El Ejecutivo responde con un plan con 900 acciones para imponer el catalán y los catalanistas con insultos y menosprecios
Furiosa reacción de los catalanistas y del Govern por la manifestación de los médicos contra la imposición del catalán
Palma (LB).- De “furiosa” cabe calificar la reacción de los catalanistas y del Govern por la manifestación de los médicos y enfermeros en protesta por la imposición del catalán para acceder a las plazas de la sanidad pública. Insultos, burlas, desprecios es la tónica generalizada de la reacción catalanista, destacando muy especialmente el periódico de Pedro Serra, Balears
El conseller Thomás vincula a los manifestantes nada menos que al PP, obviando la condición sindical de los convocantes y de los participantes en el acto. También ha dicho que el decreto es de “puertas abiertas” a todos los médicos españoles, eso sí , siempre que, de acuerdo con el Consell Consultiu, demuestren” conocimientos de lengua catalana.” Acusa al PP de haber aprobado la Ley de Normalización Lingüística que esta “en la que se basa el decreto aprobado por el Govern” y que ahora se quiera salir de este marco legal. Invita a P a que también rechace la Constitución y las legislaciones que aprobó en su día.
El Govern
El Govern ha respondido con la aprobación de 900 medidas destinadas a conseguir la implantación del catalán en todos los ámbitos de la sociedad balear, a pesar de que la directora genera de Normalizaión Lingüística, Margarita Tous, conocida por su fanatismo catalanista, ha afirmado que el Plan no contiene ninguna medida que sea “coerciiva ni imposiiva”
Los catalanistas : el DM
Las reacciones de los catalanistas han sido más furibundas y evenenadas. El periodista Sebastian Verd, siguiendo la consigna, convierte la reivindicación del personal sanitario en un intento del PP para “ocupar la calle para derribar al Govern y que para ello no reara en medios. Curiosamente traslada- tambien de acuerdo con las consignas que repiten todos- el derecho de unos profesionales a poder ejercer su profesión en Baleares en la lengua oficial el Estado al derecho de los mallorquines a dirigirse a todos los funcionaros en catalán, cosa que no ha planteado ni cuestionado nadie y, mucho menos, médicos y enfermeras.
En la misma dirección se manifiesta el perodista Antonio Ruiz, también en el DM: la manifestación es una muestra de “quienes quieran sacarle rédito político o sindical a un asunto en el que todos tienen parte de razón”, justificando la imposición del requisito del catalán para ejercer en Balares en que “la lengua puede afectara a praxis médica si el enfermo no sabe transmitir cuales son sus síntomas”.
El doctor Pedro Riutort Sbert, academico numerario de la Real Academia de Medicina y conocido por su acendrado catalanismo, apoya al Govern y su Decreto en nombre de que “nuestro país tiene una lengua propia y hemos de ser conscientes de esta coyuntura que identifica explícitamente a nuestro pueblo”. De ahí sostiene que la imposición del catalán al personal sanitario “se trata de una condición irrenunciable y no se puede preservar sólo como un simple mérito curricular”. El resto de su artículo es una encendida defensa del catalán como signo de identidad, situándose, en este sentido, en la misma línea de Thomás, conseller y médico, al primar el catalán sobre la entidad y calidad profesionales de los médicos que ejerzan en Baleares.
Los catalanistas: el festín del Balears
Es, sin embargo, en el órgano oficial del catalanismo local donde la reacción adquiere ribetes de furia orgiástica. El redacto Andrés Perelló que cubre la manifestación la titula la informaciónn con un “Contra el catalán en la salud” y reitera la consigna del “carácter político” de la manifestación. El portavoz de la Obra Cultural Baler, Bartolomé Marí, anuncia “una cadena humana por la legua” el 9 de mayo en Palma para responder a la “campaña orquestda” con la ntención de desviar “ la atención de la arena política”. Por su lado, el presidente de la OCB, Jaime Mateu, afirma que “nos encontramos en un momento muy delicado para la lengua catalana y una “sortida de botador”, como el que vivimos estos días, puede dinamitar e trabajo hecho durante años para que la lengua propia alcance todos los ámbitos”.
Rafael Pherrer titula su artículo del Balears “Catalanofobia” que comienza, al ver que hay dotaciones policiales en la manifestación, dado que “como todos somos iguales ante la ley, tal vez ahora la policía cargará como el otro día con los estudiantes”. Llama “majorettes sindicales” a las enfermeras y médicas que entonan, con la música del “No nos moverán” eslóganes alusivos al Decreto.
El famoso director adjunto del Balears, Juan Riera, se organiza un lío con Emilio Darder y Juan Negrin- ambos médicos- y con el concepto humanista que tenían de la salud para acabar afirmando que “no se acaba de entnder el posicionamiento de algunos médicos actuales respecto de la lengua catalana” sentenciando con una sorprendente coda: “La identidad de un pueblo es también la suya.
Lorenzo Capellá es el más feroz con insultos, befas y alusiones personales contra el doctor Miguel Lázaro y contra Rosa Estarás. De Lázaro dice que sus mostachos son “estilo Stalin y sus gafas, de zapatero”, recomendando a los lectores que conserven su fisnomía en la memoria por si algún día tienen que ir a su consulta, ya que pueden dar por seguro´que “ya habéis bebido aceite” (se refiere a “aceite de ricino”) Capellá dice que si el paciente es él “píldora que me recete, pildora que haré desaperecer por el desagüe del lavabo”.
Deduce, seguidamente, que el doctor Lázaro es un discípulo de Vallejo Nájera cuyo “gen rojo” de dicho doctor es, para el sindicalista, un “gen caalanista”, insinuando que, “probablemente” sería partidario de la “eugenesia” para eliminar a los seres portadores del gen catalanista por tratarse de una “raza inferior”.
A Rosa Estarás la llama Madame Rosa, como si fuera la alcahueta de un prostíbulo y le recuerda que A Vallejo Nájera le protegió Franco” y a Mengele, Hitler para significar que Lázaro es poco menos que un nazi, espetando a “Madame Rosa y en castellano “dime con quien andas y te diré quién eres”.
Por último, en uno de estos breves editoriales, el Balears recoge, de fuentes de la OCB, que el número de asistentes a la manifestación “no llegaban a los 500”, a pesar de ue los datos de la Policía Nacional fija en 2.200 y los organizadores entorno a los 4.000.
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