jueves, 11 de junio de 2020

PREPARÉMONOS PARA EL OTOÑO






PREPARÉMONOS PARA EL OTOÑO.
 
Estos últimos meses ya he señalado reiteradamente los clamorosos errores del Gobierno en la gestión de la crisis sanitaria y económica. Errores que siguen sin ser reconocidos, por lo que lo más probable será que los repitamos.


A mis hijos les enseño que cuando uno se equivoca más vale reconocer el error y afrontar las consecuencias, que recurrir a la mentira y la ocultación suele agravar el problema y, por supuesto, está mal. Pero este gobierno no está dispuesto a ayudarme en el cumplimiento de mis deberes como padre y continua dando mal ejemplo.


Así, Pablo Iglesias tiene el rostro de culpar a Isabel Díaz Ayuso de las muertes en las residencias, cuando la Comunidad de Madrid fue la que insistió en que había que tomar medidas superdrásticas y urgentes, cerrando todos los centros educativos y obligando al Gobierno a mover ficha. La tardanza del Gobierno obligó a decretar de golpe un confinamiento medieval con un coste desorbitado, en euros y en salud física y mental. Sólo estamos empezando a pagarlo.


En Baleares hemos comprobado la diferencia entre tomar medidas a tiempo y tomarlas tarde: aquí hemos pasado bastante bien la epidemia, sin que nuestros hospitales se hayan visto sobrepasados. Sí han faltado equipos de protección y test, esto último en parte debido a que la propia administración ha prohibido que se hicieran libremente, algo inexplicable. Si uno tiene sospechas, hay test disponibles, y está dispuesto a pagarlo, ¿por qué se prohíbe? ¿No beneficia a toda la comunidad detectar cuanto antes los casos?


En fin, el caso es que en breve comenzarán a llegar de nuevo los turistas. Algún amigo comenta que si no fuera por el distanciamiento social, iría al aeropuerto a recibirles con abrazos. Qué daño va a hacer a la turismofobia esta temporada, cuando nos vamos a dar cuenta de hasta qué punto dependemos de ellos. Pese a que siempre habrá percebes que no quieran enterarse.


Hemos tenido la suerte de que el virus al final resulta ser sensible al cambio de estación. Porque mientras, las noticias son que se expande por Iberoamérica y África, donde el invierno y la pobreza pueden hacer estragos. Pero esto tiene otra consecuencia: que será muy probable que el virus vuelva en otoño, con el frío. De nuevo en Baleares jugaremos con ventaja, porque el frío suele llegar aquí más tarde que a la península.


De modo que lo prudente sería aprovechar bien estos meses de tregua para que no nos vuelva a pillar el toro: asegurar el suministro local de materiales, tener preparados los equipos de rastreo de contagios y laboratorios y test suficientes, protocolos en hospitales y residencias, empresas y colegios, y por supuesto, facilitar y tratar de acelerar los ensayos para desarrollar tratamientos eficaces. Todo es poco a fin de evitar algo como lo de esta primavera.


Por último, y entrando en política, creo que muchos desearíamos que el centro derecha fuera preparando una alternativa a la alianza de socialistas, comunistas y separatistas. El sistema electoral no perdona, y la división hace casi imposible un relevo. Cs, PP y VOX pueden y deben preparar listas conjuntas en torno a un programa de mínimos -ya lo dije, pero hay que insistir-: reforzar la arquitectura institucional del 78 (división de poderes, ley electoral, derechos y libertades, etc.), unidad nacional, economía de mercado. 


Sin olvidar aliviar mediante ayudas inmediatas la pobreza, sobre todo a corto plazo, pues va a ser una lacra imponente como resultado tanto del virus como de las medidas ideológicas del Gobierno contrarias al mercado. Sí, porque muchos sabemos que por más que la izquierda diga que se preocupa de los pobres, sólo la libertad propicia las condiciones para crear riqueza y reducir la pobreza. La situación de emergencia justifica medidas audaces en pro de la moderación, la democracia y el bien común. Estoy seguro de que los españoles lo recompensarían, y, vista la debilidad del sistema, es posible que no tengamos más oportunidades.

Cabe la posibilidad de que los inevitables recortes que exigirá Europa conduzcan a una crisis de Gobierno y a la convocatoria de elecciones, y hay que estar tan preparado para esta posibilidad como para una segunda ola del virus. Apenas quedan cuatro meses.

(Gabriel Le Senne/11/6/2020/MallorcaDiario.)


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