miércoles, 8 de abril de 2009

REGALO.


Miércoles, 08-04-09
Todos los líderes mediocres como Zapatero comparten el triste privilegio de brillar únicamente en épocas de bonanza. En buena medida porque coinciden en un segundo rasgo, en su incapacidad para confiar responsabilidades a personas más brillantes que ellos mismos. Es esa la única manera de sobrevivir a una crisis y justamente lo contrario de lo que ha hecho Zapatero con Salgado, Chaves y Blanco, sus tres apuestas esenciales y sus tres errores. Que van a hundirle más en la crisis en lugar de sacarle de ella.

Sólo la mediocridad y el consiguiente miedo a la posible sombra o al exceso de autonomía del nombrado pueden explicar que Zapatero no haya apostado en Economía por una persona de prestigio indiscutible en la materia. Y lo haya hecho, en cambio, por una política cuyo liderazgo económico es completamente desconocido. A no ser que Salgado nos de la gran sorpresa de su vida a los 60 años.

Sólo la confusión causada por las dificultades puede explicar que Zapatero haya pergeñado la chapuza de aprovechar una crisis de Gobierno para sacar a Chaves de Andalucía y aceptar, de paso, el chantaje de una vicepresidencia, que era la única manera de sacarlo y dar paso a un líder capaz de parar el vertiginoso descenso del PSOE andaluz en las encuestas. Y sólo la debilidad en la que está sumido el presidente puede explicar que haya aceptado las viejas presiones de su amigo Blanco para ser ministro en el peor momento de su Gobierno y cuando más necesitado estaba de políticos prestigiosos.

De ahí que si medimos la remodelación de Zapatero en términos de impacto electoral, esto parece un regalo para el PP. Que se está frotando las manos calculando el impresionante impulso político que la desconocida Salgado, el defenestrado Chaves y el marrullero Blanco van a dar al Gobierno. Un impulso a la altura de Zapatero. (Edurne Uriarte/ABC)

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