(PD).- La revista Época ha conseguido las facturas que demuestran que el socialista Pérez Touriño mintió cuando afirmó que su Gobierno no había comprado las polémicas sillas. Además, hemos comprobado que los socialistas intentaron tapar ese escándalo cambiando los sillones de lujo por unas nuevas butacas mucho más baratas. El problema es que ahora la Xunta debe pagar ambas, y el equipo de Núñez Feijóo no está dispuesto a financiar la prueba del despilfarro de Pérez Touriño.
Todos recordarán el escándalo que en su día dio a conocer el diario Abc sobre la compra por parte del Ejecutivo socialista encabezado por Emilio Pérez Touriño de 19 sillas de lujo de 2.269 euros cada una. Unas sillas de piel, modelo Oxford, diseñadas por Arne Jacobsen para la marca de lujo Fritz Hansen, que levantaron polvareda durante la pasada campaña electoral gallega. Las mismas sillas de las que el ex presidente de la Xunta afirmó no saber nada: “Ni se han comprado ni se comprarán”, llegó a decir en algún momento.
Pero lo cierto es que, según hemos podido constatar, Touriño mentía. Sí se habían comprado las famosas sillas y, lo que es más grave, el ex jefe del Gobierno gallego decidió dar marcha atrás a esa compra una vez el escándalo saltó a la Prensa y los socialistas habían perdido ya las elecciones.
Por si eso no fuera suficiente, hemos podido comprobar que en realidad esas sillas no costaron 2.269 euros, sino 3.150 euros, pues al precio de coste había que sumarle el IVA, los gastos generales y el beneficio industrial. Es decir, que los socialistas gallegos gastaron sólo en sillas más de 60.000 euros y no 43.000 euros como había denunciado Abc.
El precio justo
EL precio de los muebles comprados por los socialistas gallegos para remodelar los salones de San Caetano es muy superior a lo que se suponía.
Aunque las famosas sillas de piel estilo Oxford diseñadas por Arne Jacobsen tenían un precio de coste de 2.269 euros, finalmente la Xunta tuvo que pagar por ellas aproximadamente 3.150 euros, es decir, 1.000 euros más de la cuenta.
Esto se debe a que al precio de venta al público hay que sumarle un 17% más de gastos generales, otro 6% de beneficios industriales y un 16% más de IVA.
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