LAS MENTIRAS DEL INDEPENDENTISMO.
Ni España roba a Cataluña ni la independencia resolvería
los problemas de los catalanes. Todo lo contrario: «La secesión
probablemente es el más absurdo y gratuitamente destructivo empeño
político, económico y social de la historia de Cataluña». Así lo
demuestra la Fundación FAES en un informe hecho público hoy, que aporta
veinte preguntas con respuestas sobre el proceso separatista impulsado por Artur Mas. [Consulta el informe completo (PDF)]
El documento se estructura en cuatro apartados, en los que
se responde al porqué, que analiza los motivos esgrimidos para la
secesión; al cómo, a través de qué vía se pretende obtenerla; a qué
precio, el coste del proceso, y para qué, el resultado previsible del
mismo. Las respuestas que ofrece FAES forman parte de un trabajo previo
de reflexión y debate que se ha llevado a cabo por académicos, políticos, economistas y miembros de la sociedad civil. Lo que sigue es un extracto del informe:
1. ¿Se puede hablar con razón de una historia de «España contra Cataluña»?
«No, en absoluto. Ni en 1714 ni en los trescientos años
transcurridos desde entonces. (...) Si la política democrática
consistiera en esgrimir agravios históricos probablemente los pueblos
europeos, y con ellos el español, nunca hubiéramos logrado superar
nuestras diferencias de forma pacífica».
2. ¿La Transición fue querida por los catalanes?
«Sí, sin duda. La Transición española fue también una
transición muy catalana. (...) Los catalanes tenían una clara conciencia
de que no había habido una guerra civil de Cataluña contra España, sino
una guerra civil de todos los españoles, también de unos catalanes
contra otros catalanes».
3. ¿La Constitución y el Estatuto de 1979 fueron queridos por los catalanes?
«Rotundamente sí. La Constitución española es también la
Constitución de los catalanes, que la celebraron masivamente. Lo es sea
cual sea su residencia, igual que es la Constitución de los madrileños,
los vascos o los andaluces que viven y trabajan en Cataluña. Dos de los
siete ponentes constitucionales eran catalanes y muchos diputados y
senadores catalanes hicieron aportaciones destacadas a la Constitución».
4. ¿La Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de 2006 impide que los catalanes tengan un estatus satisfactorio dentro del marco constitucional español?
«Obviamente no. Ciertamente eso se repite todos los días en
declaraciones y documentos, hasta el punto de que esa es la creencia
general de muchos ciudadanos catalanes, pero no es verdad. Es una
lamentable excusa, porque el Estatuto era inconstitucional en numerosos e
importantes aspectos y el Tribunal Constitucional no tuvo más remedio
que declararlo así».
5. ¿Puede hablarse en algún sentido de falta de representación de los catalanes en el proceso constituyente o en las instituciones del Estado?
«No, esa afirmación carece de fundamento. Desde 1977 hasta
hoy el número de diputados en el Congreso elegidos en Cataluña ha sido
de 579. Los diputados elegidos en Madrid han sido 429. Algo parecido
puede decirse del Senado. Desde ese punto de vista, la Constitución y
las leyes que se han hecho en el Congreso de los Diputados para toda
España han sido, si se permite la expresión, mucho más catalanas que
madrileñas».
6. ¿Existe un derecho a decidir al margen de la Constitución y el Derecho?
«No. Ni en España ni en ninguna otra democracia. La
Constitución y las leyes son precisamente las que aseguran el derecho a
decidir sobre los asuntos políticos que nos afectan, como se viene
haciendo con absoluta transparencia y naturalidad en las elecciones
locales, autonómicas, europeas y generales, entre otros procedimientos,
incluido el referéndum en los términos fijados en la Constitución».
7. ¿Es aplicable a Cataluña el llamado derecho de autodeterminación?
«No, no lo es. Se trata de un derecho limitado a procesos
de descolonización y regímenes no democráticos y que no respetan el
Estado de Derecho, sujeto a condiciones enumeradas por la ONU que no
tienen nada que ver con lo que sucede en Cataluña ni en ninguna otra
parte de España».
8. ¿Es legal convocar una consulta con unas preguntas como las anunciadas en Cataluña para el 9 de noviembre de 2014?
«Rotundamente no. Ni la Generalitat de Cataluña ni ninguna
otra institución española pueden plantear un referéndum con semejante
contenido. (...) Cuando se apela al derecho a decidir, como ocurría en
la Ley del Parlamento Vasco y ahora en Cataluña, el Tribunal observa que
ese derecho presupondría la existencia de un sujeto (pueblo vasco,
pueblo catalán) equivalente al sujeto titular de la soberanía que es el
pueblo español. Pero ni cabe otro soberano, ni el derecho a decidir deja
de afectar al conjunto de los ciudadanos».
9. ¿Puede el Estado convocar la consulta o delegar la convocatoria de la misma en la Generalitat, tal y como ha acordado el Parlamento de Cataluña?
«No cabe que ninguna institución, ni siquiera el Gobierno
del Estado, convoque un referéndum de secesión. Como tampoco cabe que el
Gobierno delegue en la Generalitat la competencia para convocar una
consulta de esta naturaleza, y menos aún para convocar un referéndum con
unas preguntas anunciadas por los propios interesados, que ya se conoce
que son inequívocamente inconstitucionales».
10. ¿Existe algún otro cauce legal para una consulta de secesión en Cataluña sin modificar la Constitución?
