LA LIBERTAD Y EL PSOE.
En materia de libertades, el PSOE es- y lo ha sido, además, históricamente- nefasto, una auténtica plaga antidemocrática y, desde luego, anti Estado de Derecho. Desde el “Montesquieu ha muerto”, proclamado obscenamente por Alfonso Guerra, el PSOE se ha cargado la Justicia Constitucional y todo el sistema de garantías e independencia que rodeaba al poder judicial, politizándolo y convirtiéndolo en un apéndice de los partidos políticos. No contento con estas tropelías ahora ha prostituido la Fiscalía, una institución respetada y respetable que se ha convertido en instrumento al servicio del gobierno de turno.
De ahí que es como para echarse a temblar cuando el nuevo ministro de Justicia propugna, como su nefasto antecesor, que los fiscales asuman la instrucción de los casos y que los actuales jueces de Instrucción se conviertan en una especie de convidados de piedra llamados “jueces de garantías”. Vade retro. Los Fiscales podrían ejercer esta función instructora si fueran predeterminados por la ley, inamovibles, independientes, no sujetos a obediencia jerárquica, es decir, si los Fiscales se convirtieran en jueces y para ese viaje no hacen falta alforjas algunas: ya tenemos los jueces. El daño que ha causado el Partido Socialista a la Justicia en general y a la Fiscalía en muy en particular es, probablemente, irreparable y, si puede repararse, se tardará mucho en conseguirlo. Que, por favor, no pongan más aún sus manos pecadoras en la Justicia. Ya han hecho suficiente daño. (LB)
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