Con sangre y muerte en las calles del País Vasco, la banda terrorista Eta ha dado las gracias al Tribunal Constitucional, que legalizó a su brazo político contra toda evidencia y con cobardía sobresaliente.
Zapatero negoció de tú a tú con los etarras, comprometiendo la dignidad de Estado, en uno de los pasajes más vergonzosos de la reciente Historia de España. Quería presentarse a las elecciones como el gran pacificador y no ahorró a los españoles ni humillaciones ni vejaciones ni embustes. Incluso tras la atrocidad de Barajas mintió a los ciudadanos afirmando que había roto la negociación con Eta cuando seguía haciéndolo, según reconoció más tarde. Todavía son muchos los que creen que Zapatero, a través de agentes internacionales, se mantiene en la negociación subterránea.
A Eta no se la debe combatir con el crimen de Estado, como hizo el PSOE en el turbio asunto del Gal; ni tampoco con la negociación política humillante como ha hecho el PSOE de Zapatero. A Eta hay que destruirla desde el Estado de Derecho, con todo el peso del Estado de Derecho, pero sin salirse del Estado de Derecho.
La banda terrorista acaba de poner su firma de sangre y muerte al pie de las elecciones vascas. No sé cómo habrán reaccionado las conciencias de los magistrados del Tribunal Constitucional que, cobardes y pusilánimes, justificaron contra la misma evidencia la legalización de un partido político que era, que es solamente una máscara de Eta. (ElImparcial)
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