«No. No existe ningún otro cauce legal para una consulta de
secesión en Cataluña sin modificar la Constitución. (...) Si la
Constitución no se puede reformar fácilmente es porque de ese modo se
garantiza que el acuerdo de todos no se puede cambiar entre unos
cuantos, y esto es algo que beneficia a los partidos pequeños, no al
revés, como en ocasiones se afirma».
11. ¿España ha robado en el pasado a Cataluña?
«No. Desde el siglo XVIII se constata un intenso proceso de
modernización de la sociedad catalana, uno de cuyos indicadores más
claros es el aumento de su población. (...) Gracias a estas políticas
proteccionistas y no de libre competencia, Barcelona pudo convertirse en
una gran ciudad comercial e industrial, como núcleo de una Cataluña
próspera».
12. ¿España roba ahora a Cataluña?
«Por supuesto que no. El secesionismo afirma que existe un
presunto maltrato fiscal que padecen los ciudadanos catalanes en el
actual modelo de Estado y que por ello es urgente alterar el sistema de
financiación de Cataluña, como primera etapa, y avanzar luego por la
senda de la ruptura como un empeño ineludible tras tantos años de
injusticia. Pero eso no es más que un mito, algo que a fuerza de ser
repetido puede llegar a parecer verdadero, pero no lo es. Es,
simplemente, la propaganda que algunos partidos catalanes han alimentado
para activar uno de los factores más peligrosos del populismo
nacionalista: el sentimiento de pertenencia a una comunidad que es
agredida desde el exterior y cuya identidad está siendo puesta en
peligro».
13. ¿Cuál sería la moneda de una Cataluña fuera de España?
«Una Cataluña fuera de España estaría fuera también de la
Unión Europea y, cómo no, de la Unión Económica y Monetaria, es decir,
del euro. La deslocalización de instituciones financieras, los costes de
financiación más elevados, la caída de las exportaciones a España y a
la UE, y la deslocalización de empresas no financieras son algunos de
los efectos que se seguirían naturalmente del mantenimiento del “euro
catalán” como moneda de una Cataluña escindida».
14. ¿Sería más rica una Cataluña fuera de España?
«No, al contrario. Su situación económica cambiaría
muchísimo y para mal. Además de perder el euro, si Cataluña se
encontrase fuera de la Unión Europea se vería separada de sus vecinos,
España y Francia, y del resto de socios europeos por el Arancel Exterior
de la Unión; la legislación de la Unión dejaría de aplicarse en
Cataluña, y también se vería privada de los Fondos de la Política
Agrícola Común y de los demás fondos que a lo largo de su historia
Europa ha creado para paliar los efectos de la crisis en países que han
estado seriamente afectados por ella o para favorecer el desarrollo
regional de algunos de ellos».
15. ¿Cuáles serían los datos económicos de una Cataluña escindida?
«Dado que el peso del comercio con el resto de España es
decisivo en el conjunto de la actividad económica de Cataluña
(aproximadamente 10.000 millones de euros de exportaciones de Cataluña a
Francia, frente a 62.000 al resto de España), los efectos de la
secesión serían devastadores. Como media, un tercio del empleo en
Cataluña depende directamente de las exportaciones al resto de España, y
en sectores como la agricultura, ganadería y pesca, industria y
construcción ese porcentaje alcanza alrededor del 50%».
16. ¿Seguiría Cataluña en la Unión Europea?
«No. Ni seguiría ni probablemente entraría fácilmente,
puesto que eso exige el acuerdo de todos sus miembros y el cumplimiento
de unos requisitos que el secesionismo rechaza de plano. (...) El
Consejo Europeo no admitiría jamás que un hipotético representante
catalán invocara un hecho diferencial o un derecho a decidir, o un
derecho a la estatalidad y a la asimetría para oponerse a una norma
europea».
17. ¿Seguiría Cataluña en la OTAN?
«No, no seguiría en la OTAN, por razón equivalente a la
anterior. Su portavoz recientemente ha dejado claro que si una parte del
territorio nacional de un país se secesiona, tendría que renegociar su
entrada: “Para que cualquier nación se incorpore a la Alianza
necesitaría obtener el consenso de todos los aliados de la OTAN”».
18. ¿Seguiría Cataluña en la ONU?
«No seguiría en la ONU, tendría que solicitar su ingreso.
(...) Es improbable que países determinantes como Rusia, Estados Unidos,
Francia o China aceptaran prestar su apoyo a la secesión contra un
Estado democrático, por razones de principio y por razones de orden
político interno».
19. ¿Qué tratados internacionales tendría que negociar Cataluña si se produjera la secesión?
«El principio es que España sin Cataluña seguiría siendo
parte de todas las instituciones de las que ahora lo es –aunque no
necesariamente en las mismas condiciones; por ejemplo, en la Unión
Europea habría que renegociar el peso en el Consejo, el número de
europarlamentarios, etc.– y que Cataluña no lo sería de ninguna hasta
que lograra negociar su ingreso como un nuevo miembro. Todos los
tratados afectados tendrían que ser negociados».
20. ¿En conjunto, cuál sería el resultado de la secesión para Cataluña?
«El resultado de la secesión es claro desde el punto de
vista jurídico, político, económico, social e internacional: debilidad
institucional, empobrecimiento severo y aislamiento internacional. Pese a
que el secesionismo se esfuerza en ocultar esta realidad a la sociedad
catalana, lo cierto que es que los procesos secesionistas conducen a
esas consecuencias, y Cataluña no tiene por qué ser una excepción».
(ABC)
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