viernes, 26 de junio de 2020

SAN JUNÍPERO

SAN JUNIPERO.

El 20 de junio de 1500, Isabel la Católica mandó liberar y repatriar a 500 indios traídos de América como esclavos. A continuación, dictó una Real Provisión prohibiendo hacer esclavos a los indios. «Fecha memorable para el mundo entero, porque señala el primer reconocimiento del respeto debido a la dignidad y libertad de todos los hombres, por incultos y primitivos que sean; principio que hasta entonces no se había proclamado en ninguna legislación, y mucho menos se había practicado en ningún país» (el historiador Rafael Altamira, citado en religiónenlibertad.com).

«Y no consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien», fue la última voluntad que la Reina Isabel la Católica dirigió a sus súbditos en su testamento (ABC).

“Una junta de la Universidad de Salamanca convocada por el emperador Carlos V en 1540 concluye que «tanto el Rey, como gobernadores y encomenderos, habrían de observar un escrupuloso respeto a la libertad de conciencia de los indios, así como la prohibición expresa de cristianizarlos por la fuerza o en contra de su voluntad», cuenta Sánchez Galera. Con el tiempo se va formando un cuerpo de normas, las Leyes de Indias, que recogen, entre otros, los siguientes derechos para los indios: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños” (ABC).

Las Leyes Nuevas de Indias de 1542 o “Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por su magestad para la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los indios” impulsadas por Bartolomé de las Casas, fraile dominico, son una recopilación de la legislación que se fue aplicando en el Nuevo Mundo desde el inicio de la conquista (National Geographic).

“Lo nuestro fue un Imperio. El británico duró cinco minutos. Lo de los británicos fue colonialismo. Lo español fue un Imperio, lo que había a los dos lados del mar era igual, era lo mismo” a diferencia de lo ocurrido con el pueblo británico que estaba formado por “la metrópoli y sus colonias” (Elvira Roca entrevistada por COPE).

“Las misiones fueron primordialmente creadas para evangelizar a los nativos e integrarlos en la nueva sociedad española, como sucedió en todo el Imperio español desde sus comienzos. No eran ni reservas estadounidenses, ni plantaciones de esclavos francesas o inglesas. Para lograrlo los misioneros aprendieron el idioma de los nativos y emplearon maestros indios. El inevitable proceso de aculturación trajo enormes beneficios. Los misioneros enseñaron a los indios albañilería, carpintería, herrería, pintura, cómo comprar y vender animales y conservar sus propiedades.

Las misiones sí que fueron refugio de sus habitantes cuando California paso a formar parte de Estados Unidos. James A. Sandos recuerda que “cuando se descubrió oro en California en 1848, vivían en la región unos 150.000 indios nativos. Doce años después, quedaban 30.000. La mayoría de estos 30.000 supervivientes a la oleada de mineros y colonos anglos eran los que habitaban las antiguas misiones. Los indios paganos, salvajes, fueron casi todos exterminados por bandas creadas específicamente para ello.” Por otra parte Brendan C. Lindsay añade que en esta etapa, la cabellera de indio californiano se pagaba a 5 dólares, y el gobierno californiano destinó un millón de dólares a pagar recompensas por matar indios. Jamás nada parecido se hizo en la California hispana” (Sociedad Civil Balear).

“Hasta mi hijo de 10 años me dijo ayer: mamá, ¿la gente que le llama racista no sabe lo que es un misionero? Misionero y racista son incompatibles” (Twitter).

Necesitamos más santos y menos demagogos. Profesores de historia tampoco irían mal. Aunque quizás convendría revisar antes los temarios, porque no recuerdo haber visto en clase nada de lo expuesto.

Yendo al fondo del asunto, estamos ante un ataque malintencionado a las raíces de la civilización occidental. Pero es precisamente gracias a estas raíces que hemos alcanzado la idea de que cada vida es sagrada. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Carta de San Pablo a los Gálatas).


(Gabriel Le Senne/MallorcaDiario/25/6/2020.)

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