CULTURA Y ECONOMÍA.
El destacado escritor Juan José Millás criticó la reducción de "las ayudas económicas al cine, al teatro, a la música, a la educación, etc." con un doble argumento. Afirmó en primer lugar que es una conspiración, un "ataque político a las formas de vida", porque la cultura no es una actividad como las demás, y no se consume como "una lata de berberechos". En segundo lugar, recurrió a una tesis económica: no se debe recortar el gasto público en cultura porque "la cultura garantiza puestos de trabajo, genera actividad económica e influye en el PIB".
La primera idea deriva a mi juicio de una faceta característica del llamado mundo de la cultura: la arrogancia. Se creen superiores a los pescadores de berberechos y a los hombres y mujeres que se dedican a enlatarlos, transportarlos, venderlos y consumirlos. Esa superioridad adopta una variante paranoide cuando gobiernan partidos de derechas, votados por esos mismos trabajadores, y reducen el gasto público en cultura. Nadie se pregunta, por supuesto, por qué hay que ayudar a un actor y no a una pescadora de berberechos. Tampoco se analiza el (por cierto, pequeño) recorte del gasto como un ajuste derivado del derrumbe de ingresos u otras peripecias de la Hacienda. Lo que sucede es que la culture se pone estupenda y solemne, y habla de persecución contra "formas de vida". Por cierto, las formas de vida de las trabajadoras de la industria del berberecho, y los impuestos que pagan para subsidiar la cultura, no parecen inquietarles.
Pasemos al otro argumento, el económico. En efecto, el señor Millás no sólo acusa al Gobierno de perversión anticultural, también de irracionalidad económica. ¿Cómo es posible que estos tipos del PP no sepan que la cultura "genera actividad económica"? El argumento es insostenible, porque el gasto público no es gratis, de modo que si el señor Millás cree que su expansión activa la economía, entonces deberá concluir que la subida de impuestos necesaria para sufragarlo la desactiva.
(Carlos Rodriguez Braun/ld)
3 comentarios:
Es curioso como estos vividores del cuento chino, siempre exigen gestionar, según sus ideas el dinero publico, pero no dan ejemplo con su propio dinero y su patrimonio, No reparten su dinero con los mas necesitados, ni acogen en su casa a los sin techo y en cuanto pueden evaden todo lo que pueden o convierten gallineros en viviendas sin pagar los correspondientes impuestos y si tienen dinero publico a su alcance, como no es de nadie, pa la saca, que esa preocupacion que tienen por los demás bien lo merece.
Esta idea, 'acoger en su casa ...' lo dijo en una carta el primer ministro de Canadá, a una furibunda protestona por el trato dado por el gobierno a la inmigración. Le agradeció de antemano que acogiera en su casa a un inmigrante ... Imaginen la respuesta 'progre' y aciertan. Palabras ...
Nunca he entendido ese afán de confundir la cultura con el espectáculo, propio de todos estos sociatas descerebrados.
La cultura se identifica con las escuelas, las universidades, las bibliotecas públicas ....pero llamar cultura a esas películas en las que no hay más afán que enseñar las anatomías de actores y actrices, (tanto en posición vertical como horizontal), atribuir a Franco y a los españoles de derechas todos los males de nuestra Historia mientras se da por sentado que Santiago Carrillo y La Pasionaria eran los buenos, igual que son buenos todos los "progres" de ahora que se dedican a quemar contenedores de basura, cortar el tráfico y llenas de basura las plazas públicas....
¿ESE ES EL MUNDO DE LA CULTURA???? pues yo diría que no, que ese es el mundo de los vagos, arribistas y parásitos que pretenden vivir (y muy bien) a costa de los impuestos de los demás.Ya está bien de subvencionar el cine y el teatro mientras que los comedores sociales solo los mantiene Cáritas, si hay que mantener a alguien con mis impuestos, que sea a una familia con el padre en paro, pero no a la familia Bardem ni a sus coleguitas.
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