(Ahí los tienen. Mariano haciendo el ridículo con Artur Mas. Lo que es peor, pasándose por la entrepierna su juramento: 'Cumplir y hacer cumplir la Constitución'.
Alicia es mujer de confianza de Mariano. Está dicho todo. ¿Puede extrañar que el PP pierda más votos de cada día? ¿Por qué serán tan cretinos?)
Alicia y su partido residual
Alicia Sánchez Camacho nos ha dado dos lecciones magistrales de lucidez política en una sola semana. Primero diezma a su partido descartando públicamente a Vidal-Quadras para encabezar la lista del PP a las europeas, y después monta una convención política para monopolizar políticamente el unionismo y frenar la sangría de votos que su partido sufre a favor de C’s calificándolo de “partido residual”. Imposible lograr convencer a más militantes de su propio partido de votar a C’s, en menos tiempo.
Lo más paradójico es la causa en la que se basa: la rentabilidad electoral que saca C’s de su firme rechazo a la secesión de Cataluña, o sea, la razón de más peso por la que su partido debería presentar a Vidal-Quadras como cabeza de lista.
La lucidez de Alicia no puede ser más obtusa. O quizás solo sea arribismo político de la peor estopa. Elijan ustedes mismos entre necedad o arribismo. Si no les apetece ninguna de las dos, sigan leyendo.
La lucidez de Alicia no
puede ser más obtusa. O quizás solo sea arribismo político de la peor
estopa. Elijan ustedes mismos entre necedad o arribismo.
Quizás lo más patético sea lo de “partido residual” aplicado a C’s. Antes de soltar ocurrencias debería mirar al diccionario de la Real Academia Española. Por aquello de la exactitud. Residual, relativo a residuo. Residuo, “lo que resulta de la descomposición o destrucción de una cosa”. Aplicado a estos tiempos políticos, un partido residual sería aquello que queda después de haber sido reducido a sus despojos. Dígase, por ejemplo, de la UCD de Adolfo Suárez, pues después de ser un partido de poder acabó desmoronándose hasta convertirse en un despojo de sí mismo en partidos menores como el CDS.
No es el caso de C’s, al que habría que aplicársele su contrario, ya que de partido germinal, crece y crece hasta inquietar a todo un partido de poder como el PP, aunque sólo sea en Cataluña. De momento. Sin embargo, si nos ponemos flamencos, podríamos aplicárselo al PPC o al PSC, que de partidos florecientes, menguan y menguan hasta comenzar a temer a partidos germinales como C’s en Cataluña o a UPyD en el resto de España.
No hay seriedad en política, y lo que es peor, no hay honestidad. Para un ciudadano corriente como yo, le sobran políticos partidistas y tramposos y suspiro por ciudadanos capaces de sumar y no restar, reconocer la valía de los demás cuando está en juego el bien común y defender siempre y en todo momento la coherencia de las ideas con las que te has presentado al electorado.
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