Zapatero no tiene ninguna intención de luchar contra la crisis económica. Su peculiar cambio de gobierno ya lo anunciaba. Por sus hechos los conoceréis. Después de la verborrea y las fotos, los hechos. Y los hechos son que el recién remodelado gobierno no tiene en su agenda ninguna reforma económica, fiscal o laboral. Sus planes de reforma siguen estando guiados por el sectarismo.
Lo que ha hecho ZP es anunciar una ‘ofensiva política’ para abordar esta “segunda fase de combate” de su Gobierno. Combate no por el bienestar de los españoles, sino por someter a media España a sus dictados ideológicos. Hasta siete leyes ha dicho Zapatero que va a remitir al Parlamento, ninguna de carácter económico, y la mayoría de ellas nacidas desde el sectarismo. Leyes polémicas, sin consenso, sin dialogo (dime de qué presumes y te diré de qué careces), leyes que dividirán y enfrentaran a la sociedad española. Leyes guiadas en definitiva por el fanatismo de la izquierda más extrema, cerril e intolerante como la ley del Aborto, la de Libertad Religiosa, la ley de Igualdad de trato y no Discriminación (seguro que entre autonomías no) o a su servicio, como la ley Audiovisual. Y veremos cuál es el contenido de la ley de Ciencia, la de Planta y Demarcación Judicial y una nueva revisión de la ley de financiación local.
El PSOE de Zapatero se apoyará para sacar adelante sus proyectos llenos de sectarismo en la izquierda más extrema, ERC, IU y BNG, además, como siempre, de contar con la incondicional ayuda de los habituales mamporreros mediáticos y de los intelectuales apesebrados que conforman el panorama cultural español.
Es un autentico escándalo tratar de desviar la atención de los problemas reales de la gente y pretender combatir la crisis con aborto y laicismo, pero el dominio de los resortes de la comunicación de masas por parte del PSOE y la absoluta dejación de la derecha del mundo de la cultura en manos de la izquierda, sin duda posibilitaran que la jugada de ZP, que pasa por soslayar la crisis económica de cara a la europeas a base de introducir crispación frentista en el debate político y social, tenga muchas probabilidades de salir airosa.
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