisión de la Constitución de 1876, en el sentido de quitar poderes al Rey para que reinase pero no gobernase, se daba cuenta de las ventajas de la continuidad en la Jefatura del Estado. El Rey no podría quitar y poner gobiernos a su antojo, las leyes que promulgasen las Cortes eran las válidas, le gustasen o no al Rey, etc.

El Parlamento era la institución fundamental, más que el Rey, en él se fijaba el sistema político, basado en la protección de los derechos y libertades individuales. Melquíades Álvarez serviría a la Corona siempre y cuando ésta se sometiera a los principios reformistas y democráticos.

No le hizo caso el Rey pero le invito a participar en el Gobierno cuando era presidente del Parlamento, a lo que don Melquíades se negó rotundamente si no se reformaba la Constitución.

A Azaña, que pertenecía a su partido, le pareció fatal no tocar poder, dejando la Constitución como estaba. De ahí empiezan sus diferencias

Se había presentado dos veces a las elecciones a diputados por ese partido en Puente del Arzobispo: “Compra votos de pobres a duro, manda romper urnas, manda pegar a los componentes de las mesas”, y las pierde. C. Rivas Cherif, Retrato de un desconocido, p.121.

Ironizando sobre la capacidad política de don Melquíades, comentaba Azaña siendo jefe del Gobierno: “Es tan calamidad que no consiguió ni hacerme concejal”.

O tal vez era tan listo que se daba cuenta que lo mejor era que no fuese ni concejal, mejor le hubiera ido a España.

Participó en la Sanjuanada contra el Dictador, Azaña prudentemente, como siempre, se abstuvo.

Vino la República y pronto don Melquíades pasó a ingresar en las filas de los desencantados. Vio la imposibilidad de la República como sistema idóneo para conjugar orden y libertad que él hasta entonces creía. La República había creado dos planos políticos: Uno en el que se situaron los que se creían provistos de la legitimidad para gobernar y monopolizaron el régimen, la izquierda; y otro todos los demás independientemente de que tuvieran mayoría en votos.

Se manifestó públicamente a favor de que se impusiera la pena de muerte a los implicados en la barbaridad del 34 y el mismo se condenó a muerte.

Se cumpliría su sentencia en la cárcel Modelo (22-8-36), unos socialistas, animales envenenados, lo asesinaron junto con otros muchos, siendo Presidente de la República Azaña, sabiendo que estaba preso sin motivo alguno nada hizo por él.

Testigos presénciales de aquella horrible matanza aseguran que sus últimos momentos se distinguieron por una gran dignidad y una serenidad magnífica, a prueba de los trances más difíciles.

Era la figura contraria a Azaña. Don Melquíades era valiente, Azaña cobarde; generoso, cicatero; de familia humilde, rica; Triunfó como abogado, fracasó; Elevó el nivel de su familia, la arruinó; Nunca lamió el culo a nadie para alcanzar el poder, ni al Rey, lo lamió a todo el que le proporcionaba poder, evolucionó de estar a las ordenes de Romanotes, el más grande cacique desde los tartesios, a estar a las del los comunistas; Era humilde, vanidoso hasta la nausea; etc., etc.

Francisco Alamán Castro.

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