IZQUIERDA Y RELIGIÓN
IZQUIERDA Y RELIGIÓN.
Hace ya cierto tiempo, (no recuerdo cuándo)
Francisco Vázquez acusó a su compañero de partido, Rubalcaba, de recurrir al
"anticlericalismo casposo", con sus ataques a la Iglesia en el
Congreso del PSOE. Recuerda Vázquez que los acuerdos con la Santa Sede, son "total
y absolutamente constitucionales", al ser votados en el Congreso y el
Senado.
Estas
declaraciones del socialista Francisco Vázquez muestran que no toda la
izquierda es casposa. Que hay honrosas excepciones. Pero la ‘cabra tira al
monte’ y, en general, es de buen tono progresista reírse (al menos) de la
religión, en general, y de la Iglesia Católica, en particular.
He dicho de
la religión ‘en general’ porque es bastante corriente que la izquierda española
(aunque la estupidez no tiene fronteras) centre sus groserías y desprecios en
la Iglesia Católica, mientras pasa con disimulo por el Islam.
Recordemos
que el anterior Presidente sonriente, cuando se publicaron unas viñetas
satíricas contra Mahoma, en un periódico danés, dijo ‘que había que actuar con
respeto’. Creo que lo dijo en compañía de Erdogan, el Presidente turco.
Pero
resulta que, hace unos años, en Extremadura, el Partido Socialista Obrero
Español (PSOE) apadrinó una exposición fotográfica en la que había fotos de la
Virgen María haciendo una paja a Jesucristo. Entre otras groserías
progresistas. Con esta exposición se ofendía a los católicos, pero los
católicos no ponen bombas en el culo de la gente anticatólica. O sea, que los
socialistas extremeños (sin protestas del ex Presidente sonriente y CIA),
además de unos groseros impresentables, son unos cobardes.
Pero bueno,
todo esto es sabido. Ahora quiero referirme a otra cosa, aunque relacionada
directamente con la religión y la izquierda.
Norberto
Bobbio, un destacado intelectual de izquierdas, nacido en Turín y fallecido en
2004, sí tenía la inteligencia y sensibilidad suficientes para valorar
determinados aspectos del sentimiento religioso que la mayoría de la izquierda
ignora. Por puro sectarismo.
Bobbio
decía que las mayores cotas de generosidad y solidaridad las veía en personas
de inspiración religiosa. Reconocía su carencia altruista en comparación con
estas personas. Decía que sus límites altruistas se limitaban a su familia y a
los amigos íntimos, pero no a cualquier otro.
Por
supuesto, no pretendo decir que todas las personas de inspiración religiosa
tengan una profunda e intensa conducta altruista, comparable a Teresa de
Calcuta. Hay que ser un cretino para ironizar en este sentido. Bobbio lo sabía
muy bien, como lo sabe cualquier persona con dos dedos de frente.
Lo que
quería decir Bobbio, es que la inspiración religiosa es capaz de ampliar
nuestros límites altruistas más allá de los reducidos límites familiares y de
amistad íntima. Podemos ver ejemplos delante de nuestras narices. Los
sindicatos mayoritarios (que presumen de ser de izquierdas y no sé cuántas
cosas más) a pesar de la porrada de millones de euros que han recibido
(especialmente de sus camaradas socialistas) no tiene comedores sociales. Y si
los tienen (que lo dudo) no se nota. Si los tuvieran ya habrían salido por las
televisiones progres y asimilados, mañana, tarde y noche. Por cierto,
Televisión española sigue en manos socialistas, todavía. ¿Serán merluzos los
del Partido Popular?
A lo que
iba. Caritas (de la Iglesia Católica) hace una labor social extraordinaria, y
recibe mucho menos dinero que los sindicalistas de UGT y Comisiones Obreras.
Esos que tenían que darle mucho cariño al ex Presidente sonriente. Por no
hablar de los miles de curas y monjas repartidos por el mundo, haciendo el bien
y sacrificándose por los demás.
Ya sé, la
gente de izquierdas solamente se fija en esta ínfima minoría canallesca
(pederastas) que ha abusado de niños. Algo repugnante que ha sido condenado
(tolerancia cero) por el Papa. O sea, expulsión de la Iglesia con independencia
de las responsabilidades jurídicas que correspondan.
Bobbio
reconoce la carencia de no ser religioso, ya que se da cuenta de que las
personas con inspiración religiosa tienen ‘algo más’, según sus propias
palabras. Algo más de lo que tengo yo, dice. Aún reconociendo que su visión del
mundo es profana, y no religiosa.
Con buen
criterio decía Bobbio que, en este aspecto, no hay mucho que hacer. O se tiene
fe, o no se tiene. Lo que no funciona es querer tener fe para conseguir algunas
supuestas ventajas. Por ejemplo, morir en paz. Esto es lo que nos enseña Woody
Allen en su película ‘Hanna y sus hermanas’.
Mickey
(Woody Allen) es productor de televisión y, un día, sufre unas molestias en un oído. Va al médico
y le dice que no es nada importante pero que, en una amplia gama de
posibilidades, está el tumor cerebral. Aunque sólo es una posibilidad, y no una
probabilidad, Mickey entra en estado de pánico. De repente, percibe que su vida
es corta. Que puede morir en cualquier momento. Lo que es cierto para todo el
mundo pero nadie quiere darse cuenta. En fin, Mickey piensa que sus esfuerzos
profesionales carecen de sentido. La muerte está tan cerca....
Entonces
acude a la religión para que le permita vivir en paz y, en su caso, morir en
paz. Va pasando por diversas religiones para encontrar el consuelo que
necesita. En vano. Todo falla. ¿Por qué? Porque la ‘inspiración religiosa’ es
un subproducto. Como el amor, o la amistad. No aparece cuando yo quiero, por motivos
interesados. No puedo chasquear los dedos y, de repente, aparece el fierabrás
que curará todos mis males. ¡Chas! aquí un amor, aquí un amigo.
No, no es
así. Incluso los casposos pueden entenderlo. Espero.
Sebastián
Urbina.
